Capítulo XXX
Sueños más salvajes
Ser madre no es algo del otro mundo, pero tendrá algunas cuantas de sus propias reglas.
La mayor parte de su etapa adulta, Miko se había imaginado alguna vez con ese cuento de hadas y colores brillantes; una casa, una vida tranquila en compañía de la persona correcta, con niños a los que pudiera brindarle todo su amor. Esa idea que el mundo y por supuesto Disney nos han vendido desde que éramos pequeños. El príncipe azul con un castillo encantador entre nubes, la historia de ensueño que termina tras derrotar al dragón.
Luego llegaron las etapas oscuras de su vida y el sueño se vió quebrado, ella misma arrodillada en el piso mirando triste cada uno de éstos pedazos esparcidos. Con todo el dolor, y aflicción que esa terrible época le dejó: no había encontrado aquel príncipe azul, más bien un monstruo.
El tiempo fue pasando, las esperanzas se fueron alejando cada vez más. Ella refugiándose dentro de cualquier cosa para no perder el ánimo.
De pronto, alguien le había tendido la mano. Pero con tanta fuerza, que su mundo tan oscuro había sido transformado en un cielo brillante y colorido, ese que pocas veces pudo apreciar: esa persona permaneció a su lado y desde entonces, todo era mucho mejor. Casi surrealista... pensar que de la nada tenía cinco maravillosos niños, unas cinco personitas que la aventura traería consigo.
—Buenas noches, mamá. Que descanses.
Whiss la miró, sonriendo cuando le revolvió ese rebelde cabello albino que traía de fleco. Dejó un besito en su frente y se apartó tras arroparlo con cuidado; Korn se arropó solito, aunque esperando también un gesto semejante.
—Un niño independiente, ¿huh?—asintió muchas veces, extendiendo las manos hasta que ella fue a su encuentro para un abrazo—. Buenas noches, cariño. Que tengas dulces sueños.
Ésta vez dejó un beso sobre su mejilla, y luego se levantó con la risa de aquel párvulo en sus oídos, para darse media vuelta hacia una camita-carrito donde hace aproximadamente una hora antes, el pequeño Meerus habría caído rendido: el primero en dormirse después de que la familia Ángeluz e invitados se fueran a casa, antes del anochecer.
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Teach Me How To Love
Fiksi Penggemar«No. Tal vez no es así. Tal vez los errores de una persona favorecen a otra. Tal vez las caídas sólo sirven para tomar aire, y seguir corriendo. Para sanar heridas. Para que esperes a que llegue alguien... y te enseñe cómo amar otra vez.» Porque inc...