Capítulo XIV

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Capítulo XIV

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Capítulo XIV

Debes escucharme

—No podemos llevar dos cajas, es demasiado

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—No podemos llevar dos cajas, es demasiado.

Meerus hizo pucheros, golpeando sus manos contra el carrito en protesta. Ignorando la expresión seria y esa gotita sobre la frente de su padre.

—¡Pero estamos llevando cosas más inútiles! No, es más, Cus ha comprado ésta cosa otra vez.

Levantó un paquete color rosado del espacio detrás suyo, agitando las piernas en el aire y con ambas mejillas ardiendo de color lila oscuro, su hermana mayor sólo le dió un manotazo para quitárselo. Avergonzada antes de esconderlo bajo otras bolsas.

—Son cosas femeninas que necesita para ciertos días, hijo. Cosas personales que no entenderías todavía, del tipo que no puedo explicarte aún.—explicó, dándole un golpecito en la nariz, con un dedo—. En cambio, creo que tenemos prioridades más fuertes que ese cereal.

—Pero es mi favorito.

—Dijiste eso del otro también. ¿Quién entiende?

—¡Es que me gustan ambos!

—Una caja. Es todo lo que permitiré: así que decide ahora mismo, o juro que no llevaremos ni una sola hasta que dejes tus berrinches.

Korn metió un paquete de galletas, conforme decía la lista y Meerus decidió sacarlo como protesta silenciosa: sus hermanos mayores sólo obedecían, algo que jamás entendería. Él miraba juguetes bonitos dentro de aquel supermercado e inmediatamente quería llevárselos, pero su papá nunca lo permitía por cuestiones económicas.

Inmediatamente, Korn gruñó bajo, y en respuesta, Meerus sacó la lengua. Haciéndose gestos hasta que Daishinkan rió, colocando una mano sobre el rostro de cada uno para separarlos.

—Korn está cumpliendo con la despensa. Déjalo en paz, y mejor ve por los dulces que entregamos cada Halloween.—esa frase hizo que los ojos del niño brillaran—. Sólo una bolsa, ¿entendido? Que tenga dulces mixtos.

Teach Me How To LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora