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En la mañana desperté con el sol entrando por la ventana ¡Maldición! Había olvidado cerrar las cortinas anoche. Me levanté para cerrarlas y regresé a la cama al ver que todavía era temprano. Al no poder volver a dormirme opté por bajar y ver si el desayuno estaba preparado... tanto tiempo he estado fuera de esta casa que me he olvidado de los horarios que manejan aquí. Entrando a la cocina vi a Amelia, quien estaba yendo de un lado hacia otro, hasta que me notó allí parada.
- ¡Vaya! Sigues madrugando
- esta vez fue por el sol
Soltó una risita. Hizo que me sentara y se acercó al rato con una bandeja donde estaba el desayuno.
- ¿Chocolate caliente?
- con tus galletas preferidas de fresa
Sonreí como una niña pequeña.
- extrañaba esto
Ella sonrió. Puedo jurar que iba a decir algo, pero se escuchó el timbre y se fue enseguida. Tomé la taza del chocolate y di un largo sorbo, saboreando. Estaba devorando una de las galletas muy tranquilamente, cuando Francis apareció de pronto. Extendió su mano para intentar tomar una galleta y lo golpee suave, aunque con una mirada muy seria.
- ¡Oye!
- son para mí
- ya quisiera irme por años y que reciban así
- tú de envidioso, tonto
- loca
Ambos nos miramos y después de unos segundos comenzamos a reír.
- ¿Cómo has estado allí?
- quería pasar desapercibida, pero no es sencillo al ser Collins... ya sabes 
- lo sé... y... ¿Qué carrera has elegido?
- manejo de empresas y espectáculos... aunque en mis tiempos libres estudiaba modelaje y marketing
- ¡Vaya! Puedes modelar y representarte al mismo tiempo
- algo así
Reímos los dos. En aquel entonces entró Tyler, su expresión de seriedad nos hizo ponernos serios también... si que parece un chico malo cuando pone esa cara, no ha seguido mi consejo de sonreír más al parecer.
- ¡Buenos días, querido hermano! ¿Quieres una galleta?
Señalé el plato y vi como Francis me fulminaba con la mirada.
- ¿Y por qué a él si?
Me incliné sobre la mesa para susurrarle lo que quería decir.
- está de mal humor al parecer, ¿No lo ves?
- si te he oído
Tyler me hizo dar un pequeño salto que me hizo volver a acomodarme en la silla. Francis soltó una pequeña risa y le lancé una galleta, la cual atrapó casi en el aire y se metió rápido en la boca.
- oye, hermanita...
Comenzó a decir, terminó de tragar la galleta y luego continuó.
- ¿Qué harás hoy? Ven a la pista de skate, iré con Erik, Darío y Gabriel
- umm, ¿Dices ir a ver cómo intentan parecer geniales para ganar algunas miradas coquetas, pero sabemos que terminarán en el suelo? ¡Claro!
Me lanzó una mirada de pocos amigos y eso me hizo reír casi a carcajadas. Me levanté en cuanto terminé el desayuno y salí de la cocina, viendo pasar a Caleb y... y recordé que yo seguía con aquel pijama blanco con imágenes de pequeños osos por todos lados ¡Dios! ¡No me veas, vamos, no me veas! Me regresé corriendo a la cocina, obteniendo las miradas sorprendidas de mis hermanos. Francis se dio cuenta primero y se echó a reír enseguida.
- ¿Huyes de Caleb?
- ¡Shh, calla!
- no quieres que te vea así, ¿Verdad?
- no es atuendo para que nadie vea
Tyler enarcó las cejas y me miró con su taza de té en las manos.
- estamos viéndote nosotros
- ustedes me han visto en pañales, no cuentan
Volví a ver hacia la sala. Cuando no ví a nadie (enfasis en Caleb) solté un ligero suspiro y salí, o mejor dicho, corrí hacia las escaleras.
- ¿De que huyes?
Me paré en seco al borde del primer escalón. Me di vuelta muy lentamente, esperando equivocarme al pensar quién estaba allí, pero lo vi a Caleb ¡Maldición! Tanto esconderme y aún así...
- ¿Huir? Umm yo no huyo de nada, sólo... quería apresurarme a cambiarme para salir
- ya veo...
Se quedó en silencio, observando mi pijama mientras reprimía una media sonrisa.
- bueno... ya me voy
Sin decir nada volví a voltearme y subí prácticamente a saltos para llegar cuanto antes a mi cuarto. Cerré la puerta y apoyé mi espalda sobre ella ¡Uff! Justo hoy debía bajar con el pijama puesto ¡Estúpida! ¡Uff! Me cambié rápidamente con un jean y una blusa de seda roja. Sujeté mi cabello en una cola alta y regresé al armario para buscar las converse negras. Me miré en el espejo colocándome un poco de delineador y luego mi labial rojo en los labios. Escuché tres golpes suaves en la puerta, lo cual me hizo saber que se trataba de Erik. Me acerqué para abrirle.
- ¿Ya estás lista? Porque nos iremos en breve
- no se apresura jamás a una chica, tonto
- no eres una chica, eres mi hermana, boba
- eres tonto, y si, ya estoy lista
Me observó de pies a cabeza, como si buscara algo de mi atuendo para desaprobar con ese lado suyo de "hermano protector" que muy pocas veces le salía.
- he pensado en la ropa de acuerdo a tus reclamos, querido hermano, así que no tienes nada que decir
- ¡Uff! Qué aburrida
Le sonreí victoriosa. Tomé mi teléfono y colocándome los lentes oscuros lo seguí por el corredor hasta bajar las escaleras, donde Francis estaba esperando junto a Gabriel y Darío. Estábamos por cruzar la puerta de la entrada, cuando Tyler nos frenó y les habló a mis tres hermanos.
- no vayan a regresar tarde, recuerden que tienen trabajo
- si, jefe
Hicieron un ademán de firmeza mientras lo miraban y respondían al unísono. Solté una pequeña risa burlona.
- ya, te los regreso a tiempo, relájate un poco hermano... pareces gruñón a veces
Le sonreí. Me puse en puntas de pie y después de besar su mejilla me alejé corriendo hacia el auto de Erik. Pusimos música al instante y nos fuimos rumbo a la pista de skate entre risas y burlas sobre quien cantaba mejor las canciones.
*****
- ¡Vaya!
- ¿Qué ocurre?
- no recordaba que viniera tanta gente aquí
- bueno, no vienes desde que eras una niña
- lo sé...
Suspiré, aunque fue un suspiro de tristeza, el cual no dejé que notaran y levanté el mentón mientras me acomodaba los lentes oscuros.
- y no pienso volver a perderme nada de este lugar

The Queen (Mini Serie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora