Advertencia: Infidelidad, diferencia de edad amantes, celos, comportamiento posesivo, año victoriano, sexo.
Título: Elige
Resumen: Sherlock parece odiarte, obviamente no te quedas callada hasta descubrir la razón y elegir un camino
Corregida
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–– Mycroft deberías empezar a educar a tu esposa –– Dijo Sherlock mirándote muy mal y apretando el agarre de su bastón
Empezaste una acalorada discusión con tu cuñado que por supuesto ganaste y todo empezó solo porque te sentiste en su "sillón". Así que ruedas los ojos por tercera vez mientras le tomas importancia más a tu lectura que a él
–– Tu deberías de casarte, a lo mejor así se te quite esa amargura y de paso te vas de la casa –– Le dices muy despreocupadamente sin voltear a verlo
No entiendes porque de un día para otro empezaron los problemas, cuando empezabas a conocer a los hermanos Holmes, Sherlock era el hombre más dulce y caballeroso que habías conocido, el verdadero significado de "hombre ideal", sin embargo cuando anunciaron tu compromiso con Mycroft, su forma de tratarte se volvió tosca, grosera y hasta resentida.
–– ¡T/n!, ten respeto por tu cuñado y mejor ve a cocinar algo –– Reprendio tu esposo pareciendo en la sala con un puro en la mano
–– ¿Por qué no mejor cocino tu poll...
–– ¡Por dios!, comportate como una dama y obedece a tu marido –– Te interrumpió de mala gana
Con fuerza cierras tu libro dejándolo bruscamente en la mesita de estar.
–– Al único que obedecí es a mi padre y que yo recuerde tu no lo eres. –– le dices muy segura retandolo con la mirada
Mycroft empezó acercarse con intenciones para nada agradables, obviamente no iba a pasar esa indolencia de tu parte. Cuando estaba casi a dos pasos hacia a ti Sherlock lo detuvo poniendo una mano en su pecho.
–– Creo que ya es suficiente
Ahora miras a Sherlock, estás confundida ya que pensaste que solo sería un espectador, Mycroft le quitó la mano de su hermano de muy mala gana mirándolo mal.
–– T/n vete de aquí –– ordeno sin dejar de ver a Sherlock
No querias hacer caso pero esto es totalmente serio así que sin decir nada, te levantas con dirección a las escaleras y los dejas solos.
–– ¿Por qué siempre te metes? –– Cuestionó muy molesto dejando el puro en el cenicero
–– Siempre hay un límite hermano, no deberías de tratarla mal –– dijo muy tranquilo
