REINA ANYA.
Tomo una bocanada de aire por la falta de la misma.
—Tranquila. —Unas manos me instan a volver a la cama en la que estaba hace un momento.
—¿Qué..? —La pregunta muere en mis labios al ver a la madre de Pearl—. ¿Qué hago aquí?
La madre de Pearl mira hacia abajo en un gesto de incomodidad.
—La encontramos en el bosque, majestad. —La voz rasposa a mi otro extremo me sobresalta. Una señora de cabello blanco que jamás había visto, o tal vez sí—. Usted estaba desmayada en el pasto, me pareció mejor traerla aquí.
—¿Dónde se encuentra Pearl?
—Fue en busca del rey, su majestad.
Mi respiración sigue siendo un desorden al igual que mis pensamientos.
—Porque algo me dice que de todas formas vendría, por la princesa Amelia.
—Saben más sobre el bosque. —Afirmo—. ¿Cual es su nombre?
—Roya Castell.
—Señora Castell, ¿cómo sabe sobre Amelia?
—Porqué la conocí.
PRINCESA AMELIA.
16 de septiembre de 1806. 344
Aprieto tanto mis puños que mis nudillos se vuelven blancos, hasta que siento como mis uñas causan dolor.
Resoplo y resoplo, ¿por qué no puedo controlarme? No puedo demostrarles que estoy enojada, que me afectan sus pasivos insultos.
Mis orejas se sienten tan calientes. Quiero desquitarme, quiero que el consejo deje de poner dudas en mi cabeza y que acaten mis ordenes, se supone que seré su reina.
Me detengo hasta adentrarme al bosque e inhalando profundamente, dejo ir mi grito y toda mi rabia con ella; sin embargo, no es solo un grito, grito incontables veces hasta que por fin me siento drenada por completo.
Me dejo caer en el césped en jadeos. Una rama siendo aplastada endereza mi espalda, de inmediato giro hacia el ruido y me encuentro con una joven de cabello negro y piel pálida, pero no creo que sea su color usual.
Me levanto con gracia, e ignorando la posibilidad de que ella pudo verme hace unos segundos.
—Yo...
—¿Cual es tu nombre? —La interrumpo.
—Roya —dice tragando grueso. Ambas permanecemos en silencio y yo decido limpiar mi falda—. No quise interrumpirla, no volverá a pasar, majestad.
Alzo la mirada y extiendo en mis labios una sonrisa de comprensión.
—No tienes que disculparte. Usualmente en este lado del bosque nadie viene, pensé estar sola.
Ella se ve incómoda, no sabe qué hacer; puede ser la primera vez que ve a alguien de la realeza.
—Puedo retirarme si lo desea.
—Oh, no, no... puedes quedarte.
18 de noviembre de 1807.
—La última vez que nos vimos me comentaste que te sentías cansada, por eso traje este té para que tengas más energía. —Ella me tiende la botella de color amarillo.
—Oh, Roya, eres mi salvadora —digo tomando la botella.
Me encantan los brebajes que suele traer Roya, siempre vienen acompañados de hierbas o frutas.
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El bosque de Westfell.
FantasyEl príncipe del reino de Westfell está comprometido con la princesa de Avanya desde el día en que ella nació. Desde ese momento el príncipe juró odiar a la princesa, puesto que se rehusaba a ese compromiso forzoso. La princesa de Avanya al ver lo r...