Cerca de las tres de la mañana me desperté sobresaltada, no supe en que momento me quede dormida, pero lo que si sabía es que ya no tenía más fuerzas para llorar, estaba demasiado agotada y rota. Tanto que no me atrevía a acercarme al espejo, porque el reflejo que vería sería un completo desastre y lo peor de todo es que el causante era ese hombre.
Me sentía triste, vacía y sumamente herida; pero sabía que por más que quisiera, ya no habían más lagrimas que derramar. Rogaba porque Susan y Amanda pensaran que había decidido pasa la noche con Steve; después de todo, ellas aun no sabían que había terminado mi relación con él.
Estaba claro que no podía tapar el sol con un dedo, pero nada perdía con desear poder hacerlo; aunque por la mañana tenga que hacer frente a cada una de las estúpidas decisiones que había tomado.
Adoraba y confiaba a Jorsh y mis amigas, pero a pesar de ello hoy era uno de esos momentos en los que hablar no ayudaría en nada; solo la soledad me daba la calma que necesitaba para recoger los pocos pedazos que aún quedaban intactos, para intentar recomponerlos.
Prometí que solo lloraría por él esa noche, y eso es exactamente lo que haría, aunque me había humillado con todo el circo que había armado, por nada del mundo dejaría que se acercara a mí en ese sentido de nuevo. Había jugado bajo y ahora era mi turno de enseñarle que yo también conocía ese juego y podía jugarlo mejor.
Luego de que Susan decidiera regresar a casa, Amanda aceptó la invitación de Eric para pasar la noche en su departamento. Estas últimas semanas se había dado cuenta de lo mucho que le gustaba la compañía de Eric; hasta el momento no había un solo detalle negativo que pudiera señalar de él; en ciertos momentos se había descubierto imaginando establecerse en ese lugar y lo más sorprendente, es que lo deseaba con tanta fuerza, como nunca antes había deseado algo. Cuando se lo confesó a Susan, su amiga se burló diciendo "Por fin encontraste la horma de tu zapato", y ahora que se encontraba rodeada en los brazos de Eric y tenía la oportunidad de meditar las cosas, el mismo pensamiento de siempre la alcanzaba, deseaba estar con él, pero también la aterraba; y esa era la razón por la que aún no era capaz de decirle a Eric que se había enamorado de él.
-¿Qué tantas ideas rondan por esa cabecita loca? - Dijo Eric revolviéndole el cabello cariñosamente y luego depositando un beso en su cabeza.
-Solo pensaba en lo mucho que disfruto estar así contigo. - Confesó, aunque luego se arrepintió de lo que dijo.
Eric notó el cambio de reacción de Amanda y aunque estaba acostumbrado a adivinar y darle un nombre propio a cada una de las acciones que ella hacia; en momentos como este es cuando deseaba que Amanda fuera el tipo de persona que es capaz de expresar sin temor sus sentimientos.
-No te cierres a mi Amanda, desde el día que te conocí supe que contigo las cosas no serían sencillas, que para ganarme el derecho de que fueras mía, debía primero trabajar muy duro para ganarme tu confianza; y aunque a veces siento que me estoy acercando más a ti, hay otros momentos en los que simplemente siento que me alejas más. Y aun me sigo preguntando porque. - Dijo sin soltarla, pero su voz ya no era pausado como en el comienzo; Amanda notaba un cierto reproche en sus palabras y aunque lo entendía, no le gustaba sentirse presionada.
Luego de no encontrar respuesta alguna por parte de ella, entendió que hablar de forma tranquila ya no era el mejor camino a seguir; quizás se arrepintiera después por presionarla, pero realmente necesitaba saber hacia dónde se dirigía lo que sea que estaba pasando entre ellos; porque hasta ese momento no sabía si para ella era amor o solo diversión e increíbles noches de sexo. Esperaba que no fuera eso último, porque de ser así no sabía si podría continuar con eso.
-He intentado darte tu espacio y marchar a tu ritmo, pero ahora más que nunca necesito que me digas que pasa, necesito saber si realmente sientes algo por mi o son solo ideas que yo me he creado y lo que en realidad está pasando entre nosotros, no es más que sexo y un momento de esparcimiento hasta que decidas irte. - Sus palabras sonaron más duras de lo que deseaba, pero quizás esa era la única oportunidad que tenía para acercarse a ella.
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TE ODIO PORQUE TE AMO
RomanceSINOPSIS Una vez escuché que la vida estaba llena de casualidades que eran capaces de cambiarnos la vida; pero a decir verdad nunca creí que esto fuera completamente cierto; hasta que esta casualidad entro a mi vida en forma de un mujeriego arrog...