~2~

3 0 0
                                    

El resto de la tarde hubo movimiento en toda la casa, paseaba por todos lados mientras veía como los empleados iban y venían decorando y arreglando los últimos detalles para la fiesta de esta noche. Sigo creyendo que es absurdo tener una fiesta solo por mi llegada, pero a estas alturas aprendí que mis hermanos hacen lo que quieren, sobre todo cuando se trata de mí. Por uno de los rincones encontré a Tyler, caminando de un lado a otro escribiendo en su tableta.
- oye, ¿Y cuantas personas vendrán?
- no lo sé, papá ha enviado las invitaciones a todos sus socios y amigos más cercanos
- ¡Genial! Entonces media ciudad vendrá hoy
- tú solo relájate y disfruta, hermanita
Bufé rodando los ojos. Me di la vuelta y lo dejé allí solo con su tableta mientras me dirigía en busca de alguien que si me prestara atención. Vi entonces a ese jardinero nuevo, Caleb, colocando unas flores en los floreros del gran salón.
- ¿Puedo hacerte compañía?
- señorita... digo... umm Jennifer
Casi le da un susto al pobre, me di cuenta por el salto que dió al voltear para verme cuando me escuchó.
- ¿Le ocurre algo?
- digamos que a todos les importa esta estúpida fiesta más que a mí
- pero... es tu fiesta, ¿No?
Pasé mi mano por las flores frente a los dos.
- yo no quería una fiesta para variar
- bueno... nunca está mal disfrutar un poco, además, estos últimos meses han hablado solo de tu llegada, los he oído a todos
- ¿En verdad?
- claro, confíe en la palabra de un jardinero
Alzó la mano derecha, riendo por lo bajo. Yo sonreí.
- bueno... quizás deba ir a prepararme
- yo seguiré con los arreglos florales
- a propósito...
Me acerqué oliendo una de las flores con mucha atención.
- gracias... las rosas rojas son mis favoritas, pero de seguro ya te lo habían dicho
Dicho aquello di la vuelta y me fui a mi cuarto. Amelia estaba esperándome con la bañera llena de agua y espuma, tal y como solía bañarme de niña. Me metí allí un buen rato, relajándome sin siquiera pensar en aquella fiesta a la cual debía asistir por obligación en unos momentos. Llegado el momento salí de la bañera, de mala gana porque sabía el motivo. En mi cuarto encontré a tres señoras uniformadas de mucamas. Amelia dijo que una iba a maquillarme, la segunda arreglaría mi cabello y la tercera estaba para arreglar mis uñas.
- esto es demasiado
- solo será por hoy, dales el gusto a tu padre y tus hermanos, anda
- ¡Uff!
Rezongando me senté frente al tocador. Observé por el espejo como trabaja la señora en mi cabello, mi largo y negro cabello que jamás había cortado ni teñido por tener el mismo que tenía mi madre... jamás me atreví a cambiarlo, he estado a punto de hacerlo cientos de veces, pero luego escucho frases como "te pareces tanto a ella" "hasta su cabello y sus ojos tienes" y entonces no quiero cambiarlo, sería como olvidarla... sería como... dejarla para siempre en el pasado.
- lucirás bellísima esta noche, mi niña
Sonreí sin decir nada. Una sonrisa forzada, pero que a lo largo de estos años aprendí a simular tan bien que nadie ha descifrado jamás cual de mis sonrisas es real o falsa. En cuanto acabaron de peinarme siguió el maquillaje, así que otra vez me quedé sumamente quieta en mi asiento. Y cuando finalmente acabaron, pedí que me dejaran a solas para vestirme. Amelia fue la última en retirarse, cerrando la puerta detrás de ella. Suspiré viéndome en el espejo.
- ese labial no es el mío, definitivamente
¿Color rosa para mis labios? Tengo piel casi pálida, no va ese tono conmigo. Busqué entre mi maquillaje, hasta encontrar mi labial favorito. El color carmesí con un toque de brillo definitivamente es mi tono.
- este sí es el correcto
Sonreí ahora sí frente al espejo. Fui donde se encontraba el vestido que Amelia había escogido... rojo, sin brillos, sujeto por dos breteles, ajustado al cuerpo y largo hasta un poco más arriba de las rodillas, y el fino cinturón negro que había escogido le da un toque perfecto. Me coloqué luego los tacones negros y suspiré antes de abrir la puerta del cuarto y salir. Caminando por el corredor me encontré con Tyler, quien se quedó boquiabierto al verme.
- ¡Vaya! ¿Qué has hecho con mi hermanita?
- ya, no seas payaso, ¿Quieres?
- vamos, señorita Collins, la llevo a su fiesta
Extendió su mano gentilmente para tomar la mía, como si fuera una típica princesa de cuentos. Acercándonos al gran salón podía ver la cantidad de gente que había asistido ¡Maldición! Sabía que serían muchos invitados... okey, Jenna, sonríe y pon lo mejor de ti al menos por esta noche y ya. Tyler notó mi nerviosismo y enseguida habló.
- ¿Lista?
- en realidad, no, pero adelante
Pasando entre medio de todos caminamos en dirección a mi padre y el resto de mis hermanos, quienes quedaron igual de sorprendidos que Tyler hace un momento al ver mi atuendo. Los primeros en exclamar como bobos fueron los mellizos.
- ¡Vaya!
Gabriel golpeó sus cabezas suavemente para que reaccionen y luego se acercó.
- si que estás bellísima, hermanita
Mi padre me sonrió desde el lugar donde estaba, a unos pasos de mí.
- estás muy hermosa, mi niña
Solo sonreí. Procuré siempre sonreír para ocultar que no tenía la más mínima gana de estar en esta ridícula fiesta. Mi padre me llevaba de un lado hacia otro, saludando y presentando a gente que no había visto jamás. Tyler me llevaba con unos amigos suyos para también presentarme, y al menos asegurarse de que tuviera conversación con alguien. Lo que más disfruté (si, disfruté algo de la fiesta) fue cuando me logré escapar de ellos y me acerqué a los mellizos, ellos si sabían divertirse... nos llevamos solo dos años de diferencia, así que compartimos muchos gustos en común, aunque Gabriel también tiene lo suyo, es solo un año mayor que yo y tengo incluso mucho más en común con él.

The Queen (Mini Serie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora