Capítulo 27

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Lovely Walker.🥀

Un líder no se arrodilla.

Me baño y cuando salgo ya la tormenta es notoria, realmente no tengo ganas de salir así que me duermo un rato en espera de que se calme, el frío cala mis huesos de una manera cruel.

Me meto en mi pijama de dos piezas para ir a la chimenea y mantenerme caliente, esta mierda parece abandonada, no he visto a nadie, ni siquiera a los guardias. Me da un poco de miedo que todo esté tan tranquilo. Sin embargo, me quedo tranquila cuando llega un mensaje con una foto de mis amigos que acaban de llegar a casa.

Dejo el teléfono en el mueble antes de tirarme en la alfombra y disfrutar de la sensación que estremece mi piel con el fuego cerca de mí. Sólo sé que cierro los ojos y caigo profundamente en la armonía de los rayos y truenos combinados con el sonido del agua caer...

—¡Despacio...! —un jadeo me hace abrir los ojos como platos.

La cabeza me palpita por la manera brusca en la que me levanto. Los jadeos se hacen notorios, y los bramidos de un hombre me refuercen los intestinos.

No sé porque comienzo a sudar y sentir el dolor en la garganta. Me levanto temblando, dirijo mis pies hacia el sonido y sale del despacho. Camino con sigilo, y abro poco a poco mientras los truenos silencian mi entrada.

Algo frío me cae sobre la espalda haciéndome retroceder cuando veo la cara de Cho pegada a la mesa de juegos de hace unas noches atrás, su cabeza esta colgando tiene los ojos cerrados con la boca entre abierta jadeando.

No soy capaz de abrir más porque sé quién es el hombre que la embiste. No lo veo, no lo escucho pero no hace falta, yo sé que es él.

Doy un paso hacia atrás sintiendo que el vomito me va a salir por las fosas nasales mientras tiemblo como un títere y comienzo a llorar sin saber porque, la furia me atraviesa y comienzo a hiperventilar. Cho me mira y veo que su ojo está en blanco, y otro es oscuro. Cierro por el miedo, el enojo y los celos que me atropellan sin ningún tipo de piedad.

Camino sin escuchar nada, abro la puerta principal y meto mi dedo de corazón y el índice en las partes laterales de mi boca, suelto el aire y llamo a mi yegua. Cho sale corriendo y yo sigo en la tormenta mientras ella no es capaz de salir, camino hacia donde no va a detenerme y veo a lo lejos a mi yegua correr directo a mí desde la caballeriza.

—¡No es lo que crees! —logro escuchar la voz de esa mujer.

—No creo nada.

—¡Ya estoy casada! —me muestra el anillo y ahora hay dos.

Me zumban los tímpanos mientras el agua golpea mi piel. Miro a flika y le indico con señas adónde debe llevarme.

—Perdona si no puedo decirte señora —digo con voz entrecortada.

Ella niega y no la miro, me preparo para saltar sobre mi nena, ella llega y si hinca para que la monte, hago caso a su demanda sintiéndome que me estoy partiendo en dos, los truenos me abruman y las ganas de morir llegan con un ardor en la garganta, las lágrimas de dolor salen con mis gritos y mi yagua corre hacia el lugar lejano que tanto me gusta.

—¡Corre! —me agarro de su cabello y paso la mano por su mejilla indicándole huida.

Mi corazón se desborda en pedazos cayendo a un vaso de licuadora para ser extinguido en un licuado que me beberé después, después de que ya no esté en esta casa.

Cuando ya no tenga que escucharlo follar con otra o deba aguantar sus insultos, que deba rogar para que me toque, y llorar cada vez que él me lastima. Lo peor es que no lo hace físicamente y eso lo hace tan jodidamente doloroso, saber que el pecho me duele más que la herida que me hice, el tórax se maltrata más que mis piernas sobre la yegua que corre sin frenos.

𝓝𝓮𝓰𝓪𝓬𝓲ó𝓷 3(+21) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora