▍║Pusilánime║▍

XIII

"Pasaré por ti a las ocho."

Sergio relee el mensaje que le envió Max en la mañana antes de revisar la hora en su celular. Son las diez de la mañana, tiene aproximadamente diez horas para prepararse para la dichosa fiesta ostentosa anual de los Ocon pero aún así siente que no le va a dar tiempo.

-¿Hay algo que esté buscando en particular?- La voz amable de una de las trabajadoras llama su atención y Dios, no debería estar en una tienda para bebés si quiere estar listo a tiempo.

Pero Arthur existe y él es débil ante su sobrino postizo. Necesita consentirlo.

-Si, la verdad es que estaba buscando la sección de peluches.- Responde y tras una amable sonrisa y cortas indicaciones, se encuentra en su destino y sus ojos brillan maravillados ante la variedad de juguetes. ¿Debería vender su alma al diablo y comprárselos todos?

-¿Sergio?- Una voz lo llama, provocando que dé un pequeño salto en el lugar. Gira su cabeza hasta donde un curioso aroma a fresas y leche es más intenso, y sus ojos se abren amplios en reconocimiento. -Oh sí eres tú.-

-Hola.- El castaño murmura con una sonrisa. -Perdón pero no sé tu nombre.- Creía que hablarle directamente por su nombre se vería sospechoso, tomando en cuenta que fue su marido quien le dijo y no el propio Omega.

-Yuki Tsunoda. No me presenté aquel día en la oficina.- Le extiende una mano en saludo, que pronto es correspondida por Sergio. -No me diga que el señor Verstappen va a ser papá pronto.- Los ojos del mexicano se abrieron amplios.

-No, no, no. Vine a comprarle unas cosas a mi sobrinito.- Le dice y Yuki le sonríe bonito. -No me percaté el día que fui a verlo, pero tú sí que esperas un bebé. ¿Cuánto tiempo tienes?

-Hoy hace dos meses.- Responde feliz. -Vine con unos amigos, ven con nosotros.- Le ofrece y las mejillas de Checo se sonrojan un poco ante la propuesta.

-¡Yuki! ¡Mira que lindo!- Un chillido feliz interrumpe su conversación y pronto dos chicos se acercan a ellos con pequeñas prendas en sus manos y ojos brillantes. -¡Mira! ¡Es un osito! ¡Oh, hola!- El pecoso recibe un corto abrazo por parte de uno de los chicos, mientras que el otro le dedica una sonrisa y un corto saludo con la mano.

-Lando, Oscar. Él es Sergio.- Los presenta y ambos chicos le dedican una reverencia. -Nos va a acompañar.- El Omega abre los ojos soprendido y el japonés le dedica una sonrisita. -A ver, ¿qué tienen para mí?- Oscar se acerca con rapidez, apartando a Lando, quien deja escapar un quejido.

-Observa este pequeño vestido.- Le muestra la prenda de un tono rosa fresa, con varios encajes en la parte inferior y varias perlas adornando toda la superficie de la tela. -Es hermoso. Hay que comprarlo, voy a comprarlo. Es más, ¿por dónde está la caja?-

-Oscar, no sabemos si va a ser niña o niño.- Tsunoda le dijo con una sonrisa. -Si resulta ser varón, vas a gastar dinero en vano.- Él arrugó sus cejas ante las palabras del Omega.

-Va a ser niña.- Le dijo seguro, inclinándose hacia la altura del vientre de Yuki y le apuntó con un dedo, dando toques suaves en el mismo. -¿Escuchaste a tu tío? Voy a comprarte un vestido preciosamente caro, tienes que ser una nena. No me defraudes.- Lando y Yuki rodaron los ojos a la vez mientras que Checo sonreía.

-Porque no sabemos el sexo aún debíamos comprar ropa unisex.- Lando dijo, acercándose al japonés para dejar un pequeño mono enterizo con textura afelpada y orejas en la capucha. -Es un osito.- Dijo con ojos brillosos. -Y lo mejor es que puedes ponérselo ya sea niña o niño, es una excelente inversión. ¿No es así, Sergio?- El aludido
parpadeó.

-¿Qué? Ah, sí, sí. Es muy bonito.- El rostro del otro Omega brilló en felicidad ante sus palabras.

-Ves. Vamos a comprarlo.- Dice emocionado. -Dios, ya quiero que nazca para vérselo puesto.- Murmura feliz y el mexicano observa la interacción entre los Omegas con una sonrisa. -Sergio ¿Tú también vas a tener un bebé o estás como nosotras, consintiendo sobrinos?- Le responde que lo segundo, mientras les aclara que pueden decirle Checo y todos asiente satisfechos.