CAPITULO 11

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Sonreí aparentando sentirme cómoda con la atención de todos los invitados; pero en el fondo me sentía nerviosa y con ganas de salir corriendo; siempre he odiado la excesiva atención, y en este momento, todas las miradas y comentarios estaban dirigidos a mí. Pero mi nerviosismo llego a su punto más alto, cuando mis ojos se fijaron en la mirada penetrante color esmeralda, de Ian; el cual me miraba con fijeza y con esa sonrisa de medio lado, que resaltaba aún más su imponente arrogancia.

Se suponía que Ian no debía venir, sin embargo, estaba ahí parado, junto con todos los demás invitados, y acompañado de una despampanante mujer, que colgaba de su brazo y lo miraba de forma depredadora; no tenías que ser adivina para saber que debía ser una más de sus chicas.

Lo odiaba, lo odiaba totalmente, por provocar tantas cosas en mí, que no debería sentir; pero se veía tan atractivo e imponente, llevaba el color negro de los pies a la cabeza; el cabello perfectamente peinado y sin duda alguna la sonrisa era su mejor accesorio. Lástima que se notaba a kilómetros de distancia, el experto jugador que era; su arrogante seguridad me hacía odiarlo y desearlo al mismo tiempo.

Sostuve su mirada por unos segundos, pero era tan profunda que me vi obligada a apartarla y seguir avanzando, porque de lo contrario nunca encontraría las fuerzas para seguir bajando la escalera. 

Una vez que pude escapar de una profunda pero muy aburrida platica con algunos amigos de mis padres, fui en busca de ellos, para volverles a agradecer por la bonita fiesta que habían organizado; pero cuando los localice, desee no haber elegido ese momento para buscarlos, pues mi padre se encontraba enfrascado al parecer en una muy interesante platica con Ian y compañía; intente escabullirme para evitar que mi madre me viera, pero fue más rápida y me llamo, para que me acercara a donde ellos se encontraban.

Aunque en un principio me sentía un poco renuente a siquiera acercarme a saludar a Ian, después de ver la manera en la que su acompañante me miraba de forma recelosa, me causo un poco de gracias; por lo que mi renuente actitud cambio; era evidente lo posesiva que era la chica con él; pues nada más estuve cerca y salude a mis padres; intento llamar su atención diciéndole algo al oído y acercándose aún más a su costado. Lo que definitivamente no me pasó desapercibido, era la sonrisa de fingida simpatía que me dirigió, nada más los salude.

-Es bueno verte hija – dijo mi padre, dándome un beso en la mejilla.

-Estábamos por buscarte, pero me alegra que nos encontraras primero – sonrió mi madre.

-Buenas noches – dije educadamente a Ian y compañía – hola mamá, papá… ¿para qué me buscaban? -  conocía la respuesta, pero preferí aparentar que no lo sabía.

-Recuerdas que te comente hace algunos meses sobre la fusión que probablemente haríamos con un brillante e importante empresario de Nueva York. – comenzó a explicar mi padre.

-Jarry… amor; creo que te falto decir “encantador” – Sonrió de forma dulce; lo que hizo que Ian pusiera su mejor sonrisa; haciendo que mi piel se erizara de solo verla y si no supiera que era imposible, parecería que podía leer mis pensamientos, porque volteo hacia mí y puso la sonrisa arrogante que lo caracterizaba.

TE ODIO PORQUE TE AMODonde viven las historias. Descúbrelo ahora