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Park Wonbin miraba por la ventana, había llegado tan temprano que era el único en el aula de clases. No podía dejar de pensar en lo ocurrido el día anterior con sus compañeras de trabajo, la actitud que había mostrado Haram y la reacción de Yubin. ¿Qué había sucedido con la chica? ¿A qué se debía su mal humor?

—Wonbin.

Sabía que Song Eunseok la había molestado aquel día por la mañana, quizás él era el causante de todo eso. Deseaba poder golpearlo en su bonito rostro si volvía a molestar a Yubin, su querida Yubin. ¿Por qué era tan difícil expresar sus sentimientos hacia ella?

—Oye, Wonbin. —Una voz lo hizo sobresaltarse. —¿Te encuentras bien? Te he estado llamando desde hace cinco minutos.

—Oh, lo siento Seunghan, estaba distraído, ¿qué sucede?

—Es sobre Yubin, ella se ha comportado muy raro desde ayer, no desayunó y no respondió nuestros mensajes en todo el día. Sé que Eunseok la molestó de nuevo, ¿tú sabes algo sobre eso?

—No sé nada, ella estaba de mal humor ayer, se puso extraña así que decidí no preguntar nada. Creí que estaba enfadada conmigo, incluso volvió sola a casa. —El pelinegro lo miró expectante ante esa última oración. —Usualmente volvemos a casa juntos.

—Ya veo. Ustedes se han vuelto muy cercanos, ¿no es así? —Seunghan cambió el tema de conversación y Wonbin se sonrojó ante esa pregunta.

—Supongo que sí.

—Por favor cuida de ella. —Dijo él en un tono melancólico. —Es como mi hermanita pequeña, no quiero verla sufrir por un chico de nuevo.

—¿D-de qué hablas? —Su corazón comenzó a latir rápidamente al escuchar esas palabras.

—Vamos Wonbin, estás loco por ella, no puedes ocultármelo.

Aquellas palabras se quedaron en la mente del chico por el resto del día, ¿era acaso tan evidente lo que sentía por Kang Yubin, o quizás Seunghan era muy observador? Decidió que era momento de dar un gran paso, así que sacó de su mochila su bolígrafo y un trozo de papel, era tiempo de ponerle fin a eso que le impedía progresar.

Yubin se encontraba con Anton y Sohee en la máquina expendedora, les había comprado una leche de fresa a ambos, mientras que ella llevaba dos de chocolate. Los tres volvieron al comedor con el resto de sus amigos.

—Estúpido proyecto de literatura, aún no logramos terminarlo. —Se quejó Nayoung.

—Tal vez si en las sesiones te dedicaras a trabajar en lugar de platicar con Sunwoo. —La regañó Seunghan.

—Tsch, tal vez si no hubieras provocado que cambiaran a Yubin de lugar, bobo. —Replicó.

—Shotaro, controla a tu chica.

—Hola, ¿por qué pelean ahora? —Preguntó Yubin mientras tomaba asiento junto a Wonbin, como ya era costumbre. Colocó una leche de chocolate frente a ella y la segunda frente al chico que se encontraba a su lado derecho.

—Nayoung es una tonta, no ha terminado su parte del proyecto.

—En verdad no pueden funcionar sin Yubin haciendo el trabajo por ambos. —Se burló Shotaro.

—Wonbin-ah, devuélvenos a Yubin. —Nayoung hizo un puchero, provocando las risas de sus amigos.

—¿Y por qué haría eso? —Preguntó mientras rodeaba los hombros de la mencionada con su brazo, atrayéndola hacia él. Por primera vez le siguió la corriente al grupo de bromistas.

La mesa estalló en bullicio al presenciar lo ocurrido, provocando que todos a su alrededor los miraran con curiosidad y comenzaran a murmurar. Yubin miró al pelinegro confundida y divertida a la vez, él hizo lo mismo y ambos de ruborizaron ante la cercanía de sus rostros, apartándose inmediatamente.

—Woah, eso fue increíble. —Agregó Sohee mientras la campana sonaba, anunciando que era hora de volver a clases.

La diversión terminó para Yubin al leer la nota que encontró en su escritorio al volver a clases.

"estrellita;
disfruté tanto ser la causa de tus sonrisas, pero esto no llegará a nada si sigo ocultándome tras palabras bonitas, es momento de dejar ir."

Estaba confundida, ¿por qué le entristecían esas palabras? Quien fuera esa persona, la había hecho sentir querida durante los últimos tres meses, algo que no había sentido en mucho tiempo, y aunque al inicio creía que se trataba de una broma, terminó por volverse su parte favorita del día. Tomó su collar entre sus manos y lo apretó contra su pecho.

Todo terminaría pronto.

little stars ☆ park wonbinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora