ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 16

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La primera semana y media en el campamento de los elfos del sol estuvo llena de reuniones diplomáticas y asuntos de la corte. Así que Callum apenas había tenido oportunidades para pasar tiempo con su tía, Aedyn o Janai desde su llegada. Al menos no fuera de las reuniones. Pero, por lo menos, se había enterado de varias cosas importantes, como que desde de la corrupción del nexo del sol, criaturas corrompidas rondaban por los alrededores por la noche por lo que debía mantenerse alerta o que había habido un par de conflictos entre elfos y humanos a lo largo del tiempo que habían convivido en el campamento, pero que, por suerte, no había sido nada demasiado grave. También se había enterado de algunas cosas que le interesaban a un nivel más personal, como que Amaya y Janai cada vez iban más en serio, o que la madre de Aedyn era consejera de la reina, aparte de maga.

A pesar de todo eso, no pudo evitar alegrarse en cuanto terminaron de lidiar con todas los asuntos diplomáticos y finalmente pudo pasar algo de tiempo con la gente que le importaba. Divirtiéndose con su tía en su tiempo libre o simplemente estando con Aedyn, leyendo o hablando de lo que fuera, el elfo incluso había prometido llevarlo a algún lugar interesante pronto. Así que, sí, acabar con todos sus deberes definitivamente lo puso de buen humor.

De hecho, justamente se dirigía hacia la tienda de la familia del otro mago, esperando encontrarse con su amigo para merendar, cuando fue interceptado por un par de elfos del sol que nunca había visto antes. Un chico y una chica que parecían tener más o menos su misma edad.

—¿Tú eres el príncipe humano, no? El amigo de Aedyn.— La chica preguntó apresuradamente, jugueteando con sus propias manos.

—Si, ese soy yo.— Él contestó, un tanto desconcertado por su interrupción. —¿Puedo ayudaros en algo?

—No, no, de hecho, solo sentíamos curiosidad. Después de todo, ser el primer humano en aprender un arcano no es precisamente moco de pavo, así que nos apetecía ver quién había sido capaz de conseguirlo.— El chico dijo, cruzando los brazos por encima de su pecho a pesar de estar sonriendo.

—Entiendo.— El joven respondió, devolviéndole la sonrisa al chico. —¿Cómo os llamáis?

—Mi nombré es Elián y mi amiga se llama Sanya.

—Es un placer conoceros, yo soy Callum.— Él se presentó, dudando unos segundos antes de decir sus siguientes palabras. —Uh, ¿puedo preguntaros algo?

—Adelante.— Elián asintió.

—¿De qué conocéis a Aedyn?— El príncipe contestó tras la confirmación del elfo. Después de todo le extrañaba bastante que pareciesen estar tan familiarizados con él, especialmente porque este no era una persona particularmente sociable. Y, de hecho, aparte de su madre, Kin o Crésida, nunca había mencionado ser particularmente cercano a nadie del campamento. Definitivamente no a nadie de su edad. —No quiero entrometerme en nada que no sea asunto mío, pero me sorprendió un poco que lo mencionarais, él nunca me ha contado nada sobre tener amigos aquí.

Ambos elfos se miraron durante unos segundos, como si estuvieran debatiendo si explicarle todo o no, antes de que la chica respondiera a su pregunta: —Es que no somos amigos, al menos ya no. Pero solíamos serlo, hace algún tiempo.— Sanya explicó, pareciendo algo nerviosa. —Mucho, en realidad.

—¿A qué te refieres?— Callum preguntó, siendo incapaz de contener la curiosidad.

—Éramos amigos de niños.— Elián dijo, pareciendo algo reacio. —Pero entonces él y sus padres desaparecieron durante más de un año y medio y cuando volvió, completamente solo y... diferente, realmente no sabría cómo explicarlo. En fin, el caso es que ya no somos amigos, realmente no pensaba que Aedyn pudiera tenerlos en absoluto hasta que apareciste por aquí.

𝐆𝐨𝐥𝐝𝐞𝐧 𝐒𝐤𝐢𝐞𝐬 ∣ ᴄᴀʟʟᴜᴍ x ᴍᴀʟᴇ ᴏᴄDonde viven las historias. Descúbrelo ahora