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Sonríes a la nada con felicidad plasmada en tu rostro, es obvio que siempre estás de buen humor gozando de la vida, una chica buena y dulce como tú siempre será recompensada con cosas bonitas, también estás feliz porque estás con vida y puedes apreciar el bello paisaje del bosque y sentir el césped debajo de las platas de tus pies, el sol calentar tu piel y oler las flores del bosque, apreciar el azul del cielo y sobre todo ver las personas que amas disfrutar de sus vidas y de tu compañía. Casi ignorante a tu alrededor, sigues caminando cantando una suave melodía dentro de tu cabeza, imaginando llegar a casa y disfrutar una buena taza de chocolate caliente, el frío empieza a aparecer al acercarse la temporada del invierno así que es obvio que nunca podrás acostumbrarte a la nieve y necesitas estar constantemente caliente, desafortunadamente por alguna razón tu casa no es tan caliente, no importa si prendes la chimenea,nunca se siente caliente y tienes que dormir con varias sábanas para mantenerte caliente, así que es mejor apresurarse y llegar sana y salva a tu dulce hogar. Con bastante cuidado, cruzas el pequeño puente de madera que conecta con el otro lado, eso quiere decir que estás muy cerca de tu casa. Te detienes y miras a tu alrededor cuando escuchas un movimiento sospecho entre los arbustos, frunces el ceño cuando se hizo más constante y casi caes hacia atrás cuando una pequeña ardilla corrió cruzando el camino y subió rápidamente al árbol. Sonríes llevando una mano a tu pecho, pensaste que era un animal salvaje a punto de comerte, justo cuando estabas a punto de retomar tu camino, un suave y lastimero lloriqueo se escuchó en el mismo lugar donde huyó la ardilla, con curiosidad te acercas con mucha cautela y te asomas. Un gran lobo blanco prácticamente llorando, sus orejitas estan hacia atrás y su cola entra las patas, haces un puchero sintiendo pena por el animal, tu corazón se conmovió cuando el lobo te miró fijamente, temiste levemente ya que la mayoría son salvajes pero este, sus ojos te miran con tristezas y desamparo, así que no puedes evitar acercarte lo suficiente, arrullas levemente tratando de calmarlo poniendo una mano sobre su cabeza pero sin llegar a tocarlo , no quieres hacer un movimiento brusco y quedar sin brazo o peor aún, muerta.
Sonríes teniendo la confianza para acariciar su cabeza, el lobo alzó su osico recibiendo muy bien las caricias, chillo con sentimiento como si algo le doliera mientras movía su colita, te lamentas del pobre animalito, seguramente está perdido, solo y con mucha hambre. Suspiras al darte cuenta que si lo dejas solo podría morir o puede que el cazador lo mate pensando que es una amenaza.
"Muy bien chico, vendrás conmigo a mi hogar donde te daré mucha comida y un lugar caliente" Dices haciendo círculos en su cabecita.
