Capitulo 41: Extra-ordinario.

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Su mente se sentía pesada y nerviosa, mientras caminaba de regreso a su auto

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Su mente se sentía pesada y nerviosa, mientras caminaba de regreso a su auto. La inquietante sensación de ser perseguida persistía, aunque volteara y no encontrara nadie más.

Siguió caminando hasta que el estridente sonido de su teléfono la hizo saltar del susto, sacándolo de su bolsillo y tomo la llamada sin ver el nombre.

- Hola?

- ¿Lana? – respondió una ronca y profunda voz al otro lado del teléfono, reconociendo al instante a la única persona que no deseaba escuchar, Lachlan- todo esta bien?

- SI, si, no es nada, salí a comprar un par de cosas y tomar un café...- respondió sintiéndose más inquieta al escucharlo – cómo va el viaje?

- Bien, ya terminamos la campaña de vacunación y estamos recogiendo los equipos antes de regresar...- murmuro con una suave risa al otro lado del teléfono que hizo hormiguear la espalda de Lana- muero por volver contigo...

- No mas que yo... - susurro sonriendo entre el sonrojo, sus solas palabras la hacían cosquillear la piel, por lo que decidió concentrarse en otro tema mas relevante- entonces cuando estarás en casa?

- Esta misma noche...- respondió con aquella profunda y masculina voz, llena de promesas.

- Te estaré esperando... - susurro antes de despedirse y colgar.

Tan pronto como colgó, sus pies se movieron por si solos, apresurando sus pasos, su cuerpo tomo el control instintivamente antes de que su mente pudiera procesarlo.

{Era una duda razonable ¿verdad?} se pregunto a si misma.

Como un náufrago en el mar, siguió su rumbo entre las callejuelas antiguas, cruzando una a una hasta llegar a un antiguo edificio y sacando las llaves en su bolsillo abrió el lugar.

Corriendo escaleras arriba llego hasta su departamento en reforma, ingresando a la habitación principal y abriendo el walking closet, se encontró reflejada en el espejo de cuerpo entero en al final de la habitación, contemplándose pálida y nerviosa.

Estaba aterrada y sabia el porqué.

Abrió con prisa la puerta secreta tras el espejo y entrando en la habitación escondida, encontró el único bien que contenía aquel lugar. Su caja fuerte.

Con prisa saco de esta una laptop y con las manos temblorosas se apresuro a encenderla, pronto su mente en blanco se lleno de nerviosismo y miedo, sus dedos se tornaron pesados y en su pecho apareció un nudo, quería parar. Sin embargo, todas las alertas sonaban en su cabeza, algo estaba mal.

Ingresando con prisa, sus dedos se movieron con urgencia hasta obtener la respuesta que no deseaba escuchar, con la verdad que no deseaba aceptar. Lachlan le había mentido. Lachlan y su laptop estaban en Manhattan.

Se sentía estúpida, ingenua y timada. Aunque aquella pequeña parte en su cabeza, que siempre estaba en una constante alarma paro, sabiendo que algo había estado mal desde el principio y al fin sabia el que.

Lachlan jamás dejo de trabajar con los Seymour y estaba del lado de los Hoffman.

Sacando de su bolsillo el USB que le entrego Catherina, lo conecto al servidor. Ya no le importaba si era un virus o una trampa, solo necesitaba una salida y tan pronto como lo acepto, sus manos se movieron de forma instintiva. Los fondos de los wallets estaban siendo trasladados.

{Eso era todo, ese debería ser su final ¿verdad?}

Dear Villain : No me llames amor...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora