Nunca había experimentado la necesidad de desaparecer y reaparecer en un lugar distinto con personas distintas y una vida distinta como ahora. La discusión con mi padre no había ayudado en nada a mejorar mi día; y luego la nota y las palabras crueles de Ian habían sido el tiro de gracia. Me sentía traicionada, pues había hecho todo lo que estaba a mi alcance por hacer feliz a mi padre, por ser lo que él quería que fuera y al final nada parecía bastar; estaba cansada de seguir intentándolo y fracasar. A pesar de que no estuve convencida cuando recién comenzó la campaña para Damien, conforme fue pasando el tiempo y veía la mirada orgullosa de él y las demás personas involucradas, más me convencía de que había tomado la mejor decisión al aceptar ese negocio y solo por eso no renunciaría a esto. Amaba a mi padre pero no dejaría que cualquiera que fuera su problema con Damien Baker afectara a mi trabajo o a mí.
Quien viera la manera desesperada en la que Ian trataba de encontrarme diría que había perdido algo muy importante para él. Después de haber dicho esas últimas palabras se había maldecido a sí mismo; pero se sentía tan herido que quería provocar el mismo dolor, solo que la respuesta que recibió lo hizo sentir como el hombre más miserable; había escuchado y visto el dolor esa noche en cada una de las palabras pronunciadas por la mujer que se suponía que deseaba, y en lugar de simplemente dejar que se marchara, hizo lo que siempre se había prometido que nunca haría, tomar los secretos dichos en la cama, y utilizarlos en contra de quien se atrevió a confesarlos. Sabía que si hubiera existido alguna sola posibilidad, después de esto, se había asegurado de desecharla completamente.
Entre a la cafetería donde Jorsh y yo solíamos pedir nuestros batidos de frutas o algún pequeño aperitivo a media mañana; necesitaba un poco de tranquilidad y nada mejor que una deliciosa taza de té para dármela, además de que quedaba a varias cuadras de la empresa y por lo pronto era el lugar ideal para perderme por algunos momentos del desastre en que se había convertido mi día.
Hice mi pedido y mientras esperaba conecte el celular al cargador portátil, necesitaba revisar mis mensajes y hablar con Damien, no entendía de qué forma mi padre se había enterado, pero muy probablemente Damien podría decirme algo. Como si lo hubiera invocado mi teléfono sonó con una llamada de él.
-Hola Damien, precisamente contigo quería hablar. – Mi tono era carente de cualquier emoción, ya que no sabía que actitud tomaría después de todo lo que estaba pasando.
-¿Estas molesta conmigo? – Por primera vez note un atisbo de inseguridad en la voz de Damien.
-¿Molesta? ¿Porque debería estar molesta contigo? Soy yo quien te debe una disculpa por todo lo que mi padre está haciendo. – Me sentía realmente apenada porque desde que Damien había aparecido en mi vida nunca había hecho algo para hacerme pensar que debía desconfiar de él. – Sé que no está actuando de la mejor forma y aunque intente hablar con él, no cambiara de opinión. – Aun no había dicho nada, solo escuchaba lo que le decía y eso me ponía aún más intranquila.
-Eso quiere decir que no vendrás, ¿Cierto? – Su voz era contenida, pero podía percibir que había algo que no quería decir.
-Eso quiere decir que nos tendremos que apegar a las acciones que él decida tomar, pero en lo que respecta a mi trabajo nada cambiara; la campaña y las cláusulas de la misma son una cosa y mi trabajo es otra; sobre el contrato no podré hacer nada, pero lo que respecta a mí, todo continuara como lo habíamos tratado. – Dije sin darle oportunidad de verme insegura.
-Estas segura de eso, tu padre me dejo muy claro que no permitiría que tu hicieras esa campaña, si crees que eso va a generarte un problema demasiado grande como para soportar, no tengo intensión de retenerte y ocasionártelo; me preocupo por ti más que en cualquier otra personas, y no quiero afectarte de ningún modo.
ESTÁS LEYENDO
TE ODIO PORQUE TE AMO
RomanceSINOPSIS Una vez escuché que la vida estaba llena de casualidades que eran capaces de cambiarnos la vida; pero a decir verdad nunca creí que esto fuera completamente cierto; hasta que esta casualidad entro a mi vida en forma de un mujeriego arrog...