Advertencia: mención de secuestro, violencia, sangre, heridas.
titulo: Un angel en la tierra
resúmen: Encuentras a un pobre hombre moribundo y decides ayudarlo.
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Vives en un pequeño pueblo, llegando una vida tranquila cuando por fin la guerra se acabó, eso hizo que te convirtieras en enfermera ayudando a todos los soldados y ahora que todo volvió a la normalidad puedes trabajar durante el dia en un hospital, además aun estás soltera, y muchos no entienden por qué. Eres amable, hermosa y muchos te buscan pero nadie parece ser capaz de conquistar tu corazón, mientras que así siga decides quedarte sola.
Un noche cuando casi te ibas a acostar escuchaste golpes en tu puerta, antes de abrir, tomas la pistola que esta aguardado junto con la puerta. Cuando lo hiciste, te encuentras con un rostro desconocido. Era un hombre grande con una gran barba y un bigote impresionante, cabello castaño rizado y los ojos más azules que jamás habías visto. Cayó en tus brazos luchando con su peso y de alguna manera lograste meterlo dentro antes de caer al suelo con él.
" ¡Maldición!" murmuras quitandolo de encima
Te levantas del suelo y cierras la puerta para después darte cuenta que está lleno de sangre y tu también, tomas tu maletín médico, una vez que lo tienes, empiezas a cortarle la ropa, varias apuñaladas en su dorso y algunas en el muslo, te sorprende que aún puede mantenerse con vida, la mayoría de las heridas las vendas para después concéntrate en la más profunda que es en el abdomen. Empiezas a suturar preparándote para que el gran hombre despierte pero no lo hizo, eso te dejo tranquila y pudiste avanzar en las situaciones.
Cuando terminaste, tenías el pesado trabajo de levantarlo del suelo y ponerlo en la cama sin lastimar ningún punto delicado. Tomas aire antes de ponerte detrás de él y pasar tus manos por debajo de sus hombros. Tomo varios intentos hasta llevarlo al cuarto de invitados.
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A la mañana siguiente cuando despertaste, avisas al hospital de que no te presentarás, inventaste una mentira porque cuidarlas de aquel hombre misterioso.Todos los días ibas a verlo, asegurándote de que sus signos vitales estuvieran estables, revisar, limpiabas y curabas sus heridas, y le dabas un baño de esponja para mantenerlo limpio. Estabas acostumbrada a la anatomía masculina siendo enfermera, pero no pudiste evitar notar que era mucho más grande que el hombre promedio en todos los aspectos. Solo pensarlo te hacía sonrojar un poco.
A los pocos días volviste a verlo y el estaba murmurando un poco, y cuando lo palpaste te diste cuenta de que le había subido un poco de fiebre a pesar de tus mejores esfuerzos. Supusiste que tal vez se había infectado con algún tipo de herida interna. Comenzaste a limpiarlo con trapos fríos para ayudar y tenías la intención de llamar al hospital para solicitar un poco de penicilina y por fortuna ya tenías una idea a quien encargarle ese favor, alguien que no dudaría en ayudarte y no preguntaría. El extraño hombre empezaba abriendo lentamente los ojos sintiendo pesadez en sus párpados, susurras dulces palabras logrando calmarlo, le pusiste un paño seco para quitarle todo el sudor antes de ponerle sábanas limpias en la cama, lo que a su vez te hizo sudar. Todavía era bastante difícil moverlo, pero querías que estuviera cómodo. La semana siguiente siguió así y seguiste dándole antibióticos y cuidandolo.
