- te hemos traído algo delicioso
Entré con Amelia, quién llevaba una bandeja en sus manos, mientras que yo sostenía la mano de la pequeña Tara. Le había querido llevar un dibujo que había hecho especialmente para él, y le ha gustado, apenas se lo dio él no pudo evitar sonreírle.
- no debieron molestarse, estoy bien, solo debo...
Se quiso levantar y fue entonces cuando lo obligué a recostarse de nuevo.
- tú te quedas ahí y descansas hasta recuperarte, los demás nos haremos cargo del trabajo mientras tanto
- no puedo, debo ir a varias reuniones esta semana, y cerrar tratos muy importantes
- pues, nosotros lo haremos, he dicho
Me crucé de brazos al mismo tiempo que lo miraba fija y seriamente. Amelia igual lo miró fijamente y amenazó con darle sopa fría toda la semana si no se cuidaba.
- ¡Uff! Ya, de acuerdo
Sonreí, victoriosa. Amelia se fue junto a Tara, estaba por seguirlas cuando mi padre me pidió que me quedara un momento.
- necesito que te hagas cargo
- tú tranquilo, nos haremos cargo los seis
- Jenna, quiero que tú ocupes mi lugar
¿Ocupar su lugar? ¿Por qué yo? Si Tyler está más calificado en ese asunto. No sabía que decir, estaba atónita.
- será mejor que lo haga...
- antes que digas algo, Jenna, tus hermanos están de acuerdo conmigo en que tú ocupes ese lugar
- pero, padre... no lo sé...
- has hecho tanto este último tiempo, te has sabido manejar tú sola en todo
- es que...
- hazlo hasta que me recupere y regrese
- sigo creyendo que Tyler es...
- nadie puede tomar el puesto más que tú, Jenna, ¿No te has dado cuenta? Tú has logrado mucho más en este corto tiempo que tus hermanos, o incluso que yo mismo
No dije nada, no lo sentía correcto y además... no creo estar lista para asumir semejante responsabilidad ¡Maldición, papá! ¿Por qué no pones a uno de mis hermanos a cargo?
- debo... llamar a James por el proyecto
Él asintió. Me dedicó una sonrisa justo cuando abrí la puerta y salí rápidamente. Suspiré. No puedo creer que le haya mentido, pero debía salir de aquella situación cuanto antes. Atravesé con rapidez el corredor hasta bajar las escaleras y sin hacer caso a los llamados de mis hermanos salí de prisa al jardín. Necesitaba estar sola, aunque supe que no lo estaría cuando vi a Caleb allí. Alzó la mirada apenas notó mi presencia, dirigiéndola hacia mí en silencio por unos segundos.
- no quería importunar
Me giré para retirarme y fue entonces cuando mencionó mi nombre, nombre que evadía por completo durante estos meses. La persona que había estado evadiendome ahora estaba caminando hacia mí, quedando frente a mí y viendo fijamente a mis ojos.
- lo lamento...
- ¿Qué lamentas... haberme ignorado por tres meses como si no existiera? ¿O quizás lamentas haberme besado aquella vez?
- no... Jenna, yo no... jamás podría...
Dudaba si decirlo o no, y puedo jurar que me estaba poniendo demasiado impaciente.
- ya debo irme
- Jen...
Sentí su mano sujetando la mía, sus dedos acariciaban tan delicadamente los míos. Se acercó lentamente. De pronto sentí su otra mano subir por mi brazo hasta llegar a mi hombro. Su respiración la sentía cada vez más cerca de mi oído. No quería voltear, sentía que aquel acercamiento se acabaría si lo hacía, aunque mis ganas de ver aquellos ojos tan de cerca estaban comiéndome por dentro. Mi respiración comenzó a agitarse lentamente cuando la mano que posaba sobre mi hombro ahora acariciaba mi cuello con timidez. Ya no podía evitarlo más. Me giré rápidamente, encontrando esos ojos tan bonitos, viéndome fijamente sin conseguir decir nada.
- Jen yo... jamás me arrepentiré de besarte
- Caleb... me has ignorado desde entonces
Llevó su mano a mi mejilla y la acarició con delicadeza. Cerré mis ojos unos segundos mientras colocaba mi mano sobre la suya. De pronto sentí su respiración aún más cerca, su nariz rozaba la mía apenas y lo escuchaba murmurar, aunque con angustia en su voz.
- no imaginas cuánto me gustas, Jenna
¡Uff! Mi corazón comenzaba a acelerarse. Estaban apareciendo muchas ganas de abrir los ojos y verlo así de cerca como estaba imaginando en mi cabeza. Fue entonces que dejé de sentir su mano sobre mi mejilla, de hecho, no sentía nada... como si él...
Abrí los ojos rápidamente. Caleb se había ido, me había dejado allí sola, sin entender nada.
- ¡Jen!
La voz de Tara me sorprendió. La vi correr hacia mí cuando me di la vuelta.
- Amelia hará pastel
- eso es genial, vamos a ayudarla, ¿Quieres?
Ella sonrió, emocionada. Tomó mi mano y comenzó a llevarme adentro a toda prisa.
*****
En cuanto terminamos de preparar la mezcla Amelia la colocó en el horno y ambas vimos como Tara estaba con el rostro y las manos cubiertas de chocolate y de harina.
- vaya
- hay más harina en tí que en el pastel
Ambas reímos. Tara lamía sus dedos, divertida, mientras que yo me acordaba y la alzaba en brazos.
- ven, vamos a lavarte
Ella sonreía inocentemente. La llevaba al baño, aunque en el camino encontramos a su hermano. Caleb nos miró, dirigió la mirada a su hermana y sonrió, pero cuando me miró a mí... bueno... solo obtuve silencio y seriedad. Suspiré y en cuanto lo perdimos de vista fui con Tara al baño para lavarle el rostro y las manos.
- mi hermano te ama
- eres muy pequeña para saber de esas cosas
- soy lista
- si, lo eres peque
Sonreí viendola, sonrisa que se esfumó en cuanto volvía a pensar en Caleb... ¡Cielos! ¿A qué diablos estás jugando, eh? ¡Maldición, Caleb! Primero me besas, luego me ignoras, luego de tres meses vuelves a hablarme y me declaras tus sentimientos... y vuelves a dejarme para de nuevo verme con frialdad en tus ojos, como si nada tuviera importancia. No sé que debo hacer contigo la verdad.
- ya estás, linda
- gracias
Me dió un beso en la mejilla, lo cual me dejó sin habla, aunque sonriendo por ello. Se fue corriendo. Yo me levanté y vi como bajaba las escaleras con cuidado.
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The Queen (Mini Serie)
Teen FictionSer la heredera más codiciada no siempre tiene su lado bueno... el tener todo el dinero del mundo no siempre quiere decir ir de compras todos los días y tener todo el lujo que quieres.