17. Con una condición

114 13 56
                                    

"S.T"

Estaba sosteniendo a Izuku entre mis brazos, pues apenas me vio corrió a abrazarme. Debido a que estábamos al exterior, ese abrazo no duró mucho tiempo, pero para ambos significó mucho.

-¿Por qué no me dijiste que ibas a venir?- me decía sonriendo.

-Quería que fuera una sorpresa- sacudí un poco su cabello- ¿Estás ocupado?

-No lo estoy. Bueno estoy completando unos historiales médicos de algunos pacientes, pero si quieres podemos ir a mi oficina y hablar mientras hago eso.

-Me encantaría- con un leve roce acaricié su mano, haciéndolo sonrojar- Te sigo entonces.

Izuku me guió hacia donde estaba su oficina, que también era mitad consultorio. Se fue un momento para traer los papeles que había dejado en la sala de descanso, no sin antes decirme que podía ver lo que quisiera.

El lugar estaba dividido en dos partes al tener su oficina y su consultorio personal en un mismo lugar. El consultorio de Izuku tenía una sección con decoraciones infantiles, por lo que asumí que era ahí donde atendía a sus pacientes pequeños, mientras que el lado de los adultos era como cualquier otro consultorio, sin embargo, se podía sentir tranquilidad y paz. La parte de su oficina estaba decorada igual que su casa. Tenía unas cuantas plantas pequeñas, diplomas, fotografías de su vida y claramente, muchos libros de medicina, pero todo reflejaba como era Izuku. Todo era muy bonito, tranquilo, sereno, con un toque de diversión y alegría.

-¡Ya estoy aquí!- abrió la puerta con una mano, y en la otra tenia una pila de papeles.

-Déjame te ayudo con todo eso.

-No es necesario, Shoto- pero mientras decía eso algunos archivos estaban a punto de caer, hasta que yo los salvé, teniendo en respuesta una linda sonrisa en su lindo rostro- Gracias.

Dejamos los papeles sobre su escritorio. Me invitó a tomar asiento en la silla que estaba enfrente y él, por supuesto, tomó asiento en su propia silla.

-No me malinterpretes, Shoto. Me alegra muchísimo verte, pero ¿qué haces aquí?¿estás lastimado?

-No, Izu- reí un poco al verlo preocupado por mí- Quería verte.

Me levanté un poco de mi asiento y me estiré, lo suficiente para poder tocar su mejilla con mi mano, la acaricié un poco y luego me acerqué más.

-Quería verte y... hacer esto, después de mucho.

Tomé su mentón con delicadeza, acercando su rostro hacia el mío. Miré sus ojos en busca de permiso, y él accedió con una sonrisa y acercándose aún más, cortando la distancia entre nuestros labios.

-Me alegra que lo hayas hecho- dijo después de separarnos.

Estuvimos charlando un poco, adelantando nuestros días -a pesar de que igualmente hablamos todos los días-. Mientras hablábamos, Izuku al mismo tiempo archivaba historiales clínicos, y de vez en cuando me preguntaba si podía corroborar la información de los papeles con su computadora.

HitomeboreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora