𝐄𝐕𝐄𝐑𝐌𝐎𝐑𝐄 | Amanda Evermore vive en el distrito uno, criada desde pequeña para ser una guerrera y así, cuando tuviese la mayoría de edad y estuviera totalmente lista, se uniría a los juegos del hambre como voluntaria para dar orgullo a su dis...
Mi primer impulso sería entrar en pánico, llorar y quizá pensar en entregarme al Capitolio y dejar que los demás escapen. Pero no, me mantengo con mi sonrisa más ancha que puedo cuando recuerdo que estamos frente a las cámaras.
No se de qué modo Snow piensa matar a mi familia y a mis amigos, quizá sea frente a todo Panem para demostrar que cualquier señal de rebeldes está prohibida.
¿Qué se supone que haga ahora? ¿Sigo sonriendo? ¿Corro del escenario?
—¿Qué les parece si les organizamos una boda aquí mismo, en el Capitolio?— inquiere el presidente.
El público grita aún más, mientras yo me río —¡Eso sería mucho por pedir!— le digo al presidente.
—Claro que no, señorita Evermore, estoy seguro de que sería un honor para todos que su boda se presentará a Panem.
Claro, más cámaras. ¿Por qué no?
No respondo, finjo estar muriéndome de la emoción, tomada de las manos de Peeta. Me doy cuenta que la estoy presionando tanto que mis nudillos se ponen blancos y las manos del chico toman un color rojo.
—Bueno, antes de fijar la fecha habría que aclarar un poco las cosas con los hermanos de Amanda—responde Snow.
El público rompe a reír y el presidente me rodea con un brazo. Ahora somos mejores amigos, me parece.
—Quizá si todo el país se empeña logremos casarte antes de los treinta.
Río —Seguramente tendrá que aprobar una nueva ley para que dos chicos de diecisiete se casen—respondo, con claro tono malicioso.
—Si no hay más remedio —repone él, de buen humor, como si fueramos los amigos mas cercanos.
Claro, los mejores amigos.
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