𝙻𝚒𝚝𝚝𝚕𝚎 𝙶𝚒𝚢𝚞𝚞!| ⓢⓐⓝⓔⓖⓘⓨⓤⓤ

𝐄𝐱𝐭𝐫𝐚 𝐕

⊱『 Ceremonia 』⊰

El alboroto era que lo que se vivía en aquella mañana de invierno en el jardín de la animada y muy bien arreglada finca del viento. Aoi y Kanao se encargaban de cuidar la comida, ya que desde que el Hashibira puso un pie en el lugar no dejaba de mirar los alimentos servidos sobre la mesa muy bien adornada. A pesar del clima frío de aquel día, todos estaban muy contentos con la ceremonia que uniría las vidas de el Tomioka menor y el Shinazugawa mayor en matrimonio.  

Kiriya Ubuyashiki, quien con la muerte de su padre en la explosión se convirtió en el nuevo Oyakata-sama, al hablar con Giyuu y Sanemi después de la recuperación del azabache y enterarse de su pronta ceremonia insistió en ser él quien tuviera el honor de casarlos, a lo que ellos no pudieron negarse a su gentil petición. 

Sanemi caminaba de un sitio a otro con un corazón agitado y los nervios de punta al notar la llegada de más y más invitados. Tengen, quien había estado buscando al albino para felicitarlo notó su inmensa ansiedad, así que se acercó para apoyarlo, ya que realmente lo necesitaba. Además, si no lo hacía Sanemi terminaría hecho un total desastre. 

—¡Hey, Shinazugawa! 

—¡¿Eh?! —Sanemi saltó en su lugar. 

—Tranquilízate.. todo estará bien, estoy seguro de que Tomioka no se fugará.. —Uzui sonrió —¿O sí? —susurró un poco indeciso. 

—¡¿Que dijiste, maldito?! —exclamó, su aura cambió a una sombría y tenebrosa. 

—Nada, olvídalo. —Uzui miró a Sanemi, quien volvió a caminar de un lado a otro, manteniéndose cabizbajo —¡Deja de caminar, me mareo! —señaló. —¡Arruinarás lo bien que se ve mi cabello! 

Antes de que Sanemi pudiera alegarle a Uzui y a sus miserables quejas, una emocionada voz lo interrumpió —¡Sanemi-san! —llamó Tanjiro, sus orbes iluminados por brillitos de entusiasmo —¡Giyuu-san esta llegando! 

En ese momento, Sanemi, quedó estático por unos segundos, el momento que más esperaba había llegado. Giyuu finalmente se convertiría en SU adorable y lindo esposo; su imaginación en aquellos instantes era simplemente maravillosa.. hasta que Tengen con un golpe lo hizo regresar a la realidad. —¡Agh.. ya voy! 

A pasos apresurados, sintiendo como su corazón podría desbocarse en cualquier momento se posicionó en su lugar, bajo el arco de narcisos japoneses, unas hermosas flores blanquecinas que a pesar del invierno podían florecer, además, hecho con cariño por las manos de los hermanos Kamado y sus amigos. 

Tomó un respiro y luego recibió una sonrisa que le transmitió paz a su agitado corazón por parte del pequeño Oyakata-sama, con ello confirmó que el jovencito había heredado esa parte pacifica que todos añoraban de Ubuyashiki Kagaya. 

Observó el cielo detenidamente, sintiendo la brisa acunar su rostro con suavidad. Por primera vez en todo el día se sentía en calma.. 

—Nemi, esta muy bien arreglado para ser él. —rió sutilmente.