CAPITULO 7

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  • Dedicado a A mi amigo, mi cómplice e inspiración.
                                    

Conseguimos una mesa cerca de un grupo de chicos muy atractivos que no paraban de brindar y reírse unos con otros por lo absurdo de sus brindis. En realidad lo sabíamos, porque la idea de tomar esa mesa, había sido idea de Amanda; por la única y sencilla razón, de que mi querida amiga, ya había definido su objetivo esa noche, y entre más cerca estuviera, más probable sería el conseguirlo. Por mi parte, el único objetivo que tenía, era pasármela increíble con mis dos mejores amigas y olvidarme por un momento de los problemas y extraños pensamientos.

Mientras esperábamos a que llegaran nuestras bebidas, comenzamos una interesante plática, en la cual Amanda era la protagonista; ya que por primera vez había faltado a una de sus principales reglas; en su lista de “Cosas que no debes, si deseas encontrar al verdadero amor”. Era una completa y absoluta romántica, aunque siempre lo negara; pero ese era un tema que prefería discutir de nuevo con ella, en otro momento.

-Lo juro… a pesar de que el hombre es una tentación andante y cualquiera, hasta tu Alexa; olvidaría sus principios y se lanzaría a él, sin importar si está casado, comprometido o en una relación tormentosa… Por primera vez, puse todo de mí, para evitar caer en la tentación y dejarlo en estricta relación profesional; pero una cosa fue llevando a la otra, primero todo comenzó con unos castos besos robados, pero las cosas se complicaron; tomamos un poco más de la cuenta y… - Guardó silencio a propósito sabiendo que queríamos conocer todos los detalles.

-¿Yyy?... vamos Amanda prometiste contarnos todos los detalles; así que no te hagas la interesante ahora – presionó Susan con desesperada intriga.

-De acuerdo, de acuerdo… tomamos más de la cuenta y la atracción estaba ahí desde el día que llegué a la oficina, lo demás… no tengo que contarlo porque seguramente se lo pueden imaginar; lo único que puedo decirles es que a pesar de que rompí una de mis reglas, lo volvería a hacer con tal de estar de nuevo con ese hombre. – Dijo con picardía; haciendo que las tres riéramos abiertamente.

-¿Y qué paso a la mañana siguiente? – Pregunte queriendo saber algo más, pero el timbre de un celular nos interrumpió, cuando iba a responder mi pregunta – ¡Es el mío!… promete que guardaras los detalles hasta que vuelva, tengo que devolver esta llamada – Comenté levantándome rápidamente de la mesa.

-Pero prometimos que dejaríamos fuera los molestos celulares y las llamadas inoportunas, por esta noche.- Se quejó Susan haciendo pucheros de forma infantil

-Lo se chicas, yo misma lo propuse; pero tengo que hacer una excepción con esta llamada, se trata de Steve; saben que he tenido poco tiempo para hablar con él y estaba preocupada porque no había podido localizarlo… de verdad, no tardaré… promesa de girl scout – dije haciendo el característico ademan.

-Ni sabes hornear galletas, ni tampoco serias capaz de trepar tu sexy trasero a un árbol; por lo tanto nunca has sido, ni serás una girl scout… así que, esa promesa no cuenta. – Bromeó Amanda.

Con el ruido de la música y las pláticas de las personas, era casi imposible poder escuchar algo; por lo que fui a buscar un lugar menos ruidoso para poder devolverle la llamada a Steve. El lugar esta atestado, por lo cual iba empujando a algunas personas y pidiendo disculpas a la vez; pero para no perder la costumbre en el día, una vez más choque contra la musculosa espalda de un chico, haciendo que mi celular se arruinara por completo al caer al suelo, y si cabía una remota posibilidad de que pudiera ser salvado; dicha posibilidad se fue, cuando el chico al volverse para ver a la persona que había chocado con él, pisó la pantalla haciéndolo añicos.   

TE ODIO PORQUE TE AMODonde viven las historias. Descúbrelo ahora