𝐄𝐕𝐄𝐑𝐌𝐎𝐑𝐄 | Amanda Evermore vive en el distrito uno, criada desde pequeña para ser una guerrera y así, cuando tuviese la mayoría de edad y estuviera totalmente lista, se uniría a los juegos del hambre como voluntaria para dar orgullo a su dis...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𝐄𝐕𝐄𝐑𝐌𝐎𝐑𝐄 ⌇ ☾ ❪ chapter seven ❫ ೋ ۫ ₊˚ the greatest fear ˚₊ ۫ ۫
━━━━ ★ ━━━━
Todo esta en silencio unos segundos, solo unos segundos cuando escucho los gritos de mi otro hermano; Sage, quien es arrastrado por mi padre del cuello de su camisa mientras le grita un montón de atrocidades que no puedo describir de forma explícita.
Eso nos hace mirar a los tres, Sage mira a mamá en forma de ayuda pero ella solo se limita a ignorarlo, lo cual me hace enfurecer.
—¡Déjalo en paz!— Lucien fue el primero en ponerse de pie —¡Déjalo en paz, lo lastimas!
—¡Mamá!— la chillona voz de Sage le ruega por su ayuda.
Sin embargo, mi madre no responde y mi padre está tan ocupado en buscar una manera cruel de castigarle por lo que sea que haya hecho.
El error de Sage fue haber mirado a su lado, donde había un hondo pozo con rocas. El miedo me atravesó tan rápido que me quede mirándolo.
No se atrevería. No podía, si lo hacía se ahogaria.
Mis sospechas fueron acertadas. Mi padre tomó a Sage por el cuello de la camisa y la orilla de su pantalón, y lo lanzó.
Lo lanzó al profundo pozo donde poco después escuché el chapoteo de él al caer sobre el agua.
—¡Sage!— grito Lucien en unisonido conmigo.
Ambos corrimos hasta la orilla del pozo, donde Sage apenas nadaba a metros de profundidad. Se veía muy diminuto ahí dentro, mientras buscaba alguna manera de sacarlo.
—¡Ayuda! ¡Ayúdenme!— pidió él —¡Papá, por favor!
Recordé la presencia de mi padre, tan dura, fría y tenebrosa como la de mi madre.
—Si lo ayudan los lanzó con él— advirtió, al notar lo que intentábamos hacer.
Los escenarios se mueven muy rápido, todo se desvanece otra vez y está ocasión soy yo la que se ahoga, la que lucha y la que grita por su vida.
El agua me empapa de pies a cabeza, chapoteo dentro del pozo mientras me trago el agua por accidente y comienzo a toser.
—¡Ayuda!— le exijo a mi padre —¡Por favor, yo no lo he hecho! ¡No hice nada!
Las lágrimas se deslizan por mis mejillas, apenas puedo nadar ya que no es la primera vez que me castiga de esta manera. Mis pies no tocan lo profundo del pozo así que cada vez que intento salir, me caigo dentro y me ahogo unos segundos.
Suelto sollozos de ayuda que se combinan con los chapoteos y cuando mi padre se ha ido para dejarme ahí hasta quien sabe cuando, busco una salida, una manera de irme. Sin embargo, algo toca mi pierna, una mano fuerte me sostiene y me hace mirar al fondo, me jalonea, muy deprisa que apenas puedo tomar aire.