Capítulo 37

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Elton Makris.

Cruda verdad y rescate.

Días antes.

Lleno dos días consecutivos llamando a ese vikingo de mierda. No responde, y Aragon no me la hace fácil estando pegado de la cama de Lovely, he estado suministrando sueros, y uno que otro calmante, despierta gritando perdón a sus padres, y se aferra a que sigue en el bosque. No sé qué diablos sucedió pero no me interesa. Necesito encontrar a la rubia, no la quiero perder, no así.

—¿Puedes calmarte? —me pide Ellie tecleando en la computadora—. Estoy haciendo lo que puedo, pero...

—¡Eres la mejor, no me vengas con que no! —doy un golpe a la pared viéndome como tremendo macho.

Su rostro se desfigura pero con la amargura vuelve a hacerlo. Estoy en la casa de Aragon, Rome está revisando a Love que no despierta gracias al universo paralelo en el que vivimos donde ahora debo rescatar a alguien más, también debo de estar completamente loco como para aceptar que estos locos influyan en mis pensamientos.

—¿Adónde tienen a esa inservible? —escupe Aragon entrando al despacho—. No quiero que sus niñerías interfieran con mi mujer desequilibrada.

Viene de corbata y traje, no cabe duda de que la gente no es más que un insulto. Una vez llegó Love de estar con Franck se encerró y comenzó a actuar extraño, y aprovechamos a que no se enterara de nada.

—Aún no tenemos nada —contesta Ellie mientras yo me recargo de escritorio.

No puedo dejar que la maten.

—Voy con el Yakuza, y el dragón —comenta.

Trato de mantenerme quieto, me siento impotente, triste. Mientras ella estaba siendo secuestrada yo me estaba esforzando por no follar a Ellie. Paso las manos por mi cara desesperado, la agonía me está matando, no sé qué hacer. Su hermano sigue buscándola con la UAC de Londres. Son los mejores en perfiles e investigaciones de psicopatas como el vikingo y Aragon.

—¿Qué haremos si no aparece? —pregunta Ellie.

Las ganas de dormir me pueden, no he pegado el ojo y Aragon es el menos interesado.

—¡La entierran y ya! —dice tajante. Se dirige hacia la gaveta de su escritorio y saca una arma que acomoda en su cinturón.

Veo lo que hace Ellie antes de tomar aire y contestarle.

—No vengas con esas estupideces ahora, Aragon —lo freno de sus sandeces—. La vamos a traer, porque si Lovely lo sabe y aún no está, tú sabes lo que pasará.

Lovely es la persona más imprudente, testaruda, extrovertida, impulsiva y con ataques de estrés postraumáticos más inquietantes, y por eso; seguramente se entregaría para sacarla. «Más loca que una cabra de sacrificio»

—Por eso te encargarás de tenerla encerrada —sonríe viéndose siniestro para mostrarme los dientes y rueda los ojos. Un escalofrío me recorre, pero hago como si nada—. Si ella se entrega, yo les corto la cabeza a todos, les arranco la piel y se las ofrezco a ese maldito.

—No vengas con amenazas —me incorporo quedando imponente.

—No lo son, compañero. —palmea mi hombro y se marcha dejándome con más preguntas.

El clima está frío como casi nunca, haciéndome creer que las torturas son más dolorosas.

No hago más que dar vueltas mientras Ellie habla y habla cosas sin sentido.

Envío mensaje a mis padres como un último recurso, me pongo peor cuando salgo a tomar aire en la puerta, recibiendo el golpeteo se las pringas que trae el viento... y veo bajar a Love. Trato de hablarle sonriente pero me ignora rodando los ojos, se ve bien. Trae jeans negros, y una blusa de tirantes rosa, se ve dulce mientras baja las escaleras que la hacen lucir como una princesa mientras sonríe y frunce el ceño a los papeles que trae en las manos.

𝓝𝓮𝓰𝓪𝓬𝓲ó𝓷 3(+21) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora