TE ODIO PORQUE TE AMO

CAPITULO 8

No podía ignorar la mirada esmeralda que nos observaba de forma escrutadora; así como el efecto electrizante que seguía provocando en mí, con cada encuentro.  Aunque su rostro mostraba una mueca de disgusto, era evidente que se encontraba sorprendido al igual que yo, por nuestro tercer encuentro. Sabía que estaba mal sentirme de la manera en la que me sentía al verlo acompañado de un rubia sexy y atractiva; que no perdía oportunidad para tocarlo, besarlo y sonreírle de forma seductora; gestos a los que el respondía con susurros al oído y esa sonrisa que me había movido el mundo la primera vez que la vi. Falso sería decir que la intensa punzada que sentí al verlo, era de absoluto desagrado; porque era inevitable llamarla de otra forma, más que “celos”; los cuales se apoderaron de mí en el preciso instante en el que vi el intercambio de caricias entre él y su acompañante.  

A pesar de mi estado de confusión, por todas estas nuevas sensaciones que experimentaba, no pude evitar notar que la mirada seria, se había transformado en algo más intenso e intimidante; pues parecía como si quisiera perforar a Kellan cada vez que posaba su mano en mi cintura o simplemente rozaba mis hombros, mientras les contaba a todos, la forma en la que nos habíamos conocido.  

Aunque en un principio pensé en saludarlo y hacerles ver a todos que ya nos conocíamos, su actitud a pesar de reflejar molestia por verme junto a Kellan, era totalmente fría; por lo que preferí tal como él lo hizo, reservarme el saludo y actuar como si fuera un desconocido.

-Lo siento nena, volví a saltarme la parte de las presentaciones – dijo de forma divertida – Te presento a mis amigos… Eric, Henry, Chris, Ian y Valery, su preciosa acompañante – Dijo esto último guiñándole un ojo a Valery.

Después de conocer el nombre de los amigos de Kellan y el de Ian, caí en cuenta de lo extraño que era el hecho de haberme topado con el mismo hombre en tres ocasiones y que hasta ahora conociera su nombre.

La presencia de Valery alrededor de Ian me ponía cada vez más molesta, no entendía como podían haber mujeres que se comportaban de la manera en la que esa mujer lo hacía, pero aun peor se me hacía la manera en la que Ian utilizaba a la chica para divertir su noche. Ahora la compadecía a ella y en parte a mí por permitir que tipos como él se metieran en nuestras vidas y se adueñaran de nuestra razón y buen juicio; porque realmente debías estar realmente ciega, para no darte cuenta de que Ian era un jugador profesional en el campo de la seducción y que estar alrededor de él, no podía dejar nada más que un corazón roto.

-Y la hermosa mujer que está al lado mío, es Ally – sonreí al escuchar el diminutivo que utilizo para presentarme. – Nena no te asustes, quizás no son atractivos como yo, pero descuida son buenas personas y con el tiempo te acostumbras a su presencia. – bromeó, a lo que Henry respondió con un empujón juguetón, haciéndonos reír a todos, menos a Ian; el cual parecía no estar disfrutando de la situación, como todos los demás.

Nunca había sentido una incomodidad tan grande, como la que Ian estaba provocándome con sus miradas y su semblante glacial; además tenía que reconocer que a pesar de que me parecía totalmente odioso; esa noche se veía aún más sexy y atractivo de lo que ya sabía que era. Llevaba una chaqueta color marrón, con una camisa lisa, color blanco de cuello V, que marcaba su bien formado pecho; unos pantalones de mezclilla oscura, los cuales mostraban los grandes atributos traseros que el chico poseía; y llevaba esa barba que lo hacía ver realmente sexy. Adoraba el aspecto tan varonil que la barba le daba a un hombre; pero en Ian este se intensificaba dándole un aire de sensualidad y misterio, que quizás era el causante de todos los pensamientos indebidos que había tenido desde la primera vez que lo vi.