18. Sobre nosotros

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"S.T"

Me encontraba en camino a mi hogar luego de salir rápidamente del de Izuku. Después de que me pidiera quedarme con él los fines de semana, claramente no pude negarme.

Izuku y yo aún no habíamos formalizado muestra relación, pero definitivamente, ambos queríamos. Aunque para nuestros propios amigos ya era algo obvio, nosotros queríamos que fuera apropiadamente, y además, yo quería pedírselo de una forma muy especial, pues él era muy especial para mí, y él se merecía todo lo lindo que yo pudiera darle.

Eran las 8:00 de la noche, y ahí me encontraba yo, entrando rápidamente a mi casa, agarrando una maleta y empacando diferentes conjuntos. Sacaba de mi armario algunas "pijamas", que básicamente consistían en un pantalón y una camisa -a pesar de que algunas veces dormía sólo con el pantalón-, ambas prendas holgadas pero cómodas. También acomodaba dentro de la maleta conjuntos casuales que pudiera usar durante el día.

Al estar acomodando todo rápidamente, la ropa se iba a la maleta como podía, haciendo que al final fuera difícil que ésta se cerrara. Mientras forcejeaba la cremallera y hacia presión para que todo en su interior se acomodara mi teléfono sonó.

"Touya"- mi hermano últimamente solía llamarme más de lo normal. Atendí a la llamada sin dejar de hacer presión en la maldita maleta.

-¿Qué carajos estás haciendo?- me preguntó al verme en mi batalla por lograr que cerrara.

-¿Qué parece que estoy haciendo?- dije ya algo de mal humor- Sabes qué, me rindo, no necesito cerrarla.

-Damas y caballeros, el héroe número 1, Shoto, fue derrotado por una pequeña maleta- fingió un tono de los reporteros.

-Cállate- le contesté mientras nos reíamos.

-No, enserio ¿Qué haces?- insistió al ver como me dirigía a mi auto luego de salir de mi casa y ponía la maleta en las sillas traseras.

-Estaba empacando un poco de ropa- acomodé el teléfono en su soporte, para así poder conducir aún en la llamada.

-¿Con quién vas a quedarte?- subía y bajaba sus cejas- Déjame adivinar... con tu dulce médico.

-Tal vez.

-¡Oh, por supuesto que si!

-Cállate- le dije cuando me vi sonrojado por el espejo retrovisor.

-Así que ya lo hicieron.

-¡No! Por supuesto que no- estaba avergonzado, no podia creer que estaba hablando de eso con mi hermano- Eso sería demasiado rápido...

-Vas a ir a dormir a su casa ¿Qué no es lo mismo?

-Por supuesto que no.

-Vaya... Keigo y yo tenemos ese concepto diferente al tuyo.

-Que asco, Touya.

-Oye respeta a tu hermano mayor.

-Como sea- rodeé mis ojos- Solo vamos a dormir. Ya me he quedado una noche con él, y bueno... me invitó a que pasara los fines de semana en su hogar.

-Definitivamente tenemos conceptos diferentes- intentó susurrar pero claramente lo pude escuchar- Así que ¿él te lo pidió?

-Si...

Estuvo unos segundos en silencio. Al estar manejando, no podía ver su expresión, no hasta que llegué a un semáforo en rojo. Al verlo, me contagio su expresión. Touya estaba sonriendo.

-¿Qué pasa?

-Nada- sonrió aún más- Sólo estoy muy feliz por ti, hermanito.

-Basta. Me harás vomitar.

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