CAPITULO 23

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A pesar de que no había ningún motivo para celebrar nada esa noche, no me sentía de ánimos para permanecer encerrada en mi habitación, pensando en si las decisiones que había tomado esta noche, habían sido las correctas o no. Así que opte por reunirme con los demás para olvidarme por un momento de todos mis problemas.

-Susan, ¿Dónde están? He intentado llamar a Amanda, pero al parecer está demasiado ocupada para contestarme – Dije bromeando, mientras escuchaba la música de fondo a todo volumen.

-Creo que esta algo ocupada, disfrutando de la luna de miel con su romeo – Se burló Susan de la escena que estaba siendo testigo.

-Por lo menos alguien está disfrutando de algo, esta noche – Pensé en voz alta.

-¿Te encuentras bien? Quieres que le diga a alguno de los chicos que vayamos a buscarte – Pregunto con preocupación.

-No te preocupes Susan, de hecho para eso fue para lo que hable; estoy en camino, pero no sé en dónde encontrarlos.

-Es verdad, no te confirmamos el lugar, porque en realidad pensamos que al final no podrías venir, pero me encanta que te unas a nosotros. Estamos en la casa de Ian. – Al parecer mi noche había terminado incluso antes de comenzar.

-Pensándolo bien, creo que será mejor que vuelva al departamento y las vea ya que regresen.– Lo menos que quería en estos momentos era encontrarme con la causa de mi confusión y mis problemas.

-Vamos Alexa, no estás hablando enserio; tienes que venir... – Al fondo se escuchó la voz de Amanda.

-¿Es Alexa con quien hablas? Dame el teléfono, yo hablo con ella... – Dijo Amanda, quitándole el teléfono a Susan. – ¿Ya vienes en camino? Porque créeme que te has perdido de varias rondas de tequila. – Por su voz, se notaba que el efecto del alcohol comenzaba a ocasionar estragos en ella.

-Le decía a Susan que lo mejor será que no vaya, tu sabes que la tensión entre Ian y yo, es demasiado incomoda, y lo único que provocare al ir, es arruinarles la noche; mejor las espero en mi departamento.

-¿Sabes que creo? Tu no estas preocupada por arruinarnos la noche; lo que te preocupa es que la pases tan bien, que tengas que admitir que Ian y tú, no son tan malos juntos. – Bien decía el dicho "Los niños y los borrachos, siempre dicen la verdad" Amanda había dado exactamente en el clavo, pero ni siquiera a ella se lo admitiría.

-Estás loca, y para demostrarte que no me preocupa lo que sea que estás pensando, voy a ir con ustedes; dame la dirección. – Escuche con atención las indicaciones que me dio.


Una vez que colgué la llamada, le pase la dirección al taxista y me arrepentí de ir hacia allá, sin haber preguntado antes, si Liz se encontraba con ellos.

La repentina llamada de Steve había dejado muy nerviosa a Liz, y le era casi imposible disimular lo mucho que le había afectado lo poco que le había dicho.

-¿Te pasa algo Liz? Te noto extraña, intranquila; quien era la persona que te hablo hace rato. – Pregunto Ian, más por curiosidad que por interés.

-Era sobre un asunto de la empresa, pero mañana me encargare de resolverlo, no te preocupes. Sabes, creo que lo mejor será que me vaya a descansar; ha sido un día largo, y como te dije, mañana tengo varios pendientes que resolver. Nos vemos en la oficina, gracias por la invitación, como en los viejos tiempos. – Le dijo, depositando un beso en sus labios, el cual por primera vez en mucho tiempo Ian no esquivo.

-Ve con cuidado, y descansa. – La acompaño a la salida.


Antes de que Ian pudiera darse cuenta de quien había llegado, Liz aprovecho para acercarse seductoramente y darle un beso apasionado y lleno de deseo contenido. Mi sorpresa al presenciar la escena, fue igual de grande que mi desilusión, pero pretendí no sentirme afectada por ellos.

TE ODIO PORQUE TE AMODonde viven las historias. Descúbrelo ahora