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Se encontraba recostado sobre el pecho de Carlos (aún dormido), y una pequeña bola de pelo ronroneando sobre el estómago del mismo. Charles acariciaba a la gata mientras pensaba con la mirada perdida en el suelo.

El día anterior había tenido otra cita con la psicóloga y por fin habían hablado sobre lo que pasó, a pesar de que Charles no recordaba mucho, o más bien no quería recordar; eso le había dicho la psicóloga. Su cerebro estaba reprimiendo aquellos recuerdos como un mecanismo de defensa, y al contrario de lo que Charles creyó, aquello no era malo, era algo muy común e Carola le dijo que a veces la mejor forma de superar algún evento traumático era olvidándolo, por completo o solo algunas partes. Lo importante era que Charles supiera como tratar con esos recuerdos si re-aparecían.

Volviendo a la charla, Charles  le contó todo lo que había pasado el día que se lo llevaron, desde que se despertó en la mañana, como salió a comprar comida china para comer y finalmente todo el momento en el que se lo llevaron.

Estaba caminando hacia su departamento, eran alrededor de las 5 de la tarde, las calles estaban vacías, estaba jodidamente cansado y sólo quería llegar a su casa para tomar una larga siesta.

Recuerda a un hombre pidiéndole la hora y después un fuerte golpe en su cabeza. Cuando menos se dio cuenta ya había 5 personas a su alrededor, 5 alfas que lo llevaron hasta una gran camioneta negra.

Después de eso todos sus recuerdos se volvían borrosos, recordaba algunas voces, olores, manos y tal vez rostros. Cree que además de los recuerdos que su cerebro había suprimido lo habían drogado para que no estuviera consiente.

Aún tenía pesadillas con esa escena, donde se lo llevaban y él no podía gritar ni patalear, también habló de esto con la psicóloga y ella le dijo que hablarían de las pesadillas en su próxima sesión.

Charles estaba muy cómodo con sus terapias y realmente sentía que estaba teniendo un avance.

No podía decir que las pesadillas se habían ido pero definitivamente ya no las tenía a diario.

También le era más fácil hablar con Carlos sobre como se sentía y avisarle cuando se sentía mal para que pudiera ayudarlo antes de tener un ataque.

Ahora, de regreso al presente. Charles seguía pensando en su última sesión, cuando empezó a sentir el cuerpo de Carlos más caliente. Levantó la cabeza hacia la cara del alfa y lo encontró frunciendo el ceño. Algo preocupado ya se sentó al lado del pelinegro y puso la mano en su frente, igual estaba algo caliente pero no lo suficiente para decir que tenía fiebre. Movió el hombro de Carlos para despertarlo y acarició su cabello revuelto en la almohada.

Sorprendentemente aquella mañana Ela no había amanecido con ellos, es explicaba porque seguían dormidos tan tarde.

El alfa por fin despertó, miraba confundido hacia todos lados hasta que pudo enfocar su vista en Charles que lo miraba preocupado.

"¿Te sientes bien cariño? Creo que quiere darte fiebre", el alfa negó con la cabeza y tomó su teléfono para revisar la hora, pero en el momento en el que vio la fecha casi salta fuera de la cama. Se sentó rápidamente, asustando a Charles.

"Carlos, ¿qué pasa?"

"Y-yo, lo siento lo olvidé, no sabía que hoy era y dios ahora, ¿que voy a hacer? Debo llamar a Max avisarle y Elara debe irse, pero ahora estás tú también y puedo, puedo irme yo y... ¡Ay!"

Charles que había mordido el hombro del alfa ahora tenía las manos sobre sus mejillas, apretándole un poco la cara.

"Cálmate alfa, necesito que respires y me digas que pasa".

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