CAPITULO 29

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Su primera pregunta no me sorprendió, al contrario la había esperado a la mañana siguiente de nuestro encuentro, pero nunca llego. Lo que verdaderamente me confundió fueron las siguientes y temía que se tratara de una especie de plan retorcido para tratar de tenerme de nuevo en sus manos.

-No puedo creer que tengas cara para preguntarme porque estoy molesta – Me reí de forma irónica – Y aun menos que seas capaz de reprocharme porque me fui.

-Merezco una explicación ¿no crees? – Se le veía confundido por mi reacción. – Estoy poniendo todo de mi parte para arrojar al carajo mi orgullo, porque realmente quiero tratar de entenderte.

-Quieres saber porque me fui, te lo diré. – Hice una pausa tratando de acomodar mis ideas. – Me fui porque estaba aterrada de despertar y darme cuenta que todo lo que había ocurrido entre nosotros no fue más para ti que "una buena noche de diversión, buena mientras duro, pero no lo suficiente como para repetir" – Gran parte de sus palabras se habían grabado en mi mente como si las tuviera aún frente a mí.

-Qué clase de hombre crees que soy, como para que pienses que diría algo así. – Se le veía herido y molesto.

-La misma clase de hombre que envía un ramo de rosas con una dirección en una tarjeta y jamás llega al lugar en el que se suponía debía estar.

-Por supuesto que llegue al lugar, quien no acudió a la cita fuiste tú; fui yo quien se quedó como un imbécil esperándote toda la noche; y todo para que; para que ni siquiera fueras capaz de responder ninguna de mis llamadas. – Estaba harto de contenerse y estallo al escucharla acusarlo de no presentarse.

-Claro que acudí, y no conteste tus llamadas porque mi celular se quedó en la oficina y no tuve forma de comunicarme. No intentes cambiar las cosas, estuve en el lugar que me citaste y quizás si pude demorarme algunos minutos, pero no creo que los suficientes como para que decidieras dejarme plantada esperándote como una idiota por más de 2 horas. El mismo maîtres de Serendipity no podía disimular la pena que sentía por mí, tú sabes cómo me hizo sentir eso. Hubiera preferido que me dijeras que te habías arrepentido de hablar y lo hubiera entendido.

-¿Serendipity? Realmente crees que te llevaría a Serendipity cuando perfectamente sé que no eres fanática de los postres. – Lo dijo con incredulidad y cierta burla.

-Quizás pueda creer que haya habido una confusión y que me enviaron la dirección incorrecta por error, pero lo que no puedo entender es el hecho de que pasaras la noche con otra mujer esa misma noche. A menos claro que lo que tuvieras que decirme es que "No eras hombre de más de una noche"

-¿Quién te dijo eso? –Su semblante se tornó pálido y carente de cualquier expresión – Así no fue como sucedieron las cosas; yo me sentía demasiado herido y molesto porque pensé que no te había importado ni un poco lo que había pasado entre nosotros; necesitaba desahogarme y descargar toda la frustración que sentía; deseaba que te sintieras de la misma manera en la que yo me estaba sintiendo y conduje al primer lugar que se me ocurrió me ayudaría a conseguir por lo menos calmar por un momento el dolor que sentía. ¿Por qué no puedes creerme y darme una oportunidad, déjame demostrarte que podemos hacer que funcione?

-Y ese lugar fue la cama de Liz Brion, ¿No es así? – Lo mire por primera vez a los ojos y su mirada me lleno de dolor, porque aunque lo sabía, su mirada me confirmaba mi pregunta. – No necesito que lo digas en voz alta, porque tu mirada me lo confirma; te sentías herido y enojado conmigo y la única manera de calmar tu ira era en los brazos de ella. De algún modo buscabas castigarme por hacerte daño, ¿cierto? – Asintió. – Aunque ahora creo cada una de tus palabras, no puedo justificarlo y mucho menos aceptarlo, y sabes porque; porque de la misma forma en que tú te sentiste, yo también lo hice, es más, te puedo asegurar que me sentí mucho peor; la diferencia es que yo no corrí a la cama del primer hombre disponible y descargue mi frustración con él. – Un par de lágrimas cayeron por mis mejillas -- Si eso no responde tu duda de porque me rehusó a intentarlo, entonces creo que nada más podrá hacerlo.

TE ODIO PORQUE TE AMODonde viven las historias. Descúbrelo ahora