TE ODIO PORQUE TE AMO

CAPITULO 28

Después de una tarde agitada y de inventar mil y una excusas para convencer a Jorsh de que las flores y la tarjeta que recibí no habían tenido remitente por fin decidió darse por vencido y dejar el tema por la paz.

Aún cuando estaba molesta con mi padre, debía ir a visitar a mi mamá antes de irme a Brasil, ya que era muy probable que ella ya estuviera enterada de mi viaje y de toda la discusión que había sostenido con papá.

Deje a Jorsh terminando los últimos pendientes, mientras iba a mi oficina a dejar mi agenda. En el camino me tope con Steve y por razones que yo ya conocía me sentí incomoda a su alrededor.

-¿Cómo estas Alexa, lista para Brasil? – No supe interpretar si su pregunta tenia intenciones de sonar sarcástica o solo estaba tratando de ser amable y sacar un tema neutral para no hacer incomodo el momento.

-Bien Steve, casi lista; y tu ¿como estas? – Realmente me preocupaba por el y quería que estuviera bien.

-Intentándolo hacer tan bien como tu, pero creo que no estoy teniendo los mismos resultados. – Su respuesta me hizo sentir culpable.

-No digas eso Steve, yo tampoco estoy teniendo una gran fiesta aquí y lo sabes; creo que por lo menos mas de la mitad de la agencia se pudo dar cuenta de ello hoy. – Intente cambiar las intenciones de su comentario.

-Jarry solo intenta protegerte, Ian quizá pueda estar aprovechándose de sus intenciones para ganarse su confianza y unos cuantos puntos mas a su favor; pero tu padre solo quiere que tu estés bien. – Aunque ahora no teníamos una relación amorosa, yo aun seguía escuchando los consejos y opiniones que Steve tenia; porque al final nunca me había mentido.

-Lo se, pero sus preocupaciones no tienen ningún fundamento; Damien solo esta buscando una campaña exitosa, pero al parecer mi padre esta malinterpretando las cosas. Desde el principio ha mostrado su absoluto desagrado por el y no pienso acceder a los caprichos de nadie; ni siquiera a los de mi padre. – Dije mostrándole mi molestia.

-Quizás tengas razón o quizás no; lo único que quiero es que estés bien y que sepas que siempre puedes contar conmigo. Solo ve con cuidado con Damien y mantente alejada de Ian; porque si algo te puedo asegurar es que el puede ser la principal razón por la que tu padre esta reaccionando así contigo. – Steve cuidaba muy bien sus palabras, para no parecer un ex novio celoso.

-Gracias por preocuparte por mi; tomare en cuenta lo que platicamos y créeme cuando digo que lo que mas quiero ahora es mantener a Ian lo mas lejos posible de mi.

-Cuídate preciosa – Plantó un beso en mis labios y luego se separo de mi. – Lo siento Alexa si te incomode, solo que a veces es difícil desprenderse de los hábitos. – Ni siquiera tuve oportunidad de responder nada – Nos vemos luego.

Sabia que la estaba pasando mal, pero ahora lo había confirmado y me hacia sentir tan miserable; no me arrepentía de haberle puesto fin a la relación, porque sabia que tarde o temprano si continuaba nos terminaríamos haciendo daño y eso es lo que menos quería. Pero sabía que nunca debí haber ido a esa fiesta y mucho menos debí haber accedido a platicar con Ian, desde ese momento todas las cosas había ido de mal en peor y lo único que esperaba es que Steve o su padre se enteraran de que había estado en la cama de Ian y por ello la tensión entre los dos era un completo desastre.

Camine hacia el estacionamiento por mi coche sumida en mis pensamientos, por lo que ni siquiera vi cuando un coche iba directamente hacia mi hasta que escuche el sonido del claxon, el cual me hizo saltar fuera del camino. Cuando el coche se detuvo y fui capaz de ser consciente de quien se trataba, sabia que era demasiado positivo pensar que mi mala racha se había terminado.

-¿Estas bien? ¿Te lastimaste? – Pregunto Ian alarmado, cerciorándose por si solo de ello.

-Estoy bien, gracias. A la próxima deberías ser mas consciente y manejar mas despacio dentro de un estacionamiento. – Respondí molesta caminando hacia mi coche.

-Discúlpame, no te vi salir y al parecer tú tampoco estabas muy pendiente del camino. – Se le escuchaba apenado, pero yo no tenia ganas de seguir cerca de el.

-No creí que hubiera conductores inconsciente en esta empresa. Pero olvídalo, ahora no tengo ganas de seguir discutiendo con nadie y cuando se trata de ti, mucho menos. – Quite los seguros del coche y cuando estaba por abrir la puerta sentí la presión de su mano sobre mi brazo. – Dame solo cinco minutos Alexa. – Sabia que era una pésima idea mirarlo a los ojos, porque no tendría forma de negarme por más que lo deseara. – Por favor.

-Esta bien, habla; el tiempo esta corriendo y no pienso darte un minuto mas. – Por alguna razón recordé la nota que había tomado esa mañana del escritorio de Ian y eso fue todo lo que necesitaba recordar para mantenerme indiferente a el.

-Lamento todo lo que ocurrió hoy, no debí haberte hablado de la forma en que lo hice y mucho menos insinuar que quería que firmaras tu renuncia.

-¿Insinuarlo? No lo insinuaste Ian, lo dijiste con todas sus letras y si no lo recuerdas puedo repetírtelas si tu quieres. – La ironía era evidente en mi respuesta.

-No necesito que las repitas, se lo que dije y por eso te estoy pidiendo disculpas. También no estuvo bien que utilizara lo que hablamos la otra noche y lo usara para herirte; olvide que un caballero no tiene memoria. – Seguía conservando el mismo tono pausado y su mirada se veía afligida. Pero eso mas que ayudarme a calmar mi enojo, lo empeoraba aun mas.

-No te preocupes, esa parte la puedo entender.

-¿Lo haces?– Me miro escéptico.

-Claro que si, un caballero no tiene memoria, pero me queda claro que tu no eres un caballero, así que no puedo esperar que tu cumplas esa regla. – Ian comenzaba a desesperarse por mis respuestas irónicas, pero estaba intentando guardar la calma, para no terminar como las ultimas veces.

-De acuerdo, entiendo que estés molesta pero no soy el único que debería disculparse. Ayer te... -- Lo interrumpí porque no quería hablar de lo mucho que me había humillado su desplante la noche anterior.

-Se le acabo tu tiempo caballero, mas vale que se de prisa si no quiere que su cita se impaciente por hacerla esperar. – Había hablado demás y sabia que se daría cuenta que había leído la nota de su escritorio, pero a estas alturas me daba igual. En todo caso prefería que se diera cuenta que no era tan estúpida como para no darme cuenta que L.B. no era otra mas que Liz.

-¡Al infierno todo! Esta vez no pienso dejarte salir de aquí sin que me respondas 3 preguntas que no me han dejado en paz. ¿Por qué te fuiste de mi casa la otra noche? ¿Por qué estas tan molesta, si debería ser yo quien lo estuviera? Y la mas importante ¿Qué es eso tan importante que hiciste ayer, que no te permitió reunirte conmigo anoche? – En algún momento me acorralo posando cada uno de sus brazos a mis costados, impidiéndome alejarme o abrir la puerta de mi coche.