𝐄𝐕𝐄𝐑𝐌𝐎𝐑𝐄 | Amanda Evermore vive en el distrito uno, criada desde pequeña para ser una guerrera y así, cuando tuviese la mayoría de edad y estuviera totalmente lista, se uniría a los juegos del hambre como voluntaria para dar orgullo a su dis...
Después de mi exhibición, vuelvo a la planta uno para intentar procesar lo que acabo de hacer. Moriré, eso es seguro, pero no me importa porque al menos lo haré por Peeta.
Mi hermano está de pie junto al basurero de la sala, arrodillado y muy palido.
—¿Todo en orden ahí dentro?— pregunto, señalando mi estomago.
Él asiente, levantándose a duras penas para acompañarme a la cocina.
—Agh, me parece que hemos intercambiado lugares.
Sonrío —Créeme, vomitare en cualquier momento, así que mejor no te me acerques demasiado.
Sage se sienta en una silla vacía del comedor, la cena está por empezar en cualquier momento, cuando todos los demás lleguen también.
—¿Cómo estuvo tu exhibición corporal?— le pregunto, acercandole una botella de agua fresca.
—Estuvo bien al inicio, hasta que me atore en los pantalones y me caí de cara al suelo.
Eso es suficiente para que escupa toda la cantidad de agua que había tomado en ese momento. Me empapó la ropa y la mesa también, pero no puedo evitar estallar en carcajadas al imaginármelo.
—¡Por Panem, creo que tengo agua en la nariz!— toso.
Sage me mira serio, se sostiene la botella de agua en su roja frente, lo cual me hace formar una línea en mis labios que intenta ocultar una sonrisa.
—¿Y...?— aclaró mi garganta cuando presiento que viene una carcajada —¿Y tu cabeza está bien?
Asiente —Sí, creo que se va a hinchar, pero bien.
Cubro mi rostro con ambas manos —No me lo creo, pero no puedo dejar de imaginarme la escena.
Aquello hace reír a mi hermano —Oye, deja de burlarte o te va a pasar también.
Niego —No, estaré muerta en unos días, así que lo dudo.
Sage borra su sonrisa y yo hago lo mismo cuando me doy cuenta de lo que he dicho.
—Lo siento— añado —No quería decirlo así.
Mi hermano se levanta del comedor y se va a paso rápido, poco después escucho la puerta de su habitación cerrarse. He sido cruel, quizá me excedí un poco al decirlo así nada más.
Me quedo sola en el comedor y como sé que no se presentará para cenar, me limito a escuchar a Effie hablar y fingir interés.
—¿Dónde está tu hermano?— se pregunta Kenna, luego de llegar justo a tiempo para empezar a comer.
