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El sol brillaba sobre la ciudad de Daejeon, envolviendo las calles en una cálida luz primaveral mientras la emoción vibraba en el aire. Era el día de la gran final de la temporada de primavera de la LCK, el día en que los mejores equipos se enfrentarían en una batalla épica por el título. El estadio resonaba con el clamor de los fanáticos pero, para Minseok, el bullicio de la multitud se desvanecía en comparación con los latidos de su propio corazón que retumbaban en sus oídos con una fuerza aplastante.

El joven soporte se movía de un lado a otro en la sala de espera, repasando mentalmente cada estrategia, cada movimiento, cada posibilidad que pudiera surgir durante el próximo enfrentamiento. Había llegado lejos desde aquellos días en los que se conformaba con ser segundo mejor, gracias en gran parte a Minhyung y su constante apoyo y guía. Pero a pesar de todos los avances que había logrado, el miedo a ser nuevamente relegado al segundo lugar lo atormentaba como una sombra persistente. Porque hoy, más que nunca, se enfrentaba a la posibilidad de convertirse en el héroe que siempre había deseado ser o caer en el abismo de la decepción una vez más.

Sus manos temblaban ligeramente mientras se ajustaba el uniforme, la ansiedad arremolinándose en su estómago con una fuerza avasalladora. ¿Y si esta vez no era suficiente de nuevo? ¿Y si, a pesar de todos sus esfuerzos, volvía a quedar en segundo lugar? ¿Y si decepcionaba a Minhyung, la única persona que había logrado hacerlo sentir realmente especial? ¿Y si Minhyung ya no volvía a mirarlo con el mismo cariño después de la derrota? El solo pensar en esa posibilidad era suficiente para hacer que su corazón se contrajera de dolor.

Justo en ese momento, Minhyung apareció en la sala, con una sonrisa radiante en el rostro y un aura de calma y confianza que contrastaba con los nervios del menor. El soporte se giró hacia su coach, sintiendo cómo su corazón se aceleraba con solo verlo.

—Minhyung... —murmuró, luchando por encontrar las palabras adecuadas para expresar sus miedos.

El coach se acercó a él con pasos seguros, colocando una mano en su hombro y mirándolo con una mezcla de ternura y determinación.

—¿Qué pasa, Minseok? ¿Estás bien?

Minseok se encontró perdiéndose como siempre en los ojos de Minhyung, encontrando una especie de refugio en su mirada profunda y comprensiva. Era como si su coach pudiera leer sus pensamientos más oscuros y aún así seguir viendo lo mejor de él, incluso en sus momentos más bajos.

—Estoy nervioso, Minhyung... —confesó, permitiendo que sus miedos salieran a la superficie sin reservas —. Tengo miedo de decepcionarte, de decepcionar al equipo, de volver a ser segundo otra vez.

Minhyung asintió, apretando ligeramente el hombro Minseok.

—Entiendo cómo te sientes, Minseok. Pero quiero que sepas que tienes todo mi respaldo, pase lo que pase. Eres un jugador increíble, y has trabajado muy duro para llegar hasta aquí. No importa cuál sea el resultado de hoy, estaré orgulloso de ti y de todo lo que has logrado.

Las palabras reconfortantes del mayor hicieron que Minseok se sintiera un poco más ligero, como si una carga invisible se hubiera levantado de sus hombros. La confianza y la fe que su coach depositaba en él eran como un faro de luz en medio de la oscuridad de sus dudas y temores.

—Gracias, Minhyung. Significa mucho para mí escuchar eso de ti —respondió, sintiendo un nudo en la garganta mientras luchaba por contener la emoción que amenazaba con desbordarse.

El joven coach sonrió cálidamente, dando un paso más cerca de Minseok y colocando una mano suave en su mejilla.

—Eres especial, Minseok. No permitas que tus miedos te impidan verlo. Eres más que suficiente tal como eres, y no necesitas ganar un campeonato para demostrarlo. Pero sé que hoy vamos a dar lo mejor de nosotros y vamos a ganar, ¿de acuerdo?

Homewrecker ;; Keria x GumayusiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora