Capítulo 1.

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Príncipe Zachary.

16 de septiembre de 1865.

—Zachary, tienes que ser educado con sus majestades el rey y la reina. Ha nacido su segundo hijo. —Mi madre peina mi cabello.

—Querida, no se sabe su sexo aun —agrega mi padre con severidad.

Llevamos horas en el carruaje, sin contar la eternidad que se sintió estar en el barco de camino a este «reino». Nunca había visto tanta atrocidad en un lugar. Según padre, este lugar ha estado en—como le dice él—: en una guerra interminable, durante mucho tiempo.

Detesto los viajes largos, detesto estar sentado tanto tiempo, odio este lugar.

—Recuerda Zachary, presentarse con autoridad... —dice mi madre mientras cierra las cortinas del carruaje.

—¿Por qué lo haces? —Pregunto ganándome una mirada fulminante de mi madre—. Madre.

Ella suspira y baja la mirada un por un momento.

Mi padre al ver a mi madre cabizbaja, toma de su mano acariciándola en el proceso.

—Me ponen nerviosa, querido hijo. —Sube la mirada y veo el atisbo de una sonrisa.

Cierro los ojos imaginándome en el jardín del palacio corriendo con una cometa, mis clases de esgrima junto a mi padre y mi instructor, y... el bosque.

«¿Qué hay ahí?»

«¿Por qué no se me permite ir?»

—¿Qué hacemos aquí? —Pregunto después de un largo silencio—. ¿No pudieron el rey y la reina ir a nuestro palacio después de que naciera su bebé?

—No. —La alarmada voz de madre hace un estruendo en el carruaje.

La pequeña y efímera sonrisa aparece en el rostro de mi padre contagiando su acción en mí.

—¿Te acuerdas del príncipe Eliot Monganstern?

Asiento.

—Este es su reino hijo.

«¿Su reino?»

Él estará aquí, y jugaremos. Pero, ¿por qué vive en un reino tan feo?

—Entonces, eso significa que él estará ahí ¿no?

—Por supuesto.

—¡Si!

Después de hora y horas rodando, llegamos a un gran palacio con una gran muralla, ¿lo protegerá de la guerra?

Al bajar de nuestro carruaje veo un gran jardín, aunque no es como el de mi palacio.

Mi madre extiende su mano para que la tome y me guía hacia dentro del castillo. El lugar está lleno de personas, se escuchan muchos murmullos, sollozos y veo demasiadas sonrisas en cada uno de ellos.

Un señor con una voz super graciosa nos anuncia en el gran salón. Y lo veo, a mi amigo el príncipe Eliot, sus dos padres están sentados en los dos tronos y junto a ellos hay una cuna, no logro ver si el bebé es niña o niño.

Espero que sea un niño, así Eliot, y yo podremos ser como esos tres mosqueteros de los que escuché hablar a uno de los guardias de mi palacio alguna vez.

Eliot me sonríe al verme.

—Os felicito —mi padre es el primero en hablar.

—Oh, muchas gracias. —La madre de Eliot nos sonríe.

—Trajimos algunos presentes para ustedes. —Mi madre se hace a un lado para mostrar un gran cofre.

—Pues estamos muy agradecidos —dice el padre de Eliot, y dirige su mirada hacia mi—. Hola, príncipe Zachary. —Veo cómo me sonríe—. Me complace anunciarles que mi esposa dio a luz a una niña.

El bosque de Westfell.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora