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El equipo llegó al hotel que sería su hogar temporal durante la final, y como era de esperar, Minhyung estaba completamente absorto en su papel de coach. Mientras coordinaba los horarios de entrenamiento y revisaba los últimos detalles, Minseok no podía evitar sentirse un poco desplazado. Aunque entendía que el trabajo de Minhyung era prioritario en ese momento, no podía evitar desear más atención por parte del mayor.

Mientras caminaba hacia su habitación asignada, Minseok comenzó a reflexionar, al igual que cada día, sobre las posibles señales que su coach podría estar enviándole. Recordó que el mayor, antes de llegar al hotel, les había comprado a todos café, pero a él le había comprado un batido de fresa. ¿Y si fue intencional?, se preguntaba, dejando que su mente divagara por los laberintos de la especulación. Tal vez Minhyung quería demostrarme que me conoce lo suficiente como para saber qué me gustaría beber. O tal vez... tal vez simplemente se olvidó de lo que me gusta. Pero no, eso no puede ser, ¿verdad? Minhyung es tan atento y considerado, no puede haber sido un simple descuido.

Pero no se detuvo ahí. Revivió en su mente cada interacción con Minhyung, cada mirada, cada palabra, en busca de más indicios de que el mayor también sentía algo por él. ¿Y si la risa de Minhyung era más genuina cuando estaba cerca? ¿Y si su mirada se demoraba un poco más en él que en los demás? ¿Y si todos aquellos pequeños roces accidental de manos no fueron realmente accidentales? Cada pequeño detalle se convertía en combustible para su obsesión, alimentando su deseo de creer que, de alguna manera, el destino estaba a su favor.

En tanto se debatía entre la esperanza y la incertidumbre, una idea comenzó a tomar forma en su mente. Recordó una de las cualidades que Minhyung había mencionado que le gustaban de Dahye: su determinación para no rendirse y conseguir lo que quería. Esa cualidad resonaba en la mente de Minseok como un eco lejano, una llamada a la acción que no podía ignorar. Ya no se conformaría más con esperar pasivamente a que su coach se diera cuenta de sus sentimientos; ahora, era el momento de actuar y mostrarle que estaba dispuesto a luchar por él.

Justo cuando estaba intentando formular un plan en silencio, el ascensor se detuvo y varios miembros del equipo y del staff entraron, rompiendo el hilo de sus pensamientos. Hyeonjun, como siempre, estaba en medio de la acción, contando una anécdota sobre un incidente cómico que había ocurrido el fin de semana anterior. Según parecía, uno de los miembros del staff había mezclado accidentalmente sus pastillas para dormir con alcohol, lo que resultó en una noche de diversión y risas para todos los presentes.

La historia arrancó risas y comentarios de los presentes, pero en la mente de Minseok comenzó a gestarse una idea, una idea audaz y atrevida que podría cambiarlo todo. Una sonrisa maliciosa se curvó en sus labios mientras escuchaba la conversación a su alrededor. Una parte de él, la parte más oscura y tentadora que cada vez parecía crecer más, comenzó a sugerirle que tal vez, solo tal vez, este era el momento perfecto para mostrarle a Minhyung que estaba dispuesto a ir más allá por él. Después de todo, el mayor parecía estar abrumado por el trabajo y las preocupaciones sobre su esposa, ¿por qué no ayudarlo un poco? Claro, podría considerarse un poco... ¿inapropiado? Pero ¿qué importaba eso cuando se trataba del amor de su vida? ¿Por qué no aprovechar la oportunidad para acercarse más a él, para mostrarle que estaba dispuesto a hacer lo que fuera necesario para estar a su lado? La idea se aferró a su mente como una enredadera, retorciéndose y creciendo con cada segundo que pasaba.

Aprovechando la oportunidad cuando se encontró solo con aquel miembro del staff en el pasillo del hotel, Minseok fingió una excusa de no poder dormir bien desde hace días, asegurando que estaba preocupado por el estrés del torneo y necesitaba algo para ayudarlo a relajarse. Con una sonrisa nerviosa pero persuasiva, convenció al otro de que le proporcionara un par de esas pastillas que habían causado la euforia accidental el fin de semana anterior. El empleado, sin sospechar nada, accedió a su solicitud, entregándole un par de pastillas con una advertencia de usarlas con moderación.

Homewrecker ;; Keria x GumayusiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora