Un plato que se sirve frío.

6.4K 656 99
                                    

-Señor.- La voz baja de Yuki hizo eco en el silencio de la
oficina. El Omega apretó los labios, extendiendo una leche sabor banana sobre el escritorio de su jefe, quien mantenía la mirada fija en unos papeles. -Su madre está fuera, señor. Pide hablar con usted.- El japonés le dijo, llamando la atención del Alfa. -Debería hablar con ella, luce muy preocupada.- Max arrugó las cejas, luciendo molesto.

-No tengo nada de que hablar con ella.- Masculla, con el tono de voz tenso. -Dile que se vaya, no quiero verla. Estoy ocupado.- El pelinegro suspiró apretando las manos un poco para atreverse a decir.

-Es su madre.- El mayor dice, dejando una caricia inconsciente en su vientre. -Hable con ella, ¿sí? Escuche lo que tiene qué decirle y si después no quiere verla, no lo haga. Pero antes conversen un poco, ¿bien?- Él le regaló una débil sonrisa cuando el rubio asintió despacio.

Aflojó el nudo de su corbata, reclinándose en el asiento mientras observaba al Omega salir de la oficina. La puerta de la misma se abrió nuevamente y sintió su cuerpo tensarse al ver el rostro triste de su madre.
Ella se acercó, con pasos lentos y vacilantes hasta él, pronto tuvo sus manos frías acunando sus mejillas y apretó los labios cuando la mueca de tristeza en el rostro de su madre se intensificó.

-Luces tan cansado. ¿Por qué estás así, mhm? ¿Has estado comiendo bien?- Ella preguntó y la preocupación de la Omega
creó un nudo en su estómago que se apretaba con cada respiración que daba. -¿Estás así por Sergio?- La mención
del mexicano fue suficiente para quebrar lo poco que le quedaba de compostura.

Su mirada se nubló y sintió el nudo en su estómago subir hasta su garganta, impidiéndole tomar aire. Se alejó del toque de su madre, con el pecho apretado y las ganas de llorar entristeciendo sus feromonas que se habían vuelto suaves, casi imperceptibles y Max sabía que ese era el castigo de su lobo hacia él por la ausencia de su Omega.

Desde que Checo se había ido, no lo sentía intentar tomar el control, su naturaleza Alfa estaba demasiado ocupada con pedir constantemente por su Omega, demasiado triste como para crear problemas y mentiría si dijera que su lobo era el único al que le había afectado no tener al de pecas cerca.

-¿De qué quieres hablar, mamá? Tengo trabajo pendiente y recuerdo haberte dicho la última vez que viniste que no quería hablar contigo.- Sophie frunció las cejas un poco, apartándose para mirarlo a los ojos y él leyó una advertencia muda escrita en el brillo amenazador de sus iris.

-Ten cuidado como me hablas Emilian. Sigo siendo tu madre.- Le dijo, dando unos pasos lejos del escritorio pero sin apartar la mirada del rostro de su hijo. -Sé que estás molesto por lo que hice, pero no puedes evitar que me preocupe por ti. Eres mi hijo y es mi deber velar por tu bienestar.- Ella añadió, con el tono de voz tenso. -¿Acaso te has visto a un espejo? La barba no te luce en absoluto.-

-Es mi apariencia, no veo como te afecta.- Refutó, pasando la mano inconscientemente por la barba que comenzaba a formarse por toda la extensión de su mandíbula. -De hecho, ninguna de mis cosas debería de afectarte de ninguna manera, es mi vida y yo me encargaré de lo que pase o no en ella.- Le dijo, esperando que su madre leyera el mensaje oculto entre sus palabras.

-Me importa, soy tu madre.-

-Lo eres, pero no por eso tienes derecho a interferir en mi vida. Soy un adulto y tomaré mis propias decisiones, te guste o no.- Sophie arrugó las cejas, el suave aroma a margaritas tornándose ácido y el rubio sabía con anticipación que se avecinaba otra de las muchas discusiones en las que siempre terminaban sus encuentros.

-Toda esta actitud tuya es por Sergio, ¿no?- Ella masculló, sus palabras cargadas de veneno y el Alfa apretó los labios, el nombre dejando un sabor amargo en su boca. -Ya me disculpé por eso. No debí llevar a tu esposo ese día al hotel, pero lo que sí no es mi culpa es que su relación sea tan frágil como para hacerlo huir solo por verte con su hermana.- Max arrugó las cejas.

▍║Pusilánime║▍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora