Me pasé toda la mañana en aquella oficina. Veía a través de aquella pared de cristal que daba hacia el corredor y a varias personas pasando una y otra vez de un lado hacia el otro. No sé porque, pero siento que algunos pasaban solo para verme con esa mirada juzgadora... deben intentar adivinar quién soy yo y como he llegado a tal puesto aquí, digo, no me han visto jamás los que trabajan aquí ¡Eso es! Nadie me ha visto jamás, es una buena oportunidad para demostrar quién soy realmente, sin decir mi apellido ¡Si! Eso haré ¡Vaya! Caleb tenía razón, si iba a haber alguna forma de usar esto hasta valerme por mí misma.
- permiso, enana
Y entonces alguien que podría delatarme entró a la oficina. Si, Tyler. Comencé a dar vueltas en la silla giratoria detrás de mi nuevo escritorio como si fuera una pequeña niña. Mi querido hermano se acercó reprimiendo una risa y colocó unas carpetas sobre el escritorio. Me detuve apenas las vi y lo miré seriamente.
- ¿Y eso?
- papá escogió unos candidatos para asistente, pero sugerí que seas tú quien escoja al indicado
- ¡Uff! ¿Debo tener un asistente?
- así lo quiere, además, cuando veas todo el trabajo suplicarás por uno
Soltó una muy pequeña risa. Estaba a punto de marcharse cuando lo detuve de pronto.
- ¿Crees que pueda posponer lo del asistente al menos?
- cuanto antes escojas, mejor
- es que, yo...
Suspiré. Procuré cerrar la puerta que había quedado abierta y me paré frente a él. Alcé mi mirada para poder verlo a los ojos y puedo jurar que su instinto de hermano mayor notó enseguida que algo ocurría.
- dime, ¿Qué ocurre?
Volví a suspirar, rendida, me conoce tan bien que no puedo ocultarle nada. Le conté lo que tenía planeado y enseguida abrió sus ojos como platos, sorprendido. Pensó en silencio un momento y luego volvió a mirarme.
- okey, hazlo
No pude evitar sonreír emocionada mientras daba pequeños saltos en el lugar.
- pero...
Me detuve, viéndolo de nuevo seriamente.
- no lo alargues demasiado, ¿Okey? Y, procura que papá no te vea cuando estés con alguien más porque no lo entendería jamás si le explicas esto, ni lo aceptaría tampoco
- si... y si me ve... querrá ser un padre cariñoso y protector como lo es
Él asintió. Colocó sus manos sobre mis hombros y se acercó besando tiernamente mi frente para volver a verme luego.
- quiero lo mejor para ti, lo sabes... umm hablaré con los demás para que estén al tanto, sé que ellos también te apoyarán en esto
Asentí. Le di un corto abrazo y de inmediato salió de la oficina. Me acerqué al escritorio, abriendo aquellas carpetas y viendo a la vez cada fotografía de los postulantes. Suspiré.
- debo escoger en algún momento, lo sé
Volví a cerrarlas y corrí con ellas detrás del escritorio, guardandolas dentro de un cajón.
- aunque no hoy
Tomé mi teléfono y me senté en aquel columpio colgante mientras veía el paisaje. Cuando más distraída estaba, me llegó un mensaje al grupo que tenía con mis hermanos.
Darío: oye, enana, ¿Cómo es eso que no podemos llamarte hermanita aquí?
Gabe: si, ¿Cómo vamos a fastidiarte?
Jenna: ¡Uff! Solo es por un tiempo, pesados
Erik: si, déjenla ya y pónganse a trabajar
Tyler: oigan, déjense de tonterías y vayan con papá, quiere una reunión urgente
Erik: como usted diga, jefecito
Gabe: ¡Uff! Iba a almorzar
Darío: ya, vamos enseguida
Jenna: si, vayan a trabajar y dejen de andar fastidiando
Darío: mírenla, apenas llega y ya se cree la jefa
Jenna: ya, ve que tu jefe los solicita urgente
Dejé el teléfono reprimiendo una risa. Oi unos pequeños golpes a la puerta, al ser de cristal pude ver a un hombre con uniforme de repartidor allí parado. Caminé hacia allí y apenas abrí la puerta se quedó inmóvil, sin decir ninguna palabra.
- ¿Si?
- umm envían esto para Jennifer Col...
- ¡Ah, si!
Lo detuve cuando iba a decir mi apellido al ver que había gente allí en el corredor. Tomé enseguida la bolsa de sus manos.
- umm muchas gracias, aguarda y busco algo de propina...
- no, descuide, está bien... que... lo disfrute
- gracias
Me dedicó una tímida sonrisa y se marchó. Cerré la puerta y caminé al sillón. Apoyé la bolsa sobre la pequeña mesa frente a él y al abrirla encontré una nota.
"Espero pueda aprovechar esto muy bien, recuerde que usted es dueña de sus decisiones, ¿Okey? Y... ojalá le guste el pedido, Amelia me ha dicho sus gustos y quise darle un obsequio para que comience bien su nuevo trabajo.
~ Caleb"
¡Vaya! No creí que fuera él quien me iba a enviar algo así. Y si que me hizo sonreír. Viendo que había dentro, me hizo sonreír aún más... una deliciosa tarta de fresas, una botella de jugo natural, esa tarta de verduras que Amelia siempre solía hacernos y... ¡No puede ser! Me sorprendió aún más al sacar un tupper transparente con fresas cubiertas de chocolate.
- ¡Vaya!
Sonreí sin notarlo.
*****
Regresando a casa subí a mi cuarto. Amelia no demoró en ir tras de mí y comenzar a preguntar cómo me había ido. Le conté el plan que había formulado y se puso a pesar por un momento.
- no estás de acuerdo, ¿Verdad?
- no es eso, querida... ¿No crees que se darán cuenta en algún momento?
- lo sé, pero... ¿Qué puedo hacer? Amelia, es la única manera de conseguir algo por quién soy yo realmente y no por mi familia
Me senté en el borde de la cama, frustrada. Suspiré viendo luego hacia el suelo. Amelia se acercó y se sentó junto a mí.
- si es lo que necesitas... entonces tienes mi apoyo
- ¿En verdad?
- claro, mi niña, quiero que seas feliz
- y... no le vayas a decir nada a mi padre, solo mis hermanos saben de esto
Alzó las manos al aire y fingió inocencia enseguida.
- ¿Decir que cosa?
No pude evitar reír.
- de acuerdo, iré a comenzar con la cena
- ve, bajo en un momento
Amelia se fue y me quedé allí, sentada mientras pensaba unos segundos en silencio. Me acerqué al armario y saqué una caja del interior. Me senté en el suelo y comencé a ver las fotografías que tenía allí de mi madre.
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The Queen (Mini Serie)
Teen FictionSer la heredera más codiciada no siempre tiene su lado bueno... el tener todo el dinero del mundo no siempre quiere decir ir de compras todos los días y tener todo el lujo que quieres.