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Charles daba vueltas en el sofá, estaba bastante nervioso y preocupado. Carlos debería haber llegado hace a horas pero no tenía ninguna señal de él. Ya habían cenado y el omega llevó a dormir a Elara hace ya un rato.

Decidió quedarse a esperar a Carlos, pues no era común que el pelinegro llegara tarde y si lo hacía avisaba antes, además eran cosas de 15 minutos o media hora, esta vez llevaban 2 horas sin saber nada de su alfa y se estaba comenzando a alterar.

Ya le había enviado un mensaje a Carlos y Yuki, pero ninguno de los dos respondía, le envió también un mensaje a Checo pero ni él ni Max sabían nada y la respuesta a sus mensajes fue la misma. Checo le había ofrecido ir con él para hacerle compañía mientras Carlos llegaba, pero Charles se negó, no quería molestar al castaño ni a su pareja.

Ya estaba por su tercera vuelta a la cocina cuando escuchó la puerta abrirse, corrió hasta la entrada y sin pensarlo mucho se tiró sobre el alfa rodeando su cuello con los brazos y enterrando la cara en su cuello, Carlos correspondió a su abrazo y lo atrapó por la cintura levantándolo del suelo levemente, igualmente escondió la cara en el cuello del omega y se llenó de su olor. Cuando sus pies tocaron el suelo de nuevo, Charles acarició los cabellos del alfa que ahora estaban sueltos y revueltos.

Cuando Carlos por fin se separó del cuello de Charles y el omega pudo verle la cara casi le da un ataque de nervios.

El hermoso rostro de su alfa estaba golpeado.

Su ojo derecho tenía un gran moretón al igual que su pómulo izquierdo y su barbilla, esta última también tenía un raspón del que brotaba un poco de sangre, su labio y ceja derecha estaban partidos y el pelinegro tenía una evidente expresión de dolor en la cara.

Charles puso con cuidado sus manos en las mejillas de Carlos y lo miró preocupado. "Moun amour, ¿qué pasó?"

El pelinegro hizo una mueca y sacó su labio inferior haciendo un puchero. "Unos alfas idiotas quisieron atacar a Yuki cuando salimos..."

"Y claro que la defendiste", Charles pasó su pulgar por el pómulo golpeado del pelinegro con suavidad. "Alfa bobo y valiente, eres un sol. ¿Yuki está bien?"

"Si, pude meterla al auto a tiempo pero ellos no se iban y se pusieron muy agresivos, me enfadé y terminé peleando con los dos", el pelinegro suspiró y cerró los ojos sintiendo el suave tacto de Charles. "Un vecino llamó a la policía y tuvimos que ir a la central para declarar y que no me pusieran una multa por pelearme a golpes en vía pública, no podíamos usar nuestros teléfonos".

"Eres un gran alfa Calos, gracias por cuidar a Yuki", el castaño pegó su frente a la de Carlos y cerró los ojos.

El pelinegro asintió y abrazó de nuevo a Charles. "Perdón por asustarte".

"Está bien, ahora estás aquí y estás a salvo y Yuki también está a salvo con su alfa"; Charles besó rápidamente a Carlos y se separó de él tomando su mano. "Ahora vamos a curarte esas heridas".

"¿Podemos ir a mi habitación? No quiero que El's se despierte y me vea así".

Charles asintió y llevó a Carlos arriba apagando las luces en el camino, ambos se adentraron en la habitación del pelinegro, el omega lo dejó sentado en la cama mientras iba a buscar el botiquín. Cuando volvió se sentó a su lado y lo acercó para poder ver bien sus heridas. Primero desinfectó las heridas que estaban abiertas, provocándole algunas muecas de dolor a Carlos que borraba dejando suaves besos sobre las mismas heridas, desinfectó también las heridas en sus nudillos, que se habían abierto por los golpes, y los vendó sin apretar mucho el vendaje.

Después procedió a untar pomada sobre sus golpes, lo hizo quitarse la camiseta para ponerla también sobre los golpes en su torso, uno en las costillas, en el pecho y dos más en su espalda; le habían metido una buena paliza a su alfa y de alguna forma a Charles le molestaba saber que le habían hecho daño a Carlos.

CuídameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora