Lana entró a la cafetería como lo hacía todos los miércoles, con la intención de tener su videollamada semanal con su abogado de confianza. Sin embargo, al ingresar a la reunión online, se encontró con una sorpresa inesperada: Rhaegar estaba al otro lado de la pantalla, con una expresión de urgencia en su rostro.
- No cortes, por favor - suplicó Rhaegar rápidamente, antes de que Lana pudiera decir algo - Escúchame, estás en peligro.
Antes de que Lana pudiera procesar completamente lo que estaba sucediendo, recibió un mensaje de su abogado, disculpándose y dejándole el breve recordatorio "No confíes en nadie, ni siquiera en mi...". Una ola de confusión y desconfianza la invadió mientras miraba alternativamente a Rhaegar y a la pantalla de su teléfono.
- Eres un jodido bastardo... - se burló Lana, dejando de lado a su traidor ex abogado –pequeño Gatsby...
Sin perder el tiempo, Rhaegar sonrió con aquella sonrisa devastadora, aquella que en algún tiempo la puso de rodillas.
- Me alegra que estes bien... por ahora- murmuro el pelinegro con una gentil sonrisa
- ¿Es una amenaza? – asevero Lana, mientras su interlocutor negaba con la cabeza.
- Estas en peligro, pero jamás será por mi – afirmo con preocupación, mientras pasaba con preocupación sus manos sobre su rostro – Lachlan volvió a Manhattan.
La declaración la sorprendió, logrando que frunciera el ceño, pero antes de que pudiera acusar de mentiroso a Rhaegar, este le mostro delante de la pantalla un sobre con el logo de los Seymour
- Hace unos días vino a mi oficina, no te diré como intento amenazarme, pero me exigió que me apartara de tu camino...
- Y eso deberías haber hecho – refuto Lana viéndolo con cansancio
- Y lo habría seguido haciendo, si Belle no me hubiera dicho que a ella le pidió lo mismo, con la diferencia que Lachlan le presumió tener los Wallets
- Eso es... - murmuro la pelirroja con cierta sorpresa
- Imposible, lo sé, jamás serias capaz de entregar tu único seguro – afirmo Rhaegar con una leve sonrisa de alivio.
- Pero me buscaste para comprobarlo jajajaja que confianza...- ironizo
- Lana, no te equivoques, ese sujeto siempre obtiene lo que quiere – afirmo con preocupación – sea por las buenas o por las malas. - agregó con seriedad.
Lana estaba desconcertada. Había creído que Lachlan estaba en un viaje para ayudar en una campaña médica, pero ahora todo parecía estar patas arriba. Aunque se negaba a dudar de Lachlan, algo en el tono de Rhaegar la hizo titubear.
- No sé porque te sigo escuchando – mascullo estirando el brazo para cerrar la computadora
Justo cuando estaba a punto de cerrar la laptop, una mano apareció para impedirlo. Una presencia segura y decidida, casi imponente se sentó frente a Lana.
- Catherina? – farfullo la confundida pelirroja, pasando del desconcierto a la rabia en menos de un segundo.
- Lana, por favor, necesitas entender que Lachlan no es quien crees que es. Es manipulador, narcisista y peligroso- afirmo la castaña, intentando razonar con la sorprendida mujer frente a ella, quien miraba a los lados - Debes escucharme, no puedo permitir que sigas cegada por él.
- ¿Ahora resulta que eres la portavoz de la verdad absoluta? ¿O solo te sientes culpable por ser la tercera en discordia?
- Lana, entiendo que te sientas así, pero esto va más allá de mis sentimientos personales. Te estoy advirtiendo porque, aunque no lo creas me importas, aunque parezca difícil de creer.
- Oh, claro, cómo no pensé en eso antes – farfullo Lana con notable sarcasmo - Tú, la amante arrepentida, preocupada por mi bienestar. ¿Qué sigue? ¿Entonces me dirás que las cuentas alternas están para realizar obras de caridad?
- No, pero tratábamos de crear un mundo mejor enfrentando un sistema que no deja crear cambios- dijo con firmeza, mientras intentaba defender lo que creía correcto – invertimos en aliados para abrirnos puertas
- Es una doble moral... quieren mejorar el sistema, manteniéndolo y alimentándolo... vaya cambio – farfullo Lana con una sonrisa de listilla.
- Hacemos más de lo que tu haz hecho hasta ahora. – asevero Catherina.
Antes de que pudiera decir algo más, la voz de su confiable barista interrumpió el momento, dejando una tasa de te sobre la mesa.
- Esta todo bien? – murmuro Sophie, ocultando la imagen de Catherina con su cuerpo. Asintiendo y suspirando sonrió, antes de dejar ir a la desconfiada mujer, quien le lanzo una mirada adusta a la castaña sentada frente a Lana.
Pronto en la computadora volvió a oírse la voz de Rhaegar, saliendo únicamente para Lana, quien usaba earphones.
- Lana, por favor, esto no es momento para sarcasmos ni insultos. Estamos intentando ayudarte, aunque no lo creas.
- ¿Ayudarme? – se rio la pelirroja- ¿Es eso lo que piensas que estás haciendo? Por favor, Rhaegar, no me hagas reír. Tú y tu amiga aquí están más involucrados en este embrollo de lo que están dispuestos a admitir – asevero Lana observando el ansioso rostro de Catherina – o me equivoco? ¿No fuiste tu quien intento deshacerse de las transacciones fraudulentas de los Seymour y por eso terminaron los wallets en mis manos?
- Puede que tengas razón en eso, Lana. – acepto la mujer frente a ella - Pero ahora mismo, lo más importante es tu seguridad. No puedes permitir que Lachlan te manipule más.
- ¿Oh, y quién iba a pensar que tú, la amante despechada, tendría mi mejor interés en mente? Debo decir que tus tácticas de manipulación están alcanzando un nuevo nivel, pero será mejor que las guardes para usarlas con Rhaegar, porque yo no te creo nada.
- Lana, por favor- rogo Rhaegar. Antes de que terminara la frase Lana cerro la computadora, la cual cerraba toda sesión al cerrarse -
- No sé qué es peor, si la hipocresía de tus palabras o la certeza de que ahora estoy atrapada en medio de este desastre nuevamente gracias a tu presencia aquí.
Catherina palideció, negando haber dejado que alguien la siguiera, agarro el brazo de Lana reteniéndola, explicándole con prisa que aquel lugar era un escondite que solo ella conocía por su amistad de años con Lachlan. Tan pronto soltó aquellas palabras la mirada de Lana se descuadro.
- ¿Él te trajo aquí?
- No exactamente – dudo Catherina sin saber que debía revelar y que callar – Lana no te pido que confíes en mí, solo te pido que tengas cuidado, por Rhaegar.
Con una mirada decidida, saco de su bolsillo un USB y lo coloco sobre la palma de Lana.
- Estas son las claves – afirmo murmurando con pesar – revísalas y huye con todo, no necesitas quedarte, porque esto es mas profundo de lo que vas a poder soportar... Se libre como yo jamás podre serlo.
Lana, abrumada por la avalancha de información y emociones, tomó el USB, aunque dudaba de qué hacer a continuación. "Lo pensaré", murmuró, sintiendo el peso de la decisión que tenía que tomar.
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Dear Villain : No me llames amor...
عاطفيةEl villano no puede darte un final feliz o si? Una par de fugitivos se esconden en un pequeño y pintoresco pueblo, fingiendo ser una feliz pareja de recién casados, sin sentirse como una pareja acuerdan ser simplemente "roomies". Aunque una chispa d...