CAPITULO 24

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Luego de una larga ronda de sexo y algunas copas de vino, Steve y Liz se dieron tiempo para hablar y reorganizar sus estrategias. Steve le conto todos los detalles de la separación y cada una de las cosas que dijo para seguir manteniendo sus vínculos con los Adams.

-Dejare que Alexa piense que un lo siente, es el punto final para nosotros; y mientras, me mantendré presente, pero siempre al margen, haciendo que vuelva a necesitarme; y cuando lo consiga, le daré una sola oportunidad, pero si sigue empeñada en continuar haciéndolo difícil, voy a tener que asegurarme de destrozar su corazón, para luego convertirme en el valiente caballero de armadura brillante que la rescate de su sufrimiento – Sus ojos se oscurecieron al decir esto último, y por un momento Liz tuvo algo más que deseo por él. Temor.

-Además de ser maravilloso en la cama, eres un hombre brillante; pero ¿Debería temer de ti? – Comento Liz, después de escuchar con atención todo lo que Steve le contaba.

-No, mientras no te interpongas en mi camino. Puedo ser el mejor aliado Liz, te seguiré dando el trato especial que hasta ahora te doy. Pero si por alguna razón arruinas mis planes, ten por seguro que contigo no lo pensare dos veces para destruirte. – Dijo tomándola de forma brusca por las mejillas y plantándole un beso.

-Y si no lo piensas dos veces, porque a ella le has dado tantas oportunidades – Lo reto.

-No intentes comparar a Alexa contigo, porque créeme, siempre saldrás perdiendo; sino pregúntaselo a Gallagher, estoy seguro que él te contestaría lo mismo. – Se mofo de ella.

-Idiota – Su comentario la molesto tanto, que su reacción fue darle una fuerte cachetada. – Lo mismo va para ti Steve, no te metas en mi camino, porque tu muy bien sabes, que no eres el único que podría ayudarme a mantenerla alejada de Ian; hay alguien más que podría servirme, pero ese va a ser mi as bajo la manga, en caso de que tú no funciones. – Su respuesta estaba cargada de veneno. – Y no te preocupes, que al paso que voy; yo misma lograre que Alexa vuelva a ti, suplicándote que regreses con ella.

Aunque intentaba mantenerme tranquila y tratar de conciliar el sueño, mis pensamientos no me permitían conseguirlo. Me sentía demasiado bien rodeada de los fuertes brazos de Ian, pero ahí estaba el principal problema y mi mayor temor; sabía que esos brazos solo me pertenecían esta noche, y después; ¿después que habría?

Irme sin decir nada o sin dejar una nota de despedida, no era lo correcto; pero no sabía que otra cosa más podría hacer; solo tenía la necesidad de acabar con esto antes de escuchar de los propios labios de Ian, que había sido bueno, pero solo sería bueno para una noche. Así que si darle más vueltas al asunto, me levante con cuidado para no despertarlo, me vestí y tome el primer taxi que me llevara de vuelta a casa.

Era una cobarde, lo sé; primero por huir de la forma en que lo estaba haciendo, sin darle una explicación; y segundo por ni siquiera poder admitir en voz alta lo que sabía desde hace mucho tiempo. Yo no deseaba una noche de sexo alucinante con Ian; yo lo que deseaba, era tener el corazón de Ian.

Por la mañana, Ian comprobó que se había equivocado, al notar el espacio que habíamos compartido horas atrás totalmente vacío. Y aunque no lo

tomó por sorpresa el que me hubiera ido; si esperaba que dejara una nota de despedida o algo que le dijera que todo lo que había pasado la noche anterior, era mucho más que solo sexo casual.

Por un momento se sintió molesto de darse cuenta, que en alguna parte del camino se convirtió en un hombre necesitado de la presencia y aprobación de una mujer. Pero si lo pensaba desde otro punto, el muchas veces había hecho exactamente lo mismo, escapando a la mitad de la noche, de la cama de sus amantes; sin dejar una nota o dar alguna explicación.

TE ODIO PORQUE TE AMODonde viven las historias. Descúbrelo ahora