CAPITULO 2

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  • Dedicado a A mi amigo, mi complice e inspiración
                                        

-Pero qué demonios te pasa mujer… quien te viera creería que nunca has visto a un hombre así en tu vida – Pensé comenzando a sentirme cada vez más nerviosa con la mirada penetrante del atractivo hombre que tenía enfrente. – Porque me mira así – me toque el cabello y alise un poco el ceñido vestido  esmeralda que había decidido ponerme esta mañana. – Cálmate Alexa, tu sabes tratar a este tipo de hombres. – dije en voz baja, sintiéndome molesta por la forma en la que estaba siendo observada con descaro por el dueño del Aston Marti. 

Mientras Alexa se dirigía con cara de pocos amigos a donde Ian estaba, este se dio cuenta de que quizás no fue lo más acertado, devorarse con la mirada a la joven, aunque por otro lado, tal vez solo era una manera que tenía la chica para hacerse la interesante, cualquiera que fuera la razón de su molestia, él la averiguaría, y quien quita y al final termine aceptando alguna invitación a comer, a cenar o porque no a desayunar.

Ian puso su mejor sonrisa, esa con la que sabía que cualquier mujer caía rendida a sus pies.

-No creo que ella sea la excepción a la regla – Piensa reafirmando aún más su encantadora sonrisa.

Una vez que estaba frente al agraviado no puede evitar por un momento quedar atrapada en esa irresistible sonrisa de medio lado; pero al darme cuenta de lo estúpida que debía de verme mirándolo así y la mirada engreída que él puso al notarlo, mi molestia se convirtió en enojo.

 

-¡¡Pero qué diablos le pasa¡¡ porque no se da cuenta de que vengo por aquí – Argumente en voz alta, para ocultar el momento tan bochornoso que acababa de pasar.

-¿¿Disculpa?? – Realmente estaba completamente loca si creía que iba a asumir la culpa, solo por ese par de piernas que no podía dejar de mirar –  Creo que aquí hay algún error… la culpa no ha sido mía, sino tuya; si mal no recuerdo. - comento sin poder creer su cinismo.

¡¡Que Idiota soy!!...tiene razón, fui yo quien se pasó el alto, pero igual se lo merece por imbécil y arrogante – Pensé mientras observaba su semblante de confusión – Si claro, ahora resulta que yo tuve la culpa de todo – Dije haciéndome la ofendida.

-Técnicamente si – Contesto sorprendido por la actitud de la chica, pero a la vez confundido por su reacción.

-¿De que estas hablando?, tú también tuviste parte de culpa, por no fijarte antes de cruzar si venia algún coche… que no te enseñaron sobre los 3 segundos de tolerancia que le debes dar al semáforo – Dije señalándolo con el dedo en su firme pecho, para hacerle entender mejor mi punto. Realmente me sentía muy infantil por discutir con él, aun sabiendo que yo era la responsable de todo este desastre; pero no le daría el gusto de darle la razón y menos al ver lo divertido que estaba con toda la situación.

-Créeme preciosa, soy un perfecto conductor… es más, si revisas mi carnet veras que nunca he tenido ninguna infracción… Y como perfecto conductor que soy, te digo que tú tuviste la culpa.  – Dijo esto último tocándome con su dedo en el hombro, repitiendo la manera en la que minutos antes lo había señalado; para provocarme y poder seguir entreteniéndose a mi costa – ¿Te imaginas que hubiera pasado si yo hubiera venido más fuerte? – Me pregunta con un falso tono de preocupación, pero dibujando una sonrisa burlona.

TE ODIO PORQUE TE AMODonde viven las historias. Descúbrelo ahora