Capítulo 38

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Amy

Acelero un poco más de la cuenta para adelantar a una pequeña furgoneta repleta de niños que estaba justo delante. Al instante me doy cuenta de que más adelante hay un stop y paro para dejar pasar a una mujer con un carrito, un hombre con un maletín negro y un niño con un skate. Dicen que San Francisco es una ciudad con mucho tráfico, aunque nosotros aún no nos hemos quejado. Quizás el motivo esté en que aún es muy temprano, o en que hemos elegido el camino más largo para llegar al hotel en el que Alex reservó la habitación hace ya una semana. Miro hacia el asiento a mi lado y veo que mi chico está distraído en instagram. Sonrío y freno un poco para que un perro negro pueda pasar.

-¿Quién es peterpayne03?_ estoy a punto de subirme a la acera del susto que me he dado_ ¿Qué pasa?

-Nada, nada_ intento esbozar una sonrisa_. Solo me has sorprendido, estaba muy concentrada en el tráfico_ vuelvo a mirar hacia la carretera.

-¿Quién es?_ me mira y fija la mirada en mi móvil que acaba de vibrar.

-No lo sé, no le conozco_ miento_. Mira, ya hemos llegado_ paro el coche justo delante del gran hotel y me bajo rápidamente para esperar a mi chico fuera_ ¿Vamos?

-¿Vienen aquí?_ pregunta un señor con un traje azul marino con botonadura dorada.

-Sí_ responde Alex mirándole extrañado.

-Yo les llevaré las maletas_ se posiciona al lado del coche y un Alex sorprendido se las da. El hombre entra en el edificio y nosotros le seguimos. Resulta que tenemos la suite 345 y que tienen un prestigioso servicio para que los clientes no se preocupen de nada durante su estancia en San Francisco. Después de entregar la tarjeta de crédito, al fin podemos subir a la habitación.

-¿Viste la cara de las gemelas cuando recibieron los peluches?_ pregunta Alex sonriendo al recordarlo.

-Sí, tenía que haberles comprado algo también_ arrugo un poco la frente y mi chico me besa en la mejilla.

-No te preocupes, ya tendrás tiempo para eso_ saca la pequeña tarjeta dorada que nos han dado para poder entrar y la pasa por delante de la puerta para que se abra.

-Sí, supongo_ asiento sonriendo expectante a que el chico abra la puerta.

-¿Qué es eso?_ pregunta sorprendido al mirar hacia la gran cama que hay en medio de la habitación y sobre la que descansa un gran paquete bien envuelto.

-No sé_ respondo inocente_ Ve a mirar, ¿no?

-Voy_ me mira y esboza una sonrisilla. Después se dirige al regalo y yo lo sigo con los brazos cruzados por el frío que hace allí. Primero lo mira sin saber qué hacer y a continuación, como por un resorte, empieza a abrirlo rápidamente. Al acabar, hay una gran funda de..._ ¿Una guitarra?_ pregunta con la boca abierta y abre la cremallera sin poder contenerse por más tiempo.

-Acústica_ me siento en la cama junto a él, mientras que empieza a tocar algunos acordes con una gran sonrisa.

-Me encanta_ me besa en los labios sin poder eliminar esa bonita sonrisa y de repente suelta el instrumento_ No te creerás que te he dejado sin regalo, ¿verdad?

-No sé_ respondo cogida por sorpresa y mi chico se saca un pequeño paquete del bolsillo de la chaqueta.

-Espero que te guste_ esboza una sonrisa y me pone entre las manos mi regalo de navidad.

-A ver_ cruzo las piernas en la cama y lo desenvuelvo. Es una pequeña cajita de una joyería del centro comercial al que fuimos hace unos días_ ¡Oh!_ exclamo al verlo_ ¡Me encanta!

-Es el Yin y el Yang_ explica mientras me ayuda a ponerme la parte negra. Después le doy un gran beso en los labios y le pongo la otra parte_. Estos colgantes vienen a significar que Yin necesita a Yang, y Yang necesita a Yin. Si uno está mal, el otro estará mal. Si uno muere, el otro morirá. Te necesito Amy, te amo.

-Te amo Alex, eres mi Yin_ digo sonriendo.

-Y tú mi Yang_ sonríe a su vez y lo abrazo lentamente, dejando que me envuelva entre sus brazos_ ¿Quieres que salgamos?

-No, mejor nos quedamos aquí un rato, ¿no?_ se sienta bien en la cama y yo me levanto para encender la calefacción.

-¿Dónde está?_ pregunto mirando alrededor.

-¿El qué?_ el chico coge la guitarra y la examina con cuidado.

-La calefacción.

-Allí, justo al lado del armario_ giro la cabeza y la veo detrás. Me acerco y pulso el botón para encenderla. Al instante noto una dulce oleada de calor_ Voy a ducharme_ dice levantándose y al pasar por mi lado me besa en los labios.

Ahora estoy sola en la habitación y me siento en la cama. La temperatura ya ha empezado a subir y alargo la mano para coger el móvil que está aún en el bolso. Lo enciendo e ignoro todos los mensajes de WhatsApp. Directamente entro a imstagram, para bloquear a Peter, pero antes de hacerlo veo que tengo notificaciones en los mensajes directos y pulso para leerlas.

"Peterpayne03 te envió un mensaje"

Peterpayne03: Hola preciosa, quería desearte Feliz Navidad (emoticono poniendo morritos)

Yo: ¿Cuando piensas dejarme en paz?

Peterpayne03: No creía que contestaras, veo que tengo oportunidades.

Yo: No, no tienes. Déjame en paz.

Peterpayne03: ¿Por qué quieres que te deje?

Yo: Alex ha visto que tengo a un desconocido de amigo y no quiero que sepa que eres tú.

Peterpayne03: Entonces le enviaré una solicitud a su cuenta (emoticono guiñando un ojo)

Yo: Ni se te ocurra.

Peterpayne03: Entonces desbloqueame en WhatsApp.

Yo: Ni loca.

Peterpayne03: Vale.

Peterpayne03: "Captura de pantalla"

Yo: Ni se te ocurra enviársela capullo.

Peterpayne03: Desbloqueame.

Yo: Está bien.

Peterpayne03: ¿Ves preciosa? Así estamos mejor.

Salgo de instagram y pulso el icono verde de WhatsApp. Busco en la corta lista de contactos bloqueados y desbloqueo al chico pesado. Está en línea. Lo que me faltaba, que empiece a mandarme mensajitos.

Desconocido: Preciosa (mano saludando)

Yo: Hola.

Desconocido: Tanta alegría no, por favor.

Yo: Vete a la mierda.

Silencio el móvil y lo meto de nuevo en mi bolso. Son nuestras minivacaciones. Mías y de Alex. No pienso dejar que un capullo nos las estropee. Me quito las Converse y me tumbo en la cama, abrazando la almohada, mientras escucho el sonido de la ducha y a mi chico tatarear alguna canción de rock.

CambiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora