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Charles estaba en la sala viendo la televisión a un volumen muy bajo, era domingo a las 7am, de nuevo no había podido dormir por las pesadillas, así que se levantó para ver la tele un rato y distraerse. Tenía a keiko en su regazo y la acariciaba mientras la gata ronroneaba. Desde hace algunos días se sentía bastante cansado y casi no dormía en las noches, aún así hacía un gran esfuerzo por no quedarse dormido durante el día y hacer actividades para ayudarle a Carlos.

Escuchó unos suaves pasos en la escalera y cuando se giró a ver quien era encontró a su pequeña Elara, tenía una cara de sueño terrible y se frotaba un ojo con su manita, sus labios estaban fruncidos en un puchero y sus ojos levemente llorosos haciendo un atisbo de berrinche.

Charles la miró preocupado y bajó a keiko de su regazo con cuidado antes de estirar sus brazos hacia ella, la pequeña de inmediato corrió hacia él y le rodeó el cuello con sus bracitos aferrándose, Charles también la rodeó con sus brazos y la levantó en su regazo para arrullarla. Ela enterró su carita en el cuello del omega y frotó su mejilla contra él para tener su aroma y mientras Charles repartía besos en su cabeza.

"¿Qué pasó pequeña?", el omega separó levemente a Ela para verla.

"Tuve una pesadilla... y quise dormir contigo pero no estabas y me asusté", las lágrimas comenzaban a llenar sus ojos cafes de nuevo.

"Ay cariño, perdón. Tenía problemas para dormir y vine a ver la tele un rato", Charles acariciaba las mejillas de la niña y le daba besos en la naricita. "¿Quieres que subamos a dormir?"

La pequeña negó y se acurrucó contra Charles de nuevo. "¿Nos podemos quedar aquí?"

"Está bien princesa", Cjarles sonrió y acomodó a Elara para recostarla como una bebé y los cubrió a ambos con una manta. "¿Quieres contarme que pasó en tu pesadilla?", Charles preguntó al ver que la pequeña no podía quedarse dormida a pesar de la cara de sueño que tenía.

La cachorra asintió y miró a Charles unos segundos antes de hablar. "Soñé que te ibas..."

"¿Que me iba?"

"Si, decías que ya no nos querías y te ibas, y cuando queríamos ir detrás de ti el camino se hacía más y más largo y de repente ya no estabas ". Algunas lágrimas cayeron y Charles las limpió con suavidad.

"Oh cariño, yo nunca me voy a ir, te lo prometo... tú y Calos son los amores de mi vida y no los voy a dejar".

"¿Lo prometes por la garrita?", Elara estiró su mano hacia Charles alzando su meñique.

Charles se vio profundamente enternecido por la acción de la pequeña y sonrió. "Te lo prometo por la garrita", el omega también estiró su meñique y lo entrelazó con el de Ela besando su pequeña mano.

Después de hacerle esa promesa a Ela, la chiquilla pudo caer dormida más fácil y keiko que había estado a su lado mirándolos expectante, subió lentamente al regazo de Charles y se hizo bolita a un lado de la cabeza de Elara.

El omega siguió acariciando el cabello de la pequeña y se recargó en el sofá para seguir viendo la televisión. No sintió cuando pasó el tiempo y de repente el sol ya había salido por completo y brillaba a través del gran ventanal de la sala.

Levantó la vista hacia el reloj que ahora marcaba las 10am.

Suspiró tallando sus ojos, sabía que las ojeras bajo ellos ya eran bastante notables y que probablemente Carlos comenzaría a preocuparse pronto.

Hablando del rey de roma, Charles escuchó los grandes pasos del alfa bajando la escalera.

Cuando el rizado estuvo al fin frente a la sala observó confundido a Charles con Elara en su regazo; se acercó hasta ellos y se dejó caer al lado del omega recargando la barbilla en su hombro.

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