Capítulo 11: ¡Kamaboko Squad!

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Sanemi estaba enojado, irritado y debía admitir que también celoso. (¿Y cuando no..?). 

Según la perspectiva del albino todo era la culpa del saco de plumas de Kanzaburo que había ido de chismoso a contarles a los hermanos Kamado y dicho sea de paso a los mocosos de Zenitsu e Inosuke que estaban presentes cuando el cuervo les aviso sobre los último sucedido con Giyuu. 

En cuanto lo supieron no dudaron en hacerle una visita al pilar del agua, ya que le guardaban mucho respeto y cariño por lo que hizo por ellos. 

Pero digamos que Sanemi no estaba del todo de acuerdo con esa visita. Habían pasado aproximadamente dos semanas desde el incidente, lo que significaba que el Shinazugawa necesitaba regresar a su entrenamiento si o si. 

Sin importar si le agradaba la idea o no.  

Ahora iba de camino a la mansión de las mariposas para tomar un pequeño descanso del entrenamiento con Obanai, además de aprovechar la situación para ver a Giyuu. 

Desde la entrada Sanemi pudo escuchar varios gritos y lloriqueos, seguramente pertenecían a los ruidosos amigos del Kamado, su escándalo era audible desde afuera, ahora no quería imaginar el desastre en el interior de la finca. 

- Todo sea por Yuu.. - suspiró y luego se adentró al lugar. 


- ¡Esto les pasa hasta los hashiras.! - gritó un escandaloso Zenitsu que tiraba de los mechones de su cabello dorado - ¡¿Qué será de mí?! ¡Voy a morir tan joven! 

- ¡Cierra la boca, Monitsu! - apuntó con su dedo - ¡Soy el rey de la montaña, nada te pasará si estas de mí lado y me rindes culto! 

- ¡Chicos cálmense por favor! - Tanjiro intentó calmar a sus amigos, pero era inútil, no dejaban de hacer ruidos, comenzaba a darle vergüenza el hecho de que Giyuu los estaba observando. 

Kanao lanzó su moneda al aire para saber si debía socorrer a Tanjiro o dejar las cosas así. Para la mala suerte del pelirrojo la moneda dio cara, lo que significaba que Kanao se haría a un lado para no serle de estorbo.

Una nueva presencia se adentró a la habitación, desde el umbral de la puerta se apoyaba el aterrador pilar del viento. Zenitsu e Inosuke agacharon su cabeza y dejaron su pelea a un lado después de visualizar al más alto. 

- S-shina-z-zugawa-san - tartamudeó el pelirrojo asustado - D-disculpe el escándalo - se apresuró a hacer una reverencia ante el albino. 

- Malditos mocosos me las pagarán.. - pensó Sanemi - Tsk, como sea. - dijo Sanemi de mala gana ignorando al pobre Tanjiro y caminando hacia la camilla donde estaba sentado Giyuu y justo a su costado Kanao que se sobresaltó por su presencia y se alejó de ahí asustada. El albino revolvió las hebras azabaches del Tomioka con cariño, cosa que dejo perplejos y boquiabiertos a todos los presentes - ¡¿Qué miran malditos metiches?!

- ¡P-perdone S-shinazugawa-san! - volvió a disculparse Tanjiro con el pilar del viento haciendo una leve reverencia que fue ignorada nuevamente por Sanemi. 

- Es por eso que los hashiras dan tanto miedo.. - susurró un tembloroso Zenitsu. - Son muy extraños.. 

- ¡Debes pelear conmigo! - exclamó Inosuke señalándose así mismo en aires de grandeza y llamando la atención de todos en la habitación - ¡El Tontioka no puede hacerlo pero tú sí! ¡Te mostraré que yo soy más fuerte!

Sanemi sólo lo miró para simplemente ignorarlo. 

- ¡Oye no me ignores! - reclamó indignado - ¡Soy el rey de la montaña, me debes tu adoración! 

𝙻𝚒𝚝𝚝𝚕𝚎 𝙶𝚒𝚢𝚞𝚞!| ⓢⓐⓝⓔⓖⓘⓨⓤⓤDonde viven las historias. Descúbrelo ahora