Capítulo 40

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Amy

Después de pasar casi toda la tarde en el Starbucks, en la cual me había leído buena parte del libro, Alex me propuso ir a un spa. Yo acepté un poco sorprendida, ya que no sabía que le gustaran los spas y esas cosas.

-¿Qué?_ preguntó riendo_ Yo no voy_ me aclaró soltando una carcajada_ Ve tú, ya tengo el sitio reservado.

Así que me ayudó a llegar hasta allí y él se fue a no sé donde a preparar quien sabe qué. Me prometió que a las ocho y media justas estaría en la puerta con el coche para recogerme. Yo asentí sonriendo y me despedí de él con un pequeño beso en los labios. Después entré en el edificio y le enseñé a la asistenta rubia el pequeño ticket que me había dado mi chico. La joven sonrió y anotó algo en una bonita agenda rosa con una pluma negra. Me miró esbozando una sonrisa y me hizo un gesto con la mano huesuda para que la siguiera. Me llevó a la zona de masajes y me indicó que me tumbara.

-¿Te apetece un tratamiento de relax?_ esbozó una sonrisa y me dio un boceto con toda la gama de tratamientos que podía reclamar allí_ En un momento vendrá la masajista, yo vuelvo al recibidor.

Comencé a mirar el boceto y al final me decidí por la opción sensaciones de lujo que me llamó la atención. Enseguida apareció una joven rubia vestida de rosa fucsia y empezamos a hablar.

-¿Estás relajada?_ pregunta la chica mientras pasa las manos por la parte alta de la espalda_ Ya estoy a punto de acabar.

-No tengas prisa_ digo riendo y hundo un poco más la cabeza en el hueco de la camilla.

-Llevas aquí cuarenta minutos.

-¿Tanto tiempo?_ digo levantando la cabeza sorprendida.

-Se hace corto, ¿verdad?_ esboza una sonrisa y me pasa las manos por las piernas por última vez_ Ahora tienes que pasar por esa puerta y llegarás a la zona de Wellness.

-Muchas gracias_ sonrío y me levanto como por un resorte. Me pongo una bata blanca y paso por la puerta que me dijo la chica.

...

-¿Peluquería?_ pregunta la mujer pelirroja que lleva media hora a mi lado.

-Vale_ accedo sonriendo y me ayuda a levantarme para pasar a lavarme el pelo.

-¿Te has relajado?

-No sabes cuanto_ confieso y cierro los ojos.

-Siempre viene bien una sesión de spa en vacaciones_ el agua roza mi pelo y un escalofrío me recorre.

-¿Está fría?_ gira rápidamente el grifo y empieza a salir más templada.

-Ahora está bien.

-Sí, tenemos que tener cuidado_ empieza a frotar y yo decido callar y escuchar la canción que suena de fondo. Es una melodía china. Lo sé por las clases de música del instituto. Siempre me gustaron, además esta en concreto parece relajar bastante. Dejo que mi mente viaje un poco por cerezos en flor y paisajes fantásticos, hasta que el leve ruido del agua cesa y la mujer me toca un poco en el hombro para indicar que me levante. Yo la obedezco y sacudo un poco la cabeza para volver a la realidad, mientras me dirijo a una silla negra frente a un gran espejo_ Podemos cortar por aquí y teñir, ¿no?

-Vale_ asiento sonriendo y veo que la mujer coge un peine negro y unas tijeras.

...

-¿Te gusta?_ me miro al espejo y me sorprendo por el resultado. Nunca creí que me quedaría bien este color... Y el pelo me lo ha cortado un poco más y me lo ha alisado. Verdaderamente ha hecho un buen trabajo.

-Me encanta_ asiento con la cabeza y me levanto de la silla.

-El tinte es temporal_ dice la chica pasándome el peine por el pelo_, no he querido ponerte uno que dure más.

-Mejor, así podré volver a mi color pronto_ la chica sonríe y se va a la silla de al lado, a cortar el pelo a una mujer más mayor que lleva un rato leyendo una revista de moda. Me dirijo a la puerta aún con la bata puesta y cruzo los pasillos de color azul celeste y blanco, hasta llegar a las taquillas, donde debería estar mi bolso y mi ropa_ Amelia Johnson_ digo a una mujer vestida de negro que ha venido en mi busca rápidamente. Abre la taquilla número tres y me da mis cosas. Yo sonrío y paso detrás de las cortinas para cambiarme. Me quito rápidamente la bata blanca y me visto con la ropa que traía. Ahora mismo siento un poco de calor, aunque supongo que se me pasará en cuanto salga. Me miro al espejo y veo el buen trabajo que han hecho en mi pelo. Estoy deseando que Alex me vea. ¡Alex!

Alex: ¿Cómo vas amor?

Yo: Voy a salir ya, ¿te pasas?

Alex: Perfecto.

Apago el móvil y me lo meto en el bolsillo del abrigo. Me coloco bien el bolso y reviso que aún llevo puesto mi colgante del Yin y el Yang. Descorro la cortina y me despido de la mujer, que me abre la puerta con salida al vestíbulo después de esbozar una pequeña sonrisa y decirme que estoy preciosa.

-¿Tengo que pagar algo?_ pregunto educadamente colocando las manos sobre el mostrador.

-Claro que no, su novio hizo la reserva ayer_ sonrío por última vez y me despido de la mujer. Abro la puerta giratoria y salgo a las frías calles de San Francisco en una fría noche de Diciembre.

-¡Bombón!_ susurran en mi oído un poco después de salir. Mi cuerpo se derrite ante esa palabra, pero sobre todo, al ver de quien proviene.

-Alex_ me acerco a él y lo beso suavemente en los labios_, te echaba de menos.

-Y yo,_ dice sonriendo_ estaba por entrar ahí dentro.

-Hubiese estado bien_ le cojo de la mano y miro alrededor buscando su coche_, así le hubieras dicho a Rebecca como querías que me pusiese el pelo.

-Ha hecho un trabajo estupendo esa tal Rebecca_ me tira de la mano y me estrecha hacia sí, haciendo que mi cuerpo de repente exhale adrenalina_ Te sienta muy bien, bombón.

-Va, vamos al coche_ susurro esbozando una sonrisilla. Se separa de mí y tira hasta llegar al coche. Me abre la puerta y entramos.

-¿Quieres ducharte o algo?_ pregunta poniendo el coche en marcha.

-No, estoy bien así_ me froto las manos y enciendo la calefacción.

-Perfecto.

-¿No vamos al hotel?

-Por supuesto que no_ sonríe cómplice y hace que el coche se introduzca en el amargante tráfico.


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