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Los wonton de Shizun.


Una sola linterna deambuló por el Pico Sisheng, buscando ese fragmento de devuelta.

Una vez que se encendió la Linterna Llama Almas, Mo Ran se volvió invisible para los vivos. Era como si también se hubiera convertido en medio fantasma, mientras subía los escalones de piedra azul y atravesaba los umbrales y balcones, buscando.

Pabellón del Loto Rojo, Salón Shuangtian, Plataforma Sansheng... Buscó por todas partes, pero no pudo encontrarlo.

Mo Ran se puso a pensar que tal vez Shizun ya se había cansado de la vida, y ya no deseaba verlo en la muerte.

Ese pensamiento hizo que se le enfriara la sangre. Sus pasos se aceleraron, el dobladillo de su túnica pasó por la hierba salvaje bajo sus pies cuando repentinamente notó a una persona parada al final del Puente Naihe, fría y distante, lamentable y desolada. Las palmas de sus manos inmediatamente empezaron a sudar, y sus latidos eran fuertes como un tambor en sus oídos mientras corría hacia esa persona.

-Shizun...

Pero el rostro que se dio vuelta pertenecía a un alma que no reconocía, probablemente un discípulo que había fallecido durante la Grieta Celestial ese día. La mitad de su cara que era visible estaba cubierta de sangre, y los ojos que miraban fijamente a Mo Ran estaban sin brillo y confusos.

-... Lo siento, persona equivocada-, Mo Ran tartamudeó y pasó de largo.

Esa alma había perdido el conocimiento, sólo veía rígidamente a Mo Ran pasar delante de él sin hacer un solo movimiento.

El cuerpo pálido del cadáver quedó congelado en su lugar, como una cáscara que se había soltado y dejado atrás en este mundo.

Mo Ran sintió como su pecho se apretaba aún más.

¿Qué debería hacer si el Alma Humana de Shizun también era así, un cadáver andante?

Incluso si lo encontrara, ¿sería capaz de vigilarlo hasta el amanecer?

Su corazón latía como una frenética estampida mientras sus pies se movían cada vez más rápido.

No sabía cómo había terminado aquí, pero levantó la vista para encontrarse fuera del Salón Mengpo.

Mo Ran pensó para sí mismo que a Shizun no le importaba especialmente la comida, por lo que su alma retornada probablemente no vendría a este de todos los lugares.

Estaba a punto de darse la vuelta y marcharse cuando un suave suspiro salió del interior del Salón Mengpo.

Esa voz era tan, tan tranquila, pero sonaba como una explosión de trueno en la cabeza de Mo Ran.

Prácticamente tropezó a través de las puertas, y su mano tembló incontrolablemente mientras levantaba la Linterna Llama Almas.

La luz de esa linterna era como un sol recién salido, cálida pero suave, ya que iluminaba una figura de túnica blanca.

Sus articulaciones se volvieron blancas al clavar sus uñas en su palma.

Mo Ran murmuró. -Shizun...

Ese fragmento del alma de Chu Wanning estaba solo en el vacío de la gran cocina.

Su silueta parecía un poco borrosa, como tinta blanqueada por el paso del tiempo, pero definitivamente era él.

Llevaba las mismas túnicas blancas hechas de seda de niebla congelada que tenía cuando murió, sus dobladillos manchados de rojo por la sangre; la poca vivacidad hacía que su piel se viera aún más pálida, casi transparente como el color del humo y de la niebla, pareciendo como si fuese a desaparecer en una ráfaga de viento.

El Perro Venerable y El Inmortal Gato Shizun.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora