Capítulo 19.

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PRINCESA ANYA.


Es ella de nuevo. Desde mi balcón presencie como una persona encapuchada acaba de adentrarse al bosque.

—Es mejor que la sigas.

Mi espalda se endereza con el escalofrío que acaba de recorrer mi columna. La sugerencia es tentadora, pero es de noche, y ahora con los sacrificios incrementando cada día, los reyes  aumentaron la seguridad del castillo.

—No tengas miedo, ella solo es una guía...

Mi ceño se frunce, y al girar observo la triste luz que desprende una mujer de un desastroso vestido blanco, su cabellera de rizos dorados esconde su misterioso rostro.

Quisiera estar segura si ella es real, porque de ser así no sé qué podría hacer ella conmigo.

No puedo ver sus manos, puesto que están envueltas por sus mangas; pero si veo como la sangre se escurre por la tela y cae en el piso.

Su cabeza de perfil se mueve dejándome ver una abertura de su rostro, sus ojos azules están inyectados de sangre. Y aunque quiera pretender estar en calma, mi respiración delata los latidos de mi corazón, que ruegan que esta noche no sea el día en que tenga que morir.

La mujer alza su brazo y señala la puerta que da hacia el pasadizo secreto. Y en segundos comienza a caminar y traspasar la pared de mi habitación.

—Hazlo...

Y mis pies se mueven solos, tomando el camino por el pasadizo, la mujer de vestido blanco camina sin mirarme, solo guiándome con un tarareo dulce y perverso, hasta dar con la biblioteca del castillo. Ella me espera en el segundo piso de la biblioteca, mis pies siguen otras ordenes y sube las escaleras, quisiera parar y gritar, pero mi boca está sellada.

Camina hacia el final del piso, al cruzar me encuentro con un estante de libros, y en este momento hay un pequeño espacio de donde sale la luz.

—Entra y estarás bien.

Acato la orden. Abro un poco más y me adentro al pequeño lugar lleno de libros, papeles esparcidos y con el príncipe Zachary. Al ver su espalda siento como mis manos son liberadas de cadenas, y como vuelvo a tener control de mi cuerpo.

—Zachary... —un hilo de voz es lo que se escucha de mi. Zachary gira preocupado.

Exhalo un suspiro pesado.

—Estás pálida. —Se acerca midiendo mi temperatura con su mano. —¿Cómo llegaste? ¿Fue la mujer?

—El fantasma querrás decir. —Cierro mi ojos tomando suaves respiraciones. —¿Qué es este lugar? —Digo segundos después de encontrarme con los ojos azules de Zachary.

—Una biblioteca secreta, o archivero.

Mi alrededor está lleno de libros con el hedor a polvo y a humedad.

—¿Tenías idea de esto?

—En lo absoluto. —Zachary deja caer su cuerpo en un sillón, toma una tendida en el escritorio a su lado. —Lee esto.

Desdoblo la hoja amarillenta, la letra corrida la reconozco de inmediato, aunque eso no es lo más alarmante, sino, la firma del rey Edmond De Loughrey.

Mis ojos bailan entre la hoja y Zachary.

—El rey...

—Mi abuelo mató a su hermana, no hay nada más que agregar.

Ahora noto como su cabello está en diferentes direcciones, su chaleco desapareció y solo cuenta con su camisa blanca. Su postura es tensa.

—¿Zachary? —Él me mira con atención—. ¿Tus padres saben de este atentado?

El bosque de Westfell.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora