26. Pequeño...

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"S.T"

Habían pasado dos meses y una semana desde que Izuku y yo habíamos formalizado nuestra relación. Podría parecer bastante tiempo, pero para ambos, habían pasado apenas unos días.

Durante esos meses, Izuku y yo habíamos estado más ocupados con nuestros trabajos que lo normal. Seguían algunos ataques de los villanos, pero aunque no eran de gravedad, por medio de trampas, varios de mis amigos habian estado en el hospital en revisiones. Manteniendo a Izuku y a sus compañeros ocupados, junto con unos cuantos civiles heridos por éstas situaciones o ajenos a esto.

Solíamos hacer nuestros turnos de patrullaje normalmente, pero también utilizábamos los equipos formados en nuestra primera reunión.

Hace una semana, nuestro equipo número dos fue atacado. Unas cuantas explosiones de Grelady habían lastimado a Denki y a Sato. Y DrownAir había hecho que Hanta y Tsuyu cayeran inconscientes al tomarlos por sorpresa.

Las heridas de las explosiones sólo les habían dejado algunos moretones y raspones, y el poder de ahogamiento no había sido tan fuerte, pues mis amigos habían despertado en una hora. Me alegraba que mis amigos estuvieran bien. Claro que sí. Pero, me irritaba pensar que estaban jugando con nosotros por algún motivo. Querían llamar nuestra atención. Estaban planeando algo...

En cuanto a nuestra relación de pareja, las cosas iban muy bien. No podíamos estar sin el otro. Yo había pasado de dormir en su hogar los fines de semana, a quedarme con él indeterminadamente. No iba a mi propia casa más que sólo para traer conmigo más ropa, ni tampoco me había vuelto a quedar en mi agencia. Siempre regresaba a la casa de Izu para abrazarlo cada noche.

También me hubiera gustado tener más citas junto a él durante ese tiempo, pero siempre estábamos ocupados. Además, el tiempo libre que solíamos tener lo utilizábamos para descansar. Aunque, la mayoría de días, no nos veíamos al dormir. Quiero decir, que cuando uno llegaba a casa veía al otro ya dormido, y lo mismo ocurría en la mañana. Al despertar, el otro ya se había ido a cumplir con sus ocupaciones. Pero eso no impedía que no habláramos por teléfono en pequeños momentos al día.

-Buen día, Sho-chan- sentía como Izu se estiraba y me abrazaba con más fuerza.

-Buenos días, pequeño- dije mientras acariciaba sus cabellos y dejaba pequeños besos.

Esa era otra cosa que había sucedido en este tiempo con nuestra relación. Habíamos empezado a llamarnos con apodos de ese estilo. Ni siquiera me imaginaba a mi mismo llamando así a alguien, pero Izuku había cambiado todo concepto que tenía de mí antes.

-¿Qué tal dormiste?

-Contigo a mi lado siempre es estupendo.

-Opino igual.

-¿Qué te parece si descansamos un poco más?- ocultó su rostro entre mi cuello y hombro.

-Me encantaría, pero no podemos. Tenemos que ir a desayunar.

-A desayunar...- repetía mientras se quedaba dormido nuevamente- ¿A desayunar?... Espera ¡¿Qué día es hoy?!- alzó su cabeza y me miró con sus lindos ojos muy abiertos.

-Domingo.

-¿Día?

- 30.

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