Homewrecker ;; Keria x Gumayusi

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El aire seguía cargado de una tensión singular incluso después de que el delicioso aroma del ramen llenara la cocina. Minseok sentía que cada momento compartido con Minhyung era como caminar por una cuerda floja entre la emoción y el miedo, sin saber en qué momento caería hacia un lado u otro. El ramen estaba listo, humeante y tentador, pero ninguno de los dos parecía tener prisa por empezar a comer. En su lugar, se encontraban en el sofá, ojeando las opciones de películas en la pantalla de la televisión.

Minhyung dejó que el menor tomara la decisión, y éste se sumergió en las opciones con una intensidad que rayaba en lo obsesivo. Había revisado las redes sociales del mayor una y otra vez, recordando los detalles que habían compartido sobre sus gustos y preferencias. Sabía que Minhyung era un amante del cine de terror, a pesar de su aparente calma y serenidad, y aunque Minseok era bastante asustadizo, pensó que esta podría ser una oportunidad perfecta para acercarse aún más físicamente a su coach. Después de todo, ¿qué mejor excusa para buscar consuelo en los brazos del mayor que una película de terror? Elegir una película de terror para buscar contacto físico podría ser un cliché, pero como dicen, los clichés existen por una razón. Además, el joven soporte estaba dispuesto a arriesgarse por una oportunidad de sentir el cálido abrazo de Minhyung, aunque eso significara saltar del sofá de vez en cuando.

—¿Qué te parece esta? —propuso, mostrándole la pantalla de la televisión con la película seleccionada.

Minhyung examinó la selección con interés, sus ojos brillando mientras leía el título en la pantalla. Una sonrisa jugueteó en sus labios, revelando su complicidad con la elección del menor.

—¡Me encanta! Es una de mis favoritas. ¿Estás seguro de que quieres verla? Algunas personas dicen que es bastante aterradora.

Minseok intentó mantener la compostura, a pesar de que su corazón latía con fuerza en su pecho. Miró al mayor con una sonrisa nerviosa, tratando de ocultar su ansiedad detrás de una máscara de valentía.

—¡Claro que sí! Me encantan las películas de terror —mintió descaradamente, esperando que su nerviosismo no fuera demasiado evidente.

El menor no era precisamente un entusiasta de las películas de terror, pero estaba dispuesto a enfrentar sus miedos con tal de estar más cerca de Minhyung. Además, ¿qué podría salir mal? Seguramente su coach estaría ahí para protegerlo en caso de que las cosas se pusieran demasiado espeluznantes. O al menos, eso esperaba Minseok mientras se acomodaba en el sofá junto a Minhyung, con el tazón de ramen caliente entre las manos y una manta cubriendo sus piernas.

La película comenzó con su característica música inquietante y los primeros indicios de que algo malo estaba por suceder. Minseok se aferró a la manta con fuerza, sintiendo cómo su pulso se aceleraba incluso más. Pese a que intentaba mantener la compostura, no pudo evitar saltar en su asiento cuando sonó el primer susto. 

Por suerte para él, Minhyung parecía más entretenido por su reacción que por la película en sí. Cada vez que Minseok saltaba o gritaba ante un susto especialmente bien ejecutado, el mayor dejaba escapar una risita suave y bromista, como si estuviera disfrutando del espectáculo mucho más de lo que debería. Eso hizo que el menor se sintiera un poco avergonzado pero, al mismo tiempo, le encantaba la sensación de complicidad que compartían en ese momento. Se sentía más cerca de Minhyung de lo que nunca había estado antes, como si estuvieran unidos por algo más que el simple deseo de ver una película juntos.

A medida que la película avanzaba, Minseok notó que su valentía disminuía y su necesidad de contacto físico aumentaba. Cada vez que un momento especialmente aterrador aparecía en la pantalla, se aferraba instintivamente al brazo de Minhyung, buscando consuelo y seguridad en su presencia. Y si bien sabía que probablemente estaba exagerando un poco su miedo para justificar su necesidad de contacto físico, no podía evitarlo. La cercanía del mayor era como un imán que lo atraía con una fuerza irresistible, y se sentía incapaz de resistirse a su llamado.