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Minseok se encontraba en la cima del mundo, un lugar que nunca había imaginado alcanzar. Aquella noche pasada, envuelto en el vapor de la ducha y enredado en la piel cálida de Minhyung, había sentido que por fin era primero en algo, o más bien en alguien. Sus pensamientos giraban en torno a la intensa y secreta conexión que ahora compartían. Era una relación que debía mantenerse oculta, envuelta en el sigilo y la complicidad, pero eso solo añadía un toque de adrenalina al peligroso juego en el que ambos estaban inmersos. Desde esa noche, nada había vuelto a ser igual.

No obstante, no tenían tiempo para ahondar en lo que había sucedido. Londres no era un escenario para el romance, sino para la competencia. Estaban allí por el MSI, donde se enfrentaban los mejores equipos de League of Legends de todo el mundo. El torneo que, si ganaban, les daría la gloria que tanto habían buscado, al menos como equipo.

El primer partido llegó como un rayo, sin darles espacio para respirar. A pesar de que el equipo había mostrado un desempeño sobresaliente en la liga coreana, lo que les llevó a coronarse campeones, esa primera serie en Londres se sintió extrañamente inestable. El midlaner suplente, que había sido un recurso de emergencia, mostraba signos de nerviosismo, y el equipo entero parecía tambalearse, tratando de encontrar su ritmo. Pero con la determinación de Minseok, quien, desde su rol de soporte, orquestaba cada jugada con precisión, lograron imponerse. La victoria fue suya, aunque no sin un gran esfuerzo, y la audiencia global se fijó aún más en ellos. 

Cuando todo terminó, y las entrevistas con los medios internacionales empezaron, Minseok se permitió un respiro. Sabía que el verdadero reto estaba aún por venir, tanto en la competencia como en su vida personal, pero por ahora, el sabor de la victoria, si bien agridulce, era suficiente.

Horas más tarde, después de responder a un sinfín de preguntas sobre el juego, sus estrategias, y cómo veía el futuro del equipo, Minseok se dio cuenta de que el día había dado paso a la noche. Las luces de Londres comenzaban a brillar en la distancia cuando se despidió del último entrevistador. Mientras se estiraba para aliviar la tensión en sus hombros, notó una figura conocida apoyada contra una pared cercana, observándolo. 

Minhyung estaba allí, mirándolo con una mezcla de inseguridad y algo más... algo que Minseok sabía que solo él podía ver. Era un gesto pequeño, pero para Minseok, significaba todo. La sola presencia de su coach allí, esperándolo, le hacía sentir que no estaba tan solo en su obsesión.

—Buen trabajo hoy...

—Gracias, coach —Minseok se acercó a Minhyung, con una sonrisa que no podía ni quería ocultar. —¿Qué haces aquí? —preguntó, tratando de sonar casual, aunque su corazón latía con fuerza.

—Pensé que tal vez te gustaría dar una vuelta y...

—¿¡De verdad quieres dar una vuelta por Londres conmigo!?

Minhyung asintió, rascándose la nuca con una mano, un gesto que Minseok había aprendido a reconocer como nerviosismo. —Sí, pensé que podríamos... no sé, explorar un poco. No todos los días estamos en Londres, ¿no?

La invitación, pese a que formulada con vacilación, significaba mucho más para Minseok. No solo era una oportunidad para pasar más tiempo con Minhyung fuera del entorno competitivo, sino que también era una señal de que Minhyung quería seguir profundizando lo que sea que habían comenzado en esa noche en la ducha.

—¡Me encantaría! —exclamó el menor, quizás un poco más entusiasta de lo que pretendía. Minhyung sonrió con una mezcla de alivio y diversión, y eso solo hizo que Minseok se sintiera más ligero, como si flotara.

Ambos se abrigaron un poco más para protegerse del frío londinense y comenzaron a caminar. Las calles adoquinadas bajo sus pies eran un mundo lejos del tumulto de la arena y las pantallas gigantes. Aquí, eran solo dos personas disfrutando de la ciudad, sin la presión de los partidos, las cámaras, o las expectativas del mundo. O al menos eso creían.

Homewrecker ;; Keria x GumayusiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora