TE ODIO PORQUE TE AMO

CAPITULO 31

En el momento en que subí al avión estaba decidida a dejar atrás todo aquello que me impedía avanzar. La noche que termine con Steve, creí que sería el comienzo de ese cambio que tanto deseaba; luego yo misma me encargue con mis absurdas decisiones de retornar al mismo lugar que se suponía no debía volver a regresar.

Ian debía convertirse en historia pasada, y siendo egoísta, Damien sería la persona ideal para ayudarme a lograrlo.

Las cosas entre Liz e Ian estaban comenzando poco a poco a tomar un rumbo; tal vez la convivencia diaria estaba haciendo un poco más natural la presencia de Liz de nuevo en su vida; aunque eso no quería decir que cada palabra dicha en la última conversación antes de mi partida, no siguiera rondando por su cabeza. Algunos hombres algunas veces tienen una manera extraña de esperar por la mujer que aman, y en definitiva Ian era uno de ellos.

Hoy se cumplían dos semanas desde que habíamos llegado a Brasil, el trabajo a pesar de que era constante, se hacía ligero gracias a los espectaculares escenarios naturales en los que trabajábamos y al gran equipo que habíamos formado. Después del segundo día de trabajo Damien y yo habíamos hecho de las tardes libres nuestra rutina de descubrimientos. Cada tarde salíamos en busca de nuevos lugares por conocer, algunas veces eran solo caminatas por la ciudad, otras visitas a lugares emblemáticos en compañía de todo el equipo, pero muchas otras, eran viajes a algún lugar cercano de la ciudad donde nos encontráramos; todo este tiempo juntos nos habíamos vuelto muy cercanos.

Hace unos días Damien había dado una sugerencia muy difícil de rechazar, ofrecía darnos a todos una semana libre para salir en busca de la aventura; sabíamos que eso retrasaría nuestro regreso, pero al igual que para mí, eso no representaba gran problema.

-Entonces si todos están de acuerdo, pasado mañana será el último día de tomas.

Todo el equipo se veía contento y se escuchaban a algunos comentando sus planes para esa semana. En mi caso, tenía algunas opciones en mente, pero no me atraía tanto la idea de viajar sola, por lo que quizás me uniría a la aventura con todos los demás.

-Alexa podría hablar un minuto contigo – Me llamo Damien, mientras caminaba al camerino portátil que habían adaptado para mí.

-Claro, dime. – Dije volviéndome y caminando de regreso hacia él.

-Hace unos días cuando volvimos a Rio y fuimos a cenar a Zuka, no pude evitar dejar pasar el comentario que hiciste sobre la importancia de un buen vino en todo lugar. Lo que me hizo pensar en Bento Goncalves. – Dijo con una sonrisa divertida, la misma que ponía cuando tenía algo en mente.

-¿Bento Goncalves? – Dije con una pésima pronunciación. – ¿Qué hay en ese lugar? – Seguía sin entender, pero al leer los trípticos que llevaba doblados en las manos, por las imágenes comprendí un poco a lo que se refería.

-Bento Goncalves es un lugar formado por diferentes ciudades; las cuales están rodeadas de colinas, valles y ríos; si mal no recuerdo son 24 para ser exacto; todos ellos forman la ruta de la uva y el vino. Está ubicada al sur de Brasil. Hay bodegas, cantinas, restaurantes, tiendas de artesanías, talleres de arte, y algunas plantas productoras de queso y alimentos de la región. Según la historia Bento Goncalves es uno de los centros de inmigración italiana del siglo XIX.

-¿Cómo es que sabes tanto de ese lugar? – No pude evitar sentirme sorprendida.

-No me des tanto crédito, en realidad solo se portugués y con ayuda del tríptico logre aparentar ser un... "Sabelotodo" – Dijo soltando una risa sonora que me contagiaba.