Capítulo 23

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Amy

¿Por qué haría eso? ¿Será porque no le gusto? Quizás cuando me vio en la ducha se decepcionó o quizás me lancé demasiado. Yo creía que él quería, me lo daba entender. He estado toda la noche dándole vueltas al tema y no encuentro el motivo. Ahora estoy esperando a que Alex salga de la habitación para poder irnos. Debería preguntarle, pero no sé si seré capaz. Básicamente porque me da un poco de miedo la respuesta. Me agacho y me ajusto los cordones, en ese momento sale Alex y yo me incorporo nerviosa. Cierra la puerta y me hace un gesto para que siga por el pasillo. Yo le sonrío tímidamente y me dirijo al ascensor. Cuando entramos pulso el botón de la planta baja y en menos de medio minuto estamos abajo. Salimos y la mujer del traje rojo nos sonríe abiertamente. Esta vez no va de rojo, sino que lleva una falda negra que le tapa las rodillas, a conjunto con una blusa blanca con pequeños círculos negros.

-¿Ya os vais?_ pregunta y abre su cuaderno.
-Sí_ responde Alex sin ningún tono de emoción en la voz.
-Amelia Johnson y Alexandro Watson, ¿verdad?_ pregunta tachando nuestros nombres con el mismo bolígrafo Bic azul de ayer.
-Exacto_ responde Alex impaciente.
-¿Lo habéis pasado bien?_ pregunta la mujer con cortesía.
-No le importa_ me sorprendo muchísimo con esa respuesta y me pongo un poco nerviosa.
-Sí, ha estado bien_ respondo sonriendo tímidamente.
-Me alegro_ dice la mujer y me sonríe. Debe de haber entendido que Alex es un grosero y supongo que no le dirigirá más la palabra.
-Nos vamos.

Alex me agarra de la mano derecha con fuerza y caminamos hacia fuera. Yo me suelto y él se sorprende muchísimo.

-¿Qué haces?_ pregunta y le pide al conductor del taxi que he pedido antes que espere un poco.
-¿Yo? ¿Qué haces tú?_ le digo alzando la voz.
-Yo no he hecho nada.
-Piensa lo que quieras_ me alejo de él y me subo al taxi. Él me sigue enfadado y el conductor pone en marcha el coche sin decir nada. La tensión se puede cortar con un cuchillo y no hablamos en todo el camino. En unos pocos minutos estamos en el aeropuerto y salimos. Volvemos a pagar entre los dos la elevada cantidad, y sin dirigirnos la palabra entramos en el aeropuerto.

-¿Que te pasa?_ pregunta en un tono más calmado mientras hacemos la misma rutina con las maletas que hicimos en el viaje anterior.
-Nada_ respondo y me doy cuenta de lo infantil que he sonado_. Es decir, claro que pasa, pero no creo que sea importante.
-Cuéntame_ me dice.
-A ver, primero me rechazaste ayer_ digo bajando la voz hasta que se convierte en un susurro_, hoy ni siquiera hemos hablado y además la forma en que has tratado a esa pobre mujer.
-No te rechacé.
-Si que lo hiciste, ¿es porque no te gusto?_ le pregunto avergonzada y recojo el bolso y la bolsa de Alex al final del túnel.
-¿Qué?_ pregunta boquiabierto_ Joder Amy, claro que me gustas.
-No sé_ susurro y noto como una pequeña lágrima se me cae. No sé por qué, pero en este momento quiero desaparecer. No quiero que Alex me vea llorar. Me seco la lágrima con fuerza y me giro. Bajo la escalera hacia la pista con mi novio detrás y llegamos al avión.
-Me gustas nena, y me gustas mucho_ me dice, y me para justo delante del avión.
-¿Y por qué me rechazaste?
-No llevaba condón_ me dice y de repente se me cae el alma a los pies. Es verdad, no teníamos condón... ¿Es posible...?
-¿Por eso era?_ susurro quedándome en blanco de repente.
-Claro, ¿por qué iba a ser si no?
-Lo siento_ murmuro disculpándome. Mira que llego a ser tonta, siempre pienso en lo peor.
-No te preocupes pequeña_ dice abriendo los brazos_, ven.
-Te quiero_ digo refugiándome en sus brazos. Se está tan bien aquí que incluso crees que te puede proteger de todo. Incluso de los peores huracanes y tsunamis. Este chico tan grosero con los demás, es la mejor compañía del mundo y sus brazos se han convertido en mi lugar favorito.
-Yo también te quiero_ me dice y me estrecha un poco más hacia sí.

Me suelta y me agarra de la mano. Entramos juntos en el avión como una pareja, como la pareja que somos.

-¿Me tocará estar al lado de un crío como el de la otra vez?_ me pregunta encogiendo los brazos.
-No intentes esconderlo, te caía bien_ le digo enarcando una ceja y me coloco en mi asiento.
-¿A mí?
-Sí, a ti pillín_ le digo y le sonrío abiertamente justo antes de darle un beso en la mejilla. Él no se conforma con eso y me besa en los labios.
-No sé de qué hablas_ bromea encogiendo de nuevo los hombros.

En el asiento de al lado se coloca un señor mayor de aspecto perfecto. Pienso en lo mucho que destaca entre la multitud, con ese reloj de oro y todos esos anillos en los dedos. Va vestido con un traje negro y corbata. No puedo llegar a imaginarme donde irá así. Me apoyo en el hombro de Alex y el apoya su cabeza sobre la mía. Noto su pausada respiración y después de unos diez minutos me duermo en esa posición. Sueño con conciertos de R5, con críos con DS's y con Alex. Sueño que me lleva a cenar a casa de su familia, de repente comienzan a pelear y él se gira y me dice que me quiere pero que no podemos follar. Incluso en mis sueños tiene ese tipo de lenguaje.

Me despierto con la voz de mi novio, que me avisa de que en cinco minutos bajamos.

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